El crecimiento de la economía digital en el sudeste asiático está impulsando una expansión sin precedentes en la construcción y operación de centros de datos, posicionando a la región como un nuevo epicentro global de la infraestructura digital. Sin embargo, este auge viene acompañado de un desafío mayúsculo: cómo alimentar de forma sostenible el ingente consumo energético de estos gigantes tecnológicos, en un contexto donde las redes eléctricas aún dependen mayoritariamente de combustibles fósiles.
La región ASEAN: nuevo polo de datos y consumo energético
La ASEAN (Association of Southeast Asian Nations), compuesta por países como Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia o Vietnam, supera ya los 690 millones de habitantes y se perfila como un mercado estratégico para la industria tecnológica. El último informe del think tank Ember alerta de que la demanda de electricidad en la región, impulsada en buena parte por los data centers, está creciendo más rápido que los avances en la transición energética.
Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), se prevé que el consumo eléctrico de los data centers en el sudeste asiático casi se duplique de aquí a 2030, respecto a los niveles actuales de 2024. Solo en las seis economías más avanzadas (Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam), ya hay proyectos en marcha que suman unos 2,9 GW de nueva capacidad energética destinada a estos centros.
El desafío de reducir la huella de carbono
El informe de Ember subraya que el crecimiento de los data centers puede poner en riesgo los objetivos climáticos de la región si no se acompaña de una profunda descarbonización. La generación eléctrica de la ASEAN sigue dependiendo en un 70% del carbón, el petróleo y el gas, lo que representa un obstáculo considerable para cumplir con los compromisos internacionales de reducción de emisiones.
En países como Malasia, el auge de los centros de datos podría elevar la demanda eléctrica del sector a 68 TWh en 2030, desde los 9 TWh actuales, representando hasta el 30% del consumo nacional. El impacto ambiental es significativo: las emisiones asociadas a estos centros pueden multiplicarse por siete en solo seis años, pasando de 5,9 millones de toneladas de CO2 a 40 millones. En Indonesia, se espera que las emisiones de los data centers se cuadrupliquen.
Urgencia de políticas y de inversión en energías renovables
Para mitigar el impacto ambiental y garantizar un crecimiento sostenible del ecosistema digital, los expertos de Ember recomiendan acelerar la implantación de energías renovables, especialmente solar y eólica, junto con mejoras en la eficiencia energética y la modernización de las infraestructuras eléctricas.
La energía solar y eólica, según el informe, podrían llegar a cubrir hasta el 30% de la demanda eléctrica de los data centers de la región en 2030, y sin necesidad inmediata de grandes sistemas de almacenamiento de baterías, al menos en una primera etapa. Las baterías, sin embargo, serán esenciales en el medio y largo plazo para estabilizar la red y cubrir picos de demanda.
El reto, advierte el informe, es lograr que la expansión de la infraestructura digital no incremente la dependencia de los combustibles fósiles, sino que se convierta en un motor para la transición energética de la región. Esto requiere inversiones estratégicas, alianzas regionales y un marco regulatorio claro y favorable para las renovables.
El papel de la eficiencia y la cooperación regional
El crecimiento de los data centers no solo plantea retos tecnológicos y ambientales, sino que también exige una cooperación más estrecha entre los países de la ASEAN. La modernización de los hubs digitales y la apuesta por la eficiencia energética son claves para evitar que la demanda de electricidad supere la capacidad de adaptación de las redes eléctricas nacionales.
Según Pritesh Swamy, responsable de investigación sobre data centers en Ember, la rápida proliferación de estos centros está sometiendo a los sistemas energéticos de la región a una presión sin precedentes. Solo una apuesta decidida por las renovables y la eficiencia permitirá sostener este desarrollo, evitando un incremento desproporcionado de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hacia un crecimiento digital sostenible
El futuro digital del sudeste asiático depende de su capacidad para gestionar este crecimiento con visión sostenible. Las políticas energéticas nacionales deben priorizar la inversión en fuentes renovables y la eficiencia de los nuevos data centers. Como señala Shabrina Nadhila, analista de Ember, el desarrollo digital no debe implicar necesariamente un aumento de la huella de carbono, siempre que se implementen estrategias sólidas y tecnología limpia.
En definitiva, el sudeste asiático tiene ante sí la oportunidad de convertirse en un referente mundial, no solo en capacidad digital, sino en innovación sostenible. La apuesta por la energía solar, eólica y por la eficiencia, acompañada de políticas inteligentes, será determinante para equilibrar el desarrollo tecnológico con la responsabilidad ambiental.
vía: Elettrico magazine