La inteligencia artificial (IA) ha experimentado un auge sin precedentes en los últimos años, impulsado en gran medida por la irrupción de ChatGPT, el chatbot desarrollado por OpenAI que revolucionó la industria. Sin embargo, el liderazgo de Estados Unidos en este campo está siendo desafiado por China, que busca autonomía tecnológica en un contexto de crecientes restricciones comerciales. En este escenario, la empresa china DeepSeek ha dado un paso crucial al optar por el lenguaje de programación PTX de NVIDIA para entrenar sus modelos de IA utilizando GPU fabricadas localmente, evitando así la dependencia de los chips estadounidenses.

El desafío de China frente a las restricciones estadounidenses

Estados Unidos ha implementado una serie de medidas para limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas de IA, incluyendo la prohibición de exportar chips de alto rendimiento como los fabricados por NVIDIA. Además, Pekín también ha enfrentado restricciones en la adquisición de maquinaria necesaria para producir sus propios semiconductores. A pesar de estas barreras, China ha logrado avanzar en el desarrollo de sus propias CPU y GPU, e incluso ha conseguido importar chips NVIDIA a través de terceros países, burlando las restricciones impuestas.

DeepSeek, una de las empresas chinas más destacadas en el campo de la IA, ha demostrado que es posible competir con las grandes tecnológicas estadounidenses utilizando menos recursos. Con su modelo DeepSeek R1, la compañía ha generado un impacto significativo en el sector, desafiando a gigantes como OpenAI y NVIDIA. Ahora, su objetivo es reducir aún más su dependencia de las GPU de NVIDIA, apostando por el uso de PTX, un lenguaje de programación desarrollado por la propia NVIDIA que permite a los ingenieros controlar funciones básicas de los chips de manera eficiente.

PTX: la clave para la independencia tecnológica

El lenguaje PTX (Parallel Thread Execution) ofrece a DeepSeek la posibilidad de utilizar GPU chinas en lugar de las de NVIDIA, evitando así las restricciones impuestas por Estados Unidos. Aunque PTX es menos popular y más complejo de usar que CUDA (el lenguaje propietario de NVIDIA), su flexibilidad permite optimizar el rendimiento de las tarjetas gráficas de fabricación local. Esto representa una ventaja estratégica para China, que busca fortalecer su industria tecnológica en un entorno geopolíticamente hostil.

Además, DeepSeek ha logrado optimizar el rendimiento de las GPU chinas en tareas de inferencia, como demuestran los resultados obtenidos con el procesador Ascend 910C de Huawei. Según investigaciones de la empresa, este chip alcanza el 60% del rendimiento del H100 de NVIDIA en inferencia, un avance significativo considerando las limitaciones fabricación local. El Ascend 910C, fabricado por SMIC utilizando tecnología de 7 nanómetros, se posiciona como una alternativa viable para reducir la dependencia de los chips estadounidenses.

Desafíos y perspectivas futuras

A pesar de estos avances, China aún enfrenta desafíos importantes en el campo de la IA, especialmente en lo que respecta a la estabilidad y eficiencia en tareas de entrenamiento de modelos a largo plazo. La integración profunda entre el hardware y el ecosistema de software de NVIDIA, desarrollado durante más de dos décadas, sigue siendo un obstáculo difícil de superar para los fabricantes chinos.

Sin embargo, DeepSeek confía en que su experiencia en la optimización de hardware y software, combinada con el uso de PTX, permitirá reducir gradualmente la dependencia de NVIDIA. A medida que los modelos de IA convergen en arquitecturas como Transformer, la importancia del ecosistema de software de NVIDIA podría disminuir, abriendo nuevas oportunidades para las soluciones chinas.

En definitiva, el avance de DeepSeek y otras empresas chinas en el desarrollo de tecnologías autóctonas de IA muestra que el gigante asiático está decidido a competir en un sector dominado históricamente por Estados Unidos. Si bien el camino hacia la autonomía tecnológica está lleno de desafíos, los progresos realizados sugieren que China no está dispuesta a quedarse atrás en la carrera por la inteligencia artificial.