La firma de Cupertino avanza con sus módems personalizados y prevé dejar de usar los chips de Qualcomm en 2027
La relación entre Apple y Qualcomm tiene los días contados. La compañía dirigida por Tim Cook ha dejado clara su intención de prescindir por completo de los módems 5G fabricados por Qualcomm a partir de marzo de 2027, fecha en la que expira el actual contrato entre ambas tecnológicas. Este movimiento amenaza con recortar más de 5.700 millones de dólares anuales en ingresos para Qualcomm, cifra que representa una parte significativa de su negocio actual en el segmento de conectividad móvil.
El iPhone 16e, lanzado este año, marca el inicio de esta ruptura al incorporar el C1, el primer módem desarrollado por Apple, que ya ha superado en pruebas reales a las soluciones de Qualcomm en velocidad y eficiencia. Según las previsiones de la propia Qualcomm, su presencia en los modelos de iPhone disminuirá drásticamente: del 70 % actual, pasará al 20 % en 2026, hasta desaparecer completamente en 2027.
Qualcomm minimiza el impacto y busca diversificar
En declaraciones recientes al pódcast Opening Bid de Yahoo Finance, el CEO de Qualcomm, Cristiano Amon, trató de restar importancia al fin del acuerdo con Apple. “Hay demasiado dramatismo alrededor de nuestra relación con Apple, que en mi opinión no está justificado”, afirmó. Amon reconoció que el contrato vigente marca los límites de la colaboración y que, en caso de no renovarse, ya se están explorando nuevas oportunidades de negocio.
Qualcomm, que ha sido proveedor histórico de Apple, se encuentra inmersa en una estrategia de diversificación que apunta hacia automoción conectada, Internet de las Cosas (IoT) y chips para servidores con IA, segmentos en los que busca competir con gigantes como NVIDIA. Esta diversificación sería clave para compensar el descenso de ingresos tras la pérdida del cliente más valioso del sector smartphone.
Apple C2: el próximo paso en conectividad
El desarrollo del sucesor del C1, denominado C2, ya está en marcha. Se espera que ofrezca mejoras significativas en velocidad, latencia y consumo energético. Según filtraciones, el C1 también estará presente en el iPhone 17 Air, el modelo ultradelgado que Apple planea lanzar en septiembre de este año, y se trabaja también en una futura integración del módem propio en portátiles MacBook.
La apuesta de Apple responde a una estrategia de largo plazo por controlar todo el diseño de sus componentes clave, como ya hizo anteriormente con los chips Apple Silicon (M1, M2 y M3). Su independencia tecnológica no solo le da más control sobre el hardware, sino que también mejora la eficiencia energética y reduce la dependencia de terceros en contextos geopolíticos inciertos.
Un cambio de era para la industria
La salida de Apple del ecosistema de Qualcomm no es solo un golpe económico, sino simbólico. Supone el fin de una etapa en la que el fabricante californiano dependía tecnológicamente de otros para funciones críticas como la conectividad móvil. La progresiva autonomía de Apple pone de relieve un cambio de paradigma en la industria de los semiconductores, donde los grandes integradores tecnológicos —como Apple o Google— apuestan cada vez más por soluciones personalizadas, diseñadas y optimizadas para sus productos.
Queda por ver cómo afectará esta transición al posicionamiento de Qualcomm en el mercado global. Si bien sus esfuerzos de expansión parecen prometedores, el factor confianza —clave en el negocio de chips— y la pérdida de un cliente de la envergadura de Apple plantean retos importantes para la compañía estadounidense.
La batalla por la soberanía tecnológica, una vez más, se libra en el interior de un chip.