TSMC, el mayor fabricante de chips por contrato del mundo, ha abierto un frente judicial inédito contra uno de sus antiguos directivos estrella. La compañía taiwanesa confirmó el 25 de noviembre que ha presentado una demanda ante el Tribunal de Propiedad Intelectual y Comercial de Taiwán contra su ex vicepresidente sénior Wei-Jen Lo, al que acusa de vulnerar su contrato de trabajo, un acuerdo de no competencia y la legislación sobre secretos comerciales.
La denuncia llega después de semanas de especulaciones en la isla sobre la marcha de Lo a Intel y sobre un posible traslado de información sensible relativa a los procesos de fabricación más avanzados de TSMC.
De estratega interno a fichaje de Intel
Wei-Jen Lo se incorporó a TSMC en 2004 como vicepresidente y fue ascendiendo hasta ocupar, desde 2014, el puesto de vicepresidente sénior. Tras más de dos décadas en la empresa, se jubiló oficialmente el 27 de julio de 2025.
Poco después, según ha trascendido, Lo se incorporó a Intel como vicepresidente ejecutivo, un movimiento que encendió todas las alarmas en la compañía taiwanesa, que ve en el gigante estadounidense a su principal competidor en la carrera por los nodos de fabricación más avanzados.
En un comunicado, TSMC asegura que la salida de Lo y su fichaje casi inmediato por Intel ha generado “preocupaciones razonables” sobre el posible uso, divulgación o transferencia de secretos comerciales y de información confidencial a un rival directo. La empresa sostiene que no le ha quedado otra opción que reclamar daños y perjuicios y “ejercer todos los recursos legales disponibles”.
Un adiós envuelto en dudas
TSMC detalla que el 22 de julio de 2025, apenas cinco días antes de la jubilación de Lo, su responsable jurídica, Sylvia Fang, mantuvo con él la entrevista de salida habitual. En esa reunión, afirma la compañía, se le recordó de forma expresa que seguía sujeto a obligaciones de no competencia, y se le entregó un documento de recordatorio.
En ese contexto, Lo habría informado de que planeaba incorporarse al mundo académico, sin mencionar en ningún momento una oferta de Intel. El directivo había firmado previamente acuerdos de confidencialidad y de no competencia, algo habitual en los cargos de alto nivel de la industria de semiconductores.
La empresa sostiene además que, incluso antes de su salida, el comportamiento de Lo levantó sospechas. Tras ser reasignado en marzo de 2024 al departamento de Corporate Strategy Development —una unidad de staff que asesora al presidente y al consejero delegado, pero que no supervisa directamente la I+D—, el ejecutivo habría seguido buscando acceso a información sobre tecnologías avanzadas.
Según la versión de TSMC, Lo mantuvo reuniones con personal de investigación y desarrollo de rangos inferiores a vicepresidente sénior y fuera de su línea de reporte, solicitando detalles sobre tecnologías en desarrollo y nodos futuros. Para la compañía, ese patrón de conducta, sumado a su posterior fichaje por Intel, constituye una “grave violación” de sus obligaciones contractuales y legales y “un riesgo significativo” para su propiedad intelectual.
Investigación por posible riesgo para la seguridad nacional
El caso ha traspasado ya el ámbito corporativo y se ha convertido en un asunto de interés nacional en Taiwán. En los últimos días, medios locales han publicado que Lo habría copiado datos relativos a procesos avanzados antes de dejar la empresa y mudarse a Intel, lo que ha llevado a las autoridades taiwanesas a abrir una investigación formal.
La Fiscalía y el Ministerio de Asuntos Económicos analizan si la supuesta filtración podría vulnerar leyes de seguridad nacional, dado el papel estratégico que juega TSMC tanto para la economía taiwanesa como para la cadena global de suministro de chips. Según esas informaciones, los datos bajo la lupa estarían relacionados con los nodos A16 y A14, las futuras generaciones de proceso de la compañía.
El ministro de Economía, Ming-Hsin Kung, ha confirmado que los fiscales están recopilando información preliminar sobre el caso, aunque por ahora no se han hecho públicas acusaciones formales contra Lo. El exdirectivo, considerado una de las figuras clave en el desarrollo de las tecnologías de 2 nanómetros de alto rendimiento de TSMC, guarda silencio y no ha realizado declaraciones públicas.
Intel niega haber recibido secretos comerciales
La otra gran protagonista indirecta del caso es Intel. Preguntado por el asunto durante la gala de los premios de la Semiconductor Industry Association, el consejero delegado de la compañía, Lip-Bu Tan, trató de rebajar la tensión. Según declaró a Bloomberg, las informaciones publicadas son “rumores y especulaciones” y subrayó que Intel “respeta los derechos de propiedad intelectual”.
Tan evitó dar detalles sobre los procesos internos de contratación o sobre una posible investigación interna relacionada con Lo, pero rechazó la idea de que el ejecutivo haya aportado información confidencial de TSMC a su nuevo puesto.
Mientras tanto, TSMC continúa con su propia investigación interna y la demanda civil presentada en el tribunal especializado busca sentar las bases para posibles reclamaciones económicas y medidas cautelares.
Una batalla que refleja la presión en la carrera de los nodos avanzados
El choque entre TSMC y uno de sus históricos ejecutivos se produce en un momento especialmente delicado para la industria. La competición por liderar los nodos de 2 nanómetros y siguientes es feroz, con implicaciones directas para gigantes como Apple, Nvidia, AMD o Qualcomm, que dependen del acceso a procesos punteros para sus futuros chips.
TSMC ha sido hasta ahora el referente en producción de vanguardia, pero Intel intenta recuperar terreno con su propia hoja de ruta de procesos avanzados y con una fuerte apuesta por el negocio de fabricación para terceros. En ese contexto, el conocimiento acumulado por perfiles como Lo sobre cómo escalar la producción de 2 nm con altos rendimientos es extremadamente valioso.
Las cláusulas de no competencia y los acuerdos de confidencialidad se han convertido en herramientas clave para proteger esa ventaja. Sin embargo, su aplicación práctica suele generar debates jurídicos y éticos: hasta qué punto se puede limitar la carrera profesional de un ingeniero o un directivo, y cómo se distingue entre la experiencia personal y la transferencia ilegítima de secretos comerciales.
El caso de Lo pone el foco precisamente en ese equilibrio. Si los tribunales consideran que hubo copia o divulgación de información técnica concreta —por ejemplo, datos de proceso, recetas de fabricación o parámetros de rendimiento—, las consecuencias podrían ser graves tanto en el ámbito civil como, potencialmente, en el penal. Si, por el contrario, solo se demuestra un aprovechamiento de su experiencia general, el margen de actuación legal será mucho más limitado.
Implicaciones para el ecosistema de semiconductores
Más allá de las responsabilidades individuales, el litigio puede tener efectos más amplios. Un endurecimiento de los controles sobre el personal clave y de las cláusulas de no competencia podría dificultar la movilidad de talento entre empresas y países, algo que ya preocupa en un sector donde los perfiles altamente cualificados son escasos.
Al mismo tiempo, los gobiernos observan cada vez con más atención estas disputas, viendo en ellas un posible riesgo para su propia seguridad económica y tecnológica. En el caso de Taiwán, cualquier amenaza a la propiedad intelectual de TSMC se percibe casi como un asunto de Estado, dado el peso de la compañía en el PIB de la isla y en su influencia geopolítica.
De momento, todo apunta a un proceso largo en el que se cruzarán demandas civiles, investigaciones administrativas y, quizá, procedimientos penales. TSMC ha dejado claro que está dispuesta a llegar hasta el final; Intel, por su parte, intenta distanciarse del escándalo y defender que respeta las normas del juego.
Lo que está en juego no es solo la reputación de un veterano directivo, sino la protección de algunos de los secretos industriales más valiosos del planeta en un momento en que la carrera por el liderazgo en semiconductores es tan estratégica como la propia política exterior.
Preguntas frecuentes sobre el caso TSMC–Wei-Jen Lo–Intel
¿Quién es Wei-Jen Lo y por qué es relevante en la industria de chips?
Wei-Jen Lo es un antiguo vicepresidente sénior de TSMC. Se incorporó a la empresa en 2004 y llegó a ocupar puestos de máxima responsabilidad, participando en el desarrollo de tecnologías de proceso avanzadas, incluida la de 2 nanómetros. Su experiencia en fabricación de vanguardia lo convierte en un perfil muy valioso para cualquier competidor.
¿Qué acusa exactamente TSMC a su exdirectivo?
La compañía sostiene que Lo violó su contrato de trabajo, un acuerdo de no competencia y la legislación taiwanesa sobre secretos comerciales. Le reprocha haberse incorporado a Intel casi inmediatamente después de jubilarse y, antes de eso, haber seguido buscando información sobre tecnologías avanzadas fuera de su ámbito de responsabilidad, lo que para TSMC supone un riesgo para su propiedad intelectual.
¿Hay pruebas de que Intel haya recibido información confidencial de TSMC?
De momento, no se han hecho públicas pruebas concluyentes que demuestren que Intel haya usado secretos comerciales de TSMC. El propio consejero delegado de Intel ha calificado las informaciones de “rumores y especulaciones” y asegura que la empresa respeta los derechos de propiedad intelectual. Las investigaciones internas y las pesquisas de la fiscalía taiwanesa están todavía en fases preliminares.
¿Qué consecuencias puede tener este caso para la industria de semiconductores?
Si los tribunales concluyen que hubo robo o transferencia de secretos comerciales, el caso podría derivar en fuertes indemnizaciones, restricciones de actividad para el directivo e incluso sanciones penales. Más allá de este proceso concreto, el litigio puede llevar a las empresas a reforzar sus cláusulas de no competencia y sus controles internos, al tiempo que los gobiernos endurecen la supervisión de los movimientos de talento en un sector considerado estratégico.
vía: digitimes