Elon Musk ha confirmado oficialmente que Tesla producirá sus nuevos chips de inteligencia artificial (IA), denominados AI6, en colaboración con Samsung Foundry en su planta de Taylor (Texas). El acuerdo, valorado en 16.500 millones de dólares, representa un impulso estratégico para Samsung, que busca posicionarse como una alternativa real a TSMC, actual líder mundial en la fabricación de semiconductores.
El CEO de Tesla, siempre protagonista en sus anuncios, afirmó que él mismo supervisará en persona parte del proceso de fabricación para “acelerar el ritmo del progreso” y garantizar la eficiencia de producción. Musk destacó que esta colaboración no se limitará a ser un simple cliente-fabricante, sino que Tesla participará activamente en optimizar la línea de producción: “Samsung ha accedido a que Tesla colabore directamente para maximizar la eficiencia”, dijo.
Más que una cifra: el inicio de una nueva era de chips de IA
Aunque Bloomberg sitúa el acuerdo en los 16.500 millones de dólares, Musk matizó en la red social X (antes Twitter) que esta cifra representa tan solo “el mínimo” y que el volumen real podría ser “varias veces superior”. El anuncio provocó un repunte del 2,5 % en las acciones de Samsung en la bolsa surcoreana.
En paralelo, Musk confirmó que TSMC seguirá produciendo los chips actuales (AI5), inicialmente en Taiwán y posteriormente en su planta de Arizona. Estos chips, construidos con tecnología de 3 nanómetros, serán claves para impulsar la próxima generación del sistema de conducción autónoma de Tesla y podrían estar sujetos a restricciones de exportación por parte del gobierno de EE. UU.
AI6: el chip que alimentará tanto los coches como los robots humanoides
Más allá del coche autónomo, el chip AI6 tiene un alcance más ambicioso. Musk reveló que este procesador también será el corazón computacional de Optimus, el robot humanoide de Tesla. Según estimaciones no confirmadas, estos chips podrían alcanzar un rendimiento de hasta 2.500 billones de operaciones por segundo, marcando un salto cualitativo en las capacidades inferenciales tanto en movilidad como en robótica avanzada.
Además, la cercanía geográfica de la planta de Samsung en Texas a la residencia de Musk y a las instalaciones de SpaceX en Boca Chica ha sido determinante para cerrar el trato. “La importancia estratégica de esto es difícil de exagerar”, afirmó el empresario, que desde hace años ha trasladado el eje operativo de sus compañías a Texas.
Competencia directa con TSMC y el control del stack completo
Con este movimiento, Tesla busca diversificar sus fuentes de suministro y ganar mayor control sobre el desarrollo de su hardware de IA. Mientras que TSMC mantiene su hegemonía global, el hecho de que Samsung permita a Tesla involucrarse directamente en la cadena de fabricación puede marcar una diferencia competitiva significativa.
Esta colaboración también forma parte del esfuerzo de Samsung por recuperar terreno en la carrera por la fabricación avanzada. En los últimos años, su división de semiconductores ha quedado rezagada frente a los avances tecnológicos de TSMC, pero acuerdos como este podrían cambiar la dinámica a medio plazo.
Un paso más hacia la integración vertical
Con el AI6, Tesla refuerza su apuesta por la integración vertical total en sus sistemas de conducción autónoma, robótica y futuros productos de IA. La posibilidad de diseñar y producir sus propios chips, sin depender completamente de terceros, coloca a la compañía en una posición privilegiada para competir con gigantes como Apple o Google en el terreno del hardware de IA.
El futuro de la conducción autónoma, la robótica y la computación inferencial podría estar cada vez más ligado a la capacidad de empresas como Tesla para controlar no solo el software, sino también los semiconductores avanzados que lo hacen posible. Con Samsung en el tablero, Musk busca una ventaja competitiva que podría redefinir la industria.
vía: wccftech
