El pasado 7 de marzo, un potente terremoto de magnitud 7.4 sacudió el este de Taiwán, provocando una breve interrupción en la producción del centro de fabricación de semiconductores más importante del mundo, y amenazando la cadena global de suministro de electrónicos.
Fabricantes de chips como TSMC y UMC detuvieron algunas de sus maquinarias para la fabricación de semiconductores y evacuaron al personal de las instalaciones. TSMC, que suministra chips a gigantes tecnológicos como Apple y Nvidia y representa más del 60% de la cuota de mercado de semiconductores, experimentó niveles de sacudidas menores en sus instalaciones principales cerca de Taipéi y en el sur de Taiwán en comparación con el epicentro, lo que minimizó los daños.
La compañía espera reanudar la producción durante la noche en las instalaciones afectadas, con retrasos estimados en la producción que van de 6 a 10 horas. Como principal productor de chips avanzados, cualquier interrupción en la fabricación de chips de Taiwán podría tener importantes repercusiones para la industria tecnológica y de IA global. El terremoto nos recuerda la enorme vulnerabilidad de una cadena de suministro concentrada, un problema que el CEO de OpenAI, Sam Altman, busca abordar con su emprendimiento global de chips. Además de que muchos países y empresas llevan meses planificando la deslocalización de la producción de chips en EEUU, México y Europa.