La carrera por dominar la próxima generación de semiconductores se intensifica. Mientras TSMC y Samsung compiten por liderar el salto a la tecnología de 2 nanómetros, Japón apuesta fuerte a través de Rapidus, su principal candidato para entrar en la élite de la litografía avanzada. Sin embargo, expertos advierten que la compañía solo tiene hasta 2027 para comenzar la producción masiva o el país perderá su ventaja estratégica en el sector.
Prototipos listos, pero la presión aumenta
Rapidus anunció el mes pasado que ha iniciado la producción de prueba de su proceso de 2 nm, un hito alcanzado tras la instalación en diciembre de 2024 de equipos de litografía ultravioleta extrema (EUV), esenciales para la fabricación de obleas de última generación. El 18 de julio presentó su primer prototipo y ahora trabaja en la puesta en marcha de las líneas de producción que le permitan escalar.
El respaldo gubernamental ha sido decisivo. Japón ha comprometido inversiones por 1,7 billones de yenes (unos 12.000 millones de dólares), de los cuales 100.000 millones de yenes (aprox. 677,6 millones de dólares) se entregarán antes de que finalice 2025. Estas ayudas buscan asegurar que el país no quede rezagado frente a Taiwán y Corea del Sur, líderes históricos en este terreno.
Riesgos de perder la carrera
Hideki Wakabayashi, profesor de la Universidad de Kumamoto y miembro del Comité de Estrategia de la Industria de Semiconductores y Digital del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón, advierte que si Rapidus fracasa, las empresas japonesas de semiconductores y materiales podrían trasladar su producción al extranjero.
Esta fuga de capacidades tendría varias consecuencias:
- Pérdida de talento: los ingenieros y técnicos cualificados serían contratados por empresas en otros países.
- Riesgo de fuga tecnológica: gobiernos extranjeros podrían obtener acceso a información sensible sobre procesos de vanguardia.
- Ventajas para otros mercados: naciones que logren atraer las fábricas de Rapidus ofrecerían incentivos fiscales, políticas favorables y costes laborales más bajos.
Competencia feroz y precedentes
El sector sabe que dar el salto a 2 nm no está exento de obstáculos. Samsung ya se enfrentó a problemas de escalabilidad con su tecnología GAA de 3 nm, lo que demuestra que incluso gigantes consolidados pueden encontrar imprevistos técnicos y económicos.
TSMC, por su parte, mantiene un calendario agresivo para iniciar la producción de 2 nm en 2025, mientras expande su capacidad en Taiwán y construye nuevas plantas en EE. UU. y Japón. Para Rapidus, cualquier retraso supondría ceder terreno en un mercado donde la ventaja se mide en meses.
El papel del gobierno y el futuro inmediato
Aunque Wakabayashi contempla la posibilidad de que Rapidus mueva operaciones fuera del país por razones de coste o disponibilidad de talento, reconoce que el fuerte respaldo político hace poco probable que abandone Japón en el corto plazo.
El éxito de Rapidus será clave no solo para la industria japonesa de semiconductores, sino para el posicionamiento geopolítico del país en un momento en que el control de la fabricación avanzada de chips se ha convertido en un factor estratégico de primer orden.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1. ¿Qué es Rapidus y por qué es importante para Japón?
Rapidus es una empresa japonesa creada para competir en la fabricación de chips de última generación. Su objetivo es producir semiconductores de 2 nm, posicionando a Japón entre los líderes tecnológicos globales.
2. ¿Por qué hay un límite de dos años para la producción masiva?
Según expertos, si Rapidus no inicia la producción antes de 2027, TSMC y Samsung consolidarán su ventaja tecnológica y de mercado, dificultando que Japón recupere terreno.
3. ¿Qué papel juega el gobierno japonés?
El gobierno ha comprometido una inversión de 1,7 billones de yenes y ha aprobado políticas que facilitan la instalación y expansión de la producción, incluyendo la importación de maquinaria y el desarrollo de talento.
4. ¿Qué riesgos existen si Rapidus fracasa?
Podría producirse una fuga de talento y tecnología hacia otros países, con la consiguiente pérdida de competitividad y peso estratégico para Japón en la industria global de semiconductores.
vía: wccftech