La relación entre NVIDIA y TSMC, que ha sido fructífera durante casi dos décadas, enfrenta tensiones significativas en el contexto de las nuevas GPU de Inteligencia Artificial (IA). Según recientes informaciones, NVIDIA está evaluando alternativas para reducir su dependencia de TSMC debido a la creciente presión sobre los precios de las obleas y las dificultades con la capacidad de producción de los últimos nodos litográficos de la compañía taiwanesa. En este escenario, Samsung aparece como una posible opción para la gigante estadounidense.
Los precios y retrasos en TSMC impulsan a NVIDIA hacia Samsung
TSMC, conocida por su tecnología avanzada y capacidad de producción, ha sido el principal proveedor de NVIDIA durante años. Sin embargo, la necesidad de mantener márgenes de beneficio superiores al 50% y los incrementos en los costos de las obleas, que podrían superar los 30.000 dólares para nodos avanzados, han hecho que NVIDIA busque alternativas más económicas. Las GPU de IA, como las que utiliza la arquitectura Blackwell, requieren una capacidad de fabricación que no solo sea avanzada, sino también competitiva en cuanto a precios.
El nodo N2 de TSMC, que se esperaba para 2026, ahora tiene previsto comenzar la producción en masa en 2025. Sin embargo, la tasa de éxito y el rendimiento de este nodo están generando incertidumbre. Incluso empresas como Apple han decidido posponer el uso del nodo N2 en sus futuros chips A19 Pro. Ante este panorama, NVIDIA está evaluando la posibilidad de cambiar parte de la producción de sus futuras GPU, incluidas las basadas en la arquitectura Vera Rubin, hacia las fábricas de Samsung.
Samsung, una alternativa con ventajas competitivas
Samsung, que recientemente firmó un contrato importante con Arm para la producción en su nodo SF2 de 2 nm, está aprovechando la oportunidad para atraer a NVIDIA. Aunque la empresa surcoreana ha enfrentado desafíos financieros y ha perdido clientes frente a TSMC en nodos anteriores, su capacidad de ofrecer descuentos significativos, entre el 20% y 30%, es un factor que NVIDIA no puede ignorar.
Además, Samsung promete adelantarse a TSMC en la producción en masa con su nodo SF2, que incorpora la tecnología de transistores GAA (Gate-All-Around) y BSDPN (Backside Power Delivery Network). Este avance técnico, junto con precios más competitivos, está seduciendo a NVIDIA, que podría llevar la producción de las GPU Vera Rubin y otras futuras a Corea del Sur.
Los problemas con Blackwell y la memoria HBM3E
Otro aspecto que ha complicado la relación entre NVIDIA y TSMC son los problemas con la memoria HBM3E, que han afectado el rendimiento de las GPU de la arquitectura Blackwell. Estos contratiempos han provocado retrasos y han aumentado las tensiones entre ambas compañías, lo que ha llevado a NVIDIA a replantearse su lealtad hacia TSMC.
La última vez que NVIDIA movió parte de su producción a Samsung, utilizando su nodo de 8 nm para sus GPU, TSMC reaccionó aumentando sus tarifas cuando la compañía estadounidense decidió regresar a su proveedor habitual. Esta dinámica de negociaciones tensas y fluctuaciones en los costos ha llevado a NVIDIA a explorar nuevamente a Samsung como una opción viable para asegurar su futuro en el mercado de las GPU.
El futuro de las GPU y la decisión de NVIDIA
La decisión final de NVIDIA aún no está clara. La empresa dirigida por Jensen Huang podría continuar con TSMC, que ofrece una mayor densidad de transistores y un rendimiento superior en su nodo N2P, o cambiar a Samsung, que propone una producción más temprana y con precios más competitivos.
Con el lanzamiento previsto de las GPU Vera Rubin en 2026, la competencia entre estos dos gigantes tecnológicos podría intensificarse. NVIDIA se encuentra en una encrucijada: mantenerse fiel a TSMC, que ha sido su socio principal durante años, o diversificar su producción y aprovechar las ventajas que ofrece Samsung en términos de costos y tecnología avanzada.
La evolución de estas negociaciones determinará no solo el futuro de NVIDIA, sino también el desarrollo del mercado de semiconductores, un sector en constante cambio y esencial para la revolución tecnológica actual.