Agosto de 2025 quedará marcado como uno de esos meses en los que la industria de los semiconductores dejó de ser únicamente un asunto de innovación tecnológica para convertirse en escenario de movimientos políticos, maniobras corporativas y tensiones geoestratégicas. Lo que parecía terreno exclusivo de las fundiciones, los benchmarks y las GPUs, se transformó en un auténtico ajedrez entre gobiernos y gigantes tecnológicos.
NVIDIA, AMD e Intel, los tres pilares del silicio occidental, se vieron envueltos en un torbellino que combinó aranceles encubiertos, intervencionismo estatal, inversiones inesperadas y hasta la participación directa de la Casa Blanca.
El 15 % que reescribe las reglas de juego
El gran titular del mes fue el acuerdo sin precedentes de NVIDIA y AMD con el Gobierno de Estados Unidos: un 15 % de reparto de ingresos por cada chip de IA exportado a China bajo licencia especial.
Este mecanismo no es técnicamente un arancel, sino una “tasa de licencia” condicionada a la aprobación de exportaciones. Pero en la práctica se traduce en lo mismo: un coste que afecta directamente al margen de los fabricantes y que introduce un nuevo modelo de control estatal sobre las ventas tecnológicas.
La Casa Blanca defendió la medida como un equilibrio entre seguridad nacional e intereses económicos. Críticos, sin embargo, la tacharon de monetización encubierta de la política exterior: “convertir la geopolítica en una línea más del P&L corporativo”.

NVIDIA: equilibrio entre Blackwell y China
NVIDIA, que domina el mercado de la IA con mano de hierro, no podía darse el lujo de perder a China como cliente, incluso en condiciones restrictivas.
Según Reuters, la compañía ya prepara un chip Blackwell adaptado al mercado chino, una versión más limitada que el B300, pero aún superior al H20. Este nuevo diseño de un solo die incluirá HBM y NVLink, con pruebas previstas para el próximo mes. Además, se trabaja en una GPU de estación de trabajo/inferencia llamada RTX6000D, también ajustada a la normativa estadounidense.
El panorama en China sigue siendo complejo:
- Los organismos públicos han desaconsejado el uso de la NVIDIA H20 en proyectos gubernamentales, impulsando los Ascend de Huawei.
- No obstante, múltiples firmas chinas reportan dificultades para entrenar grandes modelos con Ascend, recurriendo a NVIDIA para el entrenamiento y relegando Ascend a la inferencia.
En resumen: la demanda sigue viva, aunque bajo una fina cuerda floja entre restricciones, licencias y software poco maduro en la competencia local.
AMD: entre MI300 y el futuro MI350
Por su parte, AMD intenta aprovechar el nuevo marco para reforzar su presencia. En junio, durante Advancing AI 2025, la compañía marcó hoja de ruta clara: MI350 (CDNA 4) para 2026 y un ritmo anual de lanzamientos que busca recortar la ventaja temporal de NVIDIA.
Su objetivo inmediato es defender el momentum del MI300X y, al mismo tiempo, fomentar estrategias multivendedor en los grandes clientes cloud. Muchas nubes combinan ya clústeres NVIDIA con AMD para ganar redundancia y presionar precios.
El dilema para AMD es evidente:
- ¿Aceptarán los hiperescalares chinos pagar un 15 % extra en exportaciones de MI?
- ¿O preferirán arriesgar con los Ascend de Huawei pese a sus limitaciones de software?
De esa respuesta dependerá si el acuerdo de ingresos compartidos se convierte en un puente rentable hacia China o en una cláusula testimonial sin impacto real.
Intel: la pieza más frágil del tablero
Si NVIDIA y AMD libran su guerra en el terreno de la IA, Intel vive un drama corporativo y político.
Durante semanas, el presidente Donald Trump presionó públicamente para que Lip-Bu Tan, CEO de Intel, renunciara por sus vínculos previos con China. Tras un encuentro en la Casa Blanca, el tono cambió radicalmente y la administración empezó a explorar una idea inédita: convertirse en accionista de Intel con hasta un 10 % de participación.
La fórmula se estudiaría mediante la conversión de subvenciones del CHIPS Act en acciones, lo que supondría un giro histórico: de financiar proyectos estratégicos a intervenir directamente en la propiedad de la joya nacional del silicio.
SoftBank al rescate
En paralelo, SoftBank anunció una inversión de 2.000 millones de dólares por casi el 2 % de Intel. Aunque no resuelve los problemas de la compañía, envía una señal clara al mercado: aún hay confianza en la capacidad de Intel para levantarse.
La inversión llega en un momento en que la empresa lucha en tres frentes:
- Tecnología de procesos rezagada frente a TSMC.
- Una cartera de clientes frágil en su negocio de fundición.
- Pérdida de competitividad en CPUs de servidor y aceleradores de IA.
El dinero de SoftBank aporta liquidez y confianza, pero el verdadero desafío de Intel será cumplir con los plazos de sus nodos 18A y 14A y convencer a grandes jugadores como Apple, NVIDIA o Qualcomm de confiar en su foundry.

Europa, EE.UU. y la guerra de aranceles
El ruido no acaba en China. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea también rozaron la escalada este verano. Finalmente, ambas partes pactaron un 15 % de ajuste en sectores estratégicos, incluyendo semiconductores, evitando tarifas más severas.
Aunque no impacta de forma directa a AMD (que fabrica en TSMC), sí afecta a la cadena de ensamblaje y testeo, encareciendo los costes de módulos y accesorios.
Impacto y perspectivas
El tablero de agosto deja varias certezas:
- Los chips ya no son solo tecnología, son geopolítica pura.
- NVIDIA y AMD han aceptado pagar por seguir en China, aunque sea a costa de sus márgenes.
- Intel se ha convertido en asunto de Estado, con riesgo y oportunidad a partes iguales.
- Europa y EE.UU. buscan evitar una guerra comercial abierta, pero reconocen que el silicio es estratégico.
El impacto real se medirá en los próximos meses con los resultados de NVIDIA a finales de agosto y con los primeros pasos de AMD hacia el MI350. Intel, por su parte, sigue siendo la incógnita más grande: ¿podrá recuperar el terreno perdido a tiempo?
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué significa el acuerdo del 15 % para NVIDIA y AMD?
Es un reparto de ingresos con el Gobierno de EE.UU. por cada chip de IA vendido a China bajo licencia. Actúa como un arancel encubierto y reduce márgenes.
¿Por qué el Gobierno de EE.UU. quiere acciones en Intel?
Para proteger la inversión pública del CHIPS Act y garantizar el futuro de una empresa clave para la soberanía tecnológica estadounidense.
Qué papel juega SoftBank en todo esto?
Su inversión de 2.000 millones en Intel es un voto de confianza que busca reforzar la percepción de viabilidad y ganar influencia política en Washington.
Cómo afecta esto a China y a Huawei?
Huawei sigue empujando su línea Ascend, pero con limitaciones. La medida mantiene viva la demanda de chips NVIDIA y AMD adaptados, aunque más caros.
vía: datacenterfrontier