Morris Chang, fundador de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), es una de las figuras más influyentes en la industria de los semiconductores. Nacido en 1931 en Ningbo, China, y formado académicamente en Estados Unidos, Chang se ha ganado el título de «padre de los semiconductores modernos». Su visión y liderazgo transformaron no solo a TSMC en la mayor empresa de fabricación de semiconductores por contrato del mundo, sino que también contribuyeron al desarrollo económico de Taiwán y revolucionaron la industria tecnológica global.
De China a Estados Unidos: la formación de un visionario
Chang emigró a los Estados Unidos en 1949, un momento de inestabilidad política en China debido a la Guerra Civil. Se matriculó en la Universidad de Harvard, pero pronto se transfirió al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde obtuvo su licenciatura en ingeniería mecánica. Posteriormente, completó su maestría y su doctorado en la Universidad de Stanford, especializándose en semiconductores, una tecnología emergente en ese momento.
Su carrera en semiconductores comenzó en 1958, cuando fue contratado por Texas Instruments (TI). Chang se convirtió en una figura clave en la empresa, ayudando a TI a mejorar su capacidad de fabricación de semiconductores. Sin embargo, a pesar de su éxito en TI, Chang veía limitaciones en la estructura y organización de la industria en ese momento. Tras casi 25 años en TI, Chang decidió aceptar una invitación del gobierno taiwanés para dirigir el Instituto de Investigación de Tecnología Industrial (ITRI), con el propósito de fomentar el desarrollo de la industria de semiconductores en Taiwán.
El nacimiento de TSMC: una nueva era en la fabricación de semiconductores
En 1987, con el apoyo del gobierno de Taiwán y una inversión inicial de $100 millones de dólares, Chang fundó TSMC, la primera empresa del mundo dedicada exclusivamente a la fabricación de semiconductores por contrato. Esta decisión marcó un cambio radical en la industria, ya que hasta entonces, la mayoría de los fabricantes de chips diseñaban y fabricaban sus propios productos.
Chang introdujo el concepto de la pure-play foundry, en la que TSMC se dedicaría exclusivamente a fabricar chips para otras empresas sin competir en el diseño. Esta estrategia permitió a compañías emergentes como AMD, NVIDIA y Apple enfocarse en el diseño de chips y confiar en TSMC para la fabricación de sus productos. Al evitar la competencia directa con sus clientes, TSMC se convirtió en un socio confiable, ganándose la lealtad de algunas de las empresas de tecnología más influyentes del mundo.
Liderazgo y visión estratégica
Chang fue un líder visionario que adoptó una estrategia basada en la inversión continua en tecnología avanzada. Bajo su dirección, TSMC se convirtió en una de las primeras empresas en adoptar nuevas tecnologías de fabricación, como la litografía ultravioleta extrema (EUV), lo que le permitió fabricar chips con nodos cada vez más pequeños y eficientes. Esta capacidad tecnológica se convirtió en una ventaja competitiva clave, posicionando a TSMC como el líder en fabricación avanzada de semiconductores.
La apuesta de Chang por la innovación también incluyó un fuerte compromiso con la investigación y el desarrollo (I+D). Desde sus primeros años, TSMC ha invertido miles de millones de dólares en la creación de instalaciones y centros de investigación en todo el mundo. Esto ha permitido a la empresa mantenerse a la vanguardia de los avances tecnológicos y enfrentar competidores como Samsung y GlobalFoundries.
Impacto en la economía de Taiwán y en la industria global
TSMC ha sido un motor económico para Taiwán, impulsando la creación de empleos altamente cualificados y generando una industria de semiconductores robusta en el país. Gracias a la visión de Chang, Taiwán ha pasado a ser uno de los centros de producción de tecnología más importantes del mundo, representando alrededor del 60 % de la fabricación global de semiconductores. TSMC es también responsable del 90 % de los chips más avanzados, utilizados en productos como smartphones, computadoras y sistemas de inteligencia artificial.
La posición de TSMC como líder en la fabricación de chips de última generación no solo ha fortalecido la economía taiwanesa, sino que también ha tenido repercusiones a nivel geopolítico. En la actualidad, el suministro de semiconductores es considerado un tema estratégico por varias naciones, y la influencia de TSMC en la cadena de suministro global es indiscutible. La capacidad de fabricación avanzada de TSMC ha generado dependencia de grandes empresas tecnológicas y países, destacando la importancia de Taiwán en la economía global y convirtiendo a TSMC en un actor clave en la diplomacia tecnológica.
Retiro y legado de Morris Chang
Chang se retiró de su cargo de CEO de TSMC en 2005, aunque continuó como presidente de la junta directiva hasta su retiro definitivo en 2018. Durante su carrera, Chang se destacó por su enfoque en la ética empresarial, la transparencia y el compromiso con la excelencia. Estos valores se reflejan en la cultura de TSMC, que sigue manteniendo su reputación como uno de los fabricantes de chips más confiables y avanzados del mundo.
A sus más de 90 años, Chang es recordado como un pionero en la industria de los semiconductores y uno de los empresarios más influyentes de Asia. Su legado perdura no solo en TSMC, sino en el modelo de negocio de la foundry que creó y que otras empresas han intentado replicar sin el mismo éxito. Gracias a su visión, TSMC sigue liderando la fabricación avanzada de semiconductores, y el modelo pure-play foundry continúa impulsando la innovación en el diseño de chips.
Un líder que cambió el futuro de la tecnología
La historia de Morris Chang es una de innovación, perseverancia y visión estratégica. En un mundo donde la tecnología es esencial para el desarrollo económico y social, Chang sentó las bases de una industria que ha revolucionado sectores como el de los dispositivos móviles, la inteligencia artificial y la automoción. Su capacidad para anticiparse a las necesidades del mercado y su apuesta por un modelo de negocio radicalmente diferente han dejado una huella profunda en la industria de los semiconductores y han transformado a Taiwán en un epicentro tecnológico global.
Chang no solo construyó una empresa exitosa, sino que también estableció un estándar de excelencia en la industria. Su enfoque en la innovación y su modelo empresarial han permitido a TSMC adaptarse a un mercado en constante evolución, manteniéndose como líder frente a desafíos tecnológicos y geopolíticos. Su legado sigue vivo, inspirando a futuras generaciones de ingenieros, empresarios y líderes tecnológicos alrededor del mundo.