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Los exdirectores de Intel se oponen a que TSMC adquiera la compañía: «Es hora de construir una nueva fundición americana»

La situación de Intel, uno de los nombres más relevantes en el mundo del hardware, sigue siendo incierta. Aunque la compañía ha dominado el mercado de los procesadores durante décadas, en los últimos años ha perdido terreno frente a sus competidores, especialmente AMD. La llegada de los procesadores X3D de AMD, junto con los Ryzen Threadripper y EPYC, que han demostrado ser más rápidos y económicos en el ámbito profesional y de servidores, ha dejado a Intel en una posición difícil. En este contexto, han surgido rumores que apuntan a la compra de Intel por parte de TSMC, lo que ha generado un fuerte rechazo entre varios exdirectivos de la compañía, según informaciones publicas en Tom’s Hardware.

A lo largo del último año, Intel se ha enfrentado a serios problemas con sus procesadores, como los Intel Core 13 y Core 14, que mostraron inestabilidad. A pesar de varios parches para resolver estos fallos, la situación afectó gravemente la confianza de los consumidores, que empezaron a buscar alternativas más fiables en el mercado. Además, el lanzamiento de los procesadores Intel Core Ultra 200S no cumplió con las expectativas, especialmente en el rendimiento en juegos, donde incluso los modelos anteriores, como los Core 12, ofrecían un rendimiento superior. Como resultado, las acciones de Intel, que hace un año rondaban los 46 dólares, han caído a unos 23 dólares.

TSMC y Broadcom interesados en la compra de Intel

Recientemente, se mencionó que TSMC tenía la intención de adquirir las fábricas de Intel, mientras que Broadcom mostró interés en diseñar sus propios chips utilizando la infraestructura de la compañía. Esta posibilidad fue rápidamente respaldada por rumores de que la administración de Donald Trump podría estar presionando para crear una empresa conjunta entre Intel y TSMC. Esta perspectiva de venta no ha sido bien recibida por algunos exdirectivos de Intel, quienes se han mostrado abiertamente en contra de la idea de que TSMC asuma el control de las fábricas de Intel.

Cuatro exdirectivos de Intel han expresado su preocupación ante lo que consideran un riesgo para la capacidad de Estados Unidos de seguir fabricando chips avanzados. En lugar de permitir que TSMC se haga con la compañía, estos exdirectivos proponen que una parte de la división de Intel se convierta en una empresa separada, pero con capital estadounidense. Esto garantizaría que Intel siga siendo una entidad controlada por inversores de EE. UU., sin la influencia de Taiwán. Según su plan, Washington debería intervenir con una inyección de 10.000 millones de dólares en capital sin derecho a voto, mientras que Intel se comprometería a mantener un volumen suficiente de pedidos para asegurar la estabilidad del negocio.

El riesgo de un monopolio de semiconductores

Los exdirectivos de Intel advierten que permitir que TSMC se haga con las fábricas de la compañía podría dar lugar a un monopolio en la industria de los semiconductores, ya que TSMC ya es líder del sector. Si esta adquisición se concreta, la competencia en el mercado de chips se vería gravemente afectada, lo que tendría implicaciones no solo para Intel, sino para toda la industria tecnológica.

Este grupo de exdirectivos también se opone al plan de una empresa conjunta entre Intel y TSMC, ya que creen que esta decisión podría socavar la independencia de Estados Unidos en cuanto a la producción de semiconductores avanzados, una industria clave en la economía global. La sugerencia de crear una fundición americana completamente nueva responde a la necesidad de preservar la capacidad de producción de chips de vanguardia en territorio estadounidense, sin depender de actores extranjeros.

Conclusión: El futuro de Intel y la industria de semiconductores

A medida que Intel atraviesa esta difícil situación, el futuro de la compañía sigue siendo incierto. Los rumores sobre su posible venta a TSMC han encendido el debate sobre la independencia de la fabricación de semiconductores en Estados Unidos y la creación de monopolios. Mientras tanto, el sector sigue observando de cerca los movimientos de empresas como AMD, que siguen ganando terreno con sus chips más competitivos.

En última instancia, lo que muchos consideran una «crisis» para Intel podría ser una oportunidad para reinventarse y reestructurarse bajo un modelo que asegure su supervivencia en el mercado y, al mismo tiempo, preserve la capacidad de Estados Unidos para liderar en la fabricación de semiconductores avanzados.

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