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La guerra por el talento en inteligencia artificial estalla: Cognition adquiere Windsurf tras el fichaje millonario de su CEO por Google

El fichaje de directivos, las adquisiciones relámpago y los acuerdos por miles de millones marcan una nueva era: la inteligencia artificial entra en la fase de “robo corporativo” de talento.


Lo que antes se resolvía en despachos y con comunicados suaves ahora se parece más a una guerra abierta. El sector de la inteligencia artificial está viviendo una transformación radical, y no solo por los avances tecnológicos: la verdadera batalla se libra por el talento. Y no hay reglas claras.

El último capítulo de esta guerra silenciosa pero feroz ha sido protagonizado por Cognition, la startup estadounidense creadora del agente de codificación Devin, que ha anunciado la adquisición de Windsurf, apenas unos días después de que Google contratara al CEO y parte del equipo directivo de Windsurf, en una operación valorada en 2.400 millones de dólares en licencias y compensaciones.

Es la confirmación de que la IA no solo cambia cómo se programa el software, sino también cómo se reconfiguran las empresas tecnológicas: a golpe de fichajes agresivos y adquisiciones estratégicas.


La nueva norma: fichar primero, comprar después

El movimiento de Google, al incorporar a Varun Mohan (cofundador y CEO de Windsurf) y a varios ejecutivos clave, dejó a la joven compañía en una situación crítica. Apenas unas jornadas después, Cognition cerró la compra del resto de Windsurf: su producto, su marca, su base de usuarios… y lo más importante: su equipo técnico.

Cognition no ha revelado los términos financieros de la operación, pero sí ha asegurado que el 100 % de los empleados de Windsurf participarán económicamente en el acuerdo y conservarán todos sus derechos de vesting y antigüedad. La startup también destaca que integrará el entorno de desarrollo de Windsurf en su ecosistema, ampliando las capacidades de Devin y su base empresarial, que ya incluye más de 350 clientes corporativos y 82 millones de dólares en ingresos anuales recurrentes (ARR).


Robo de talento en la era de la IA: ¿nueva estrategia o señal de alarma?

Lo que está ocurriendo empieza a tener nombre entre inversores y directivos del sector: “corporate talent raiding”, o lo que es lo mismo, el robo planificado de equipos completos de startups por parte de gigantes tecnológicos como Google, Meta o Amazon. Y la IA es su nuevo campo de batalla.

La dinámica se repite: primero se tantea a los perfiles más visibles, luego se hace una oferta difícil de rechazar —a menudo con enormes bonus de contratación— y, una vez desestabilizada la empresa, se lanzan ofertas al resto del equipo o se compra directamente lo que queda.

“No es casualidad. Es una estrategia”, explicaba un inversor de Silicon Valley de forma anónima a medios locales. “Las big tech están dispuestas a pagar fortunas por fichar o desmantelar a las startups emergentes que más rápido innovan. Están comprando talento como antes se compraban patentes”.


¿Qué es Windsurf y por qué ha sido tan codiciada?

Windsurf es una empresa emergente especializada en entornos de desarrollo potenciado por IA (IDE), que integraba herramientas de asistencia al programador similares a GitHub Copilot o Cody, pero con una mayor autonomía y adaptación a tareas empresariales complejas.

La compañía, respaldada por Founders Fund (al igual que Cognition), había despertado el interés de gigantes como OpenAI, con quien mantuvo negociaciones para una compra por 3.000 millones de dólares, frustrada finalmente antes del asalto de Google.

Su producto estrella, el IDE Windsurf, incluía acceso directo a modelos avanzados como Claude, y una base de usuarios diarios que superaba los cientos de miles. Su valor real, sin embargo, no estaba solo en su software, sino en su equipo: ingenieros, diseñadores de producto y responsables de crecimiento que han demostrado velocidad, tracción y visión.


¿Y ahora qué?

Scott Wu, CEO de Cognition, lo dejó claro en su mensaje interno: “Después de hoy, seremos un solo equipo. Hay un solo barco, y estamos todos en él”. Su visión es seguir desarrollando Devin como el agente autónomo de IA para ingeniería de software más avanzado del mercado. Y ahora, con Windsurf integrado, cuentan con una plataforma de desarrollo propia y una estructura de go-to-market (GTM) que dobla ingresos cada trimestre.

Para el sector, sin embargo, esta adquisición marca un punto de inflexión. La IA ya no solo revoluciona cómo se crea el software, sino también cómo se construyen las empresas tecnológicas. La velocidad del mercado es tal que las decisiones estratégicas se toman en días, los equipos se desarman y reconstruyen en semanas, y los acuerdos alcanzan cifras de vértigo.


Conclusión: la IA entra en su fase de consolidación… por absorción

El caso de Windsurf podría repetirse muchas veces más este año. En un entorno donde el conocimiento y la ejecución son más valiosos que la tecnología en sí, los equipos se convierten en el activo más disputado.

La inteligencia artificial avanza. Pero ya no solo se trata de qué modelo es más potente. La carrera actual es: ¿quién consigue a las personas más brillantes antes que los demás?

Y en esa guerra, no hay tregua. Solo velocidad.

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