El cofundador y director general de NVIDIA, Jensen Huang, ha avivado el debate sobre el futuro de la computación cuántica al afirmar que los ordenadores cuánticos completamente funcionales podrían estar a dos décadas de distancia. «Si dijeras 15 años probablemente serías optimista. Y si dijeras 30 serías pesimista. Pero si te decantas por 20 años, creo que muchos de nosotros lo creeríamos», señaló Huang durante un reciente evento.
La perspectiva de los expertos
Huang no está solo en esta estimación. Ivana Delevska, directora de inversiones de Spear Invest, coincide con el líder de NVIDIA, destacando que este plazo de 15 a 20 años refleja la complejidad de alcanzar una computación cuántica totalmente funcional. Delevska subraya que este desarrollo es comparable al tiempo que NVIDIA necesitó para consolidar la computación acelerada como una tecnología disruptiva.
¿Qué es un ordenador cuántico plenamente funcional?
Los ordenadores cuánticos actuales son, en esencia, prototipos limitados que no pueden corregir sus propios errores. Un ordenador cuántico completamente funcional sería capaz de implementar mecanismos de corrección de errores, ampliando drásticamente su capacidad para abordar problemas complejos.
Esto implica sistemas cuánticos con cientos de miles, o incluso millones, de cúbits interconectados y controlados con precisión. Sin embargo, lograr esta escala plantea desafíos significativos debido a la complejidad de interconectar y gestionar tal cantidad de cúbits sin comprometer la estabilidad del sistema.
Itinerarios optimistas: IBM y Google lideran la carrera
IBM y Google están trazando un camino que podría desafiar las predicciones más conservadoras. IBM, por ejemplo, planea presentar su hardware cuántico con corrección de errores, denominado Starling, para 2029. Este avance permitiría a los investigadores abordar problemas inalcanzables para los sistemas actuales.
Para 2033, IBM proyecta el lanzamiento de Blue Jay, un hardware diseñado para la escalabilidad masiva. Si logran sus objetivos, esta tecnología marcará un hito clave en la transición hacia ordenadores cuánticos plenamente funcionales.
Por su parte, Google presentó recientemente Willow, un procesador cuántico innovador que reduce errores exponencialmente a medida que se incrementa el número de cúbits. Este avance, conocido como «estar por debajo del umbral», asegura que los ordenadores cuánticos mantendrán su naturaleza cuántica sin perder eficiencia frente al ruido y las interacciones no deseadas entre cúbits.
Implicaciones para el futuro
La visión de Huang resalta la prudencia necesaria al evaluar los avances en computación cuántica. Aunque las iniciativas de IBM y Google sugieren que podrían superarse algunos de los obstáculos más críticos antes de 20 años, la complejidad inherente a la tecnología justifica las estimaciones más conservadoras.
En cualquier caso, el desarrollo de ordenadores cuánticos plenamente funcionales transformará áreas como la criptografía, la inteligencia artificial y la simulación molecular, abriendo posibilidades inimaginables para la ciencia y la industria.
¿Un reto para Europa?
Si bien empresas como NVIDIA, IBM y Google lideran esta revolución desde Estados Unidos, Europa enfrenta un desafío significativo: depender cada vez más de tecnologías desarrolladas fuera de sus fronteras. Aunque existen iniciativas cuánticas europeas prometedoras, como las impulsadas por centros de investigación en Alemania y Países Bajos, los gobiernos y empresas del continente deben intensificar sus esfuerzos para no quedar relegados en esta carrera tecnológica.
La computación cuántica no solo será clave para resolver problemas complejos, sino también para definir la soberanía tecnológica de las naciones en el futuro. Si Europa no refuerza su inversión y colaboración en este campo, podría encontrarse en desventaja estratégica frente al dominio tecnológico estadounidense.
Conclusión
La predicción de Jensen Huang pone en perspectiva el largo camino que queda por recorrer para alcanzar la computación cuántica funcional. Mientras empresas como IBM y Google trazan avances significativos, Europa debe decidir si quiere ser un actor principal o limitarse a observar desde la distancia cómo otros lideran la próxima revolución tecnológica.
vía: Xataka