Hugh Everett III (1930-1982) fue un físico estadounidense cuya teoría de los «universos paralelos» o «interpretación de los mundos múltiples» cambió para siempre nuestra comprensión de la mecánica cuántica y la naturaleza de la realidad. Aunque su trabajo fue inicialmente ignorado, su legado científico ha cobrado una importancia crucial, no solo en la física, sino también en la filosofía y la cultura popular. Este artículo examina en detalle la vida, el trabajo y el impacto de Everett.
Vida Temprana y Educación
Hugh Everett nació el 11 de noviembre de 1930 en Washington D.C., en una familia acomodada. Desde joven mostró una gran habilidad para las matemáticas y las ciencias, lo que lo llevó a destacarse académicamente.
- Formación académica: Everett estudió en el Catholic University of America antes de ingresar a la Universidad de Princeton para cursar su doctorado en física. Allí se encontró bajo la tutela de John Archibald Wheeler, uno de los físicos más destacados del siglo XX, conocido por su trabajo en relatividad general y mecánica cuántica.
- Influencia temprana: En Princeton, Everett se interesó profundamente por los fundamentos de la mecánica cuántica, un campo plagado de paradojas, como el famoso experimento del gato de Schrödinger y la interpretación de Copenhague, promovida por Niels Bohr.
La Interpretación de los Mundos Múltiples
En 1957, a los 27 años, Hugh Everett presentó su tesis doctoral titulada «La formulación de la mecánica cuántica a través de la función de onda universal». En ella propuso lo que más tarde se llamaría la «Interpretación de los Mundos Múltiples» (MWI, por sus siglas en inglés).

El problema de la medición cuántica
La mecánica cuántica describe cómo las partículas subatómicas (como electrones y fotones) existen en un estado de «superposición», es decir, en múltiples estados simultáneamente. Sin embargo, cuando se realiza una medición, el sistema colapsa en un solo estado observable. Este fenómeno, conocido como el problema de la medición, era un misterio que la interpretación de Copenhague trataba como algo inherentemente «probabilístico» y dependiente del observador.
La solución de Everett
Everett desafió esta visión y sugirió que la función de onda que describe un sistema cuántico no colapsa al ser observada. En cambio:
- Todos los resultados posibles de una medición ocurren simultáneamente, pero en diferentes «ramas» del universo.
- Cada vez que se realiza una medición cuántica, el universo se «divide» en múltiples universos paralelos, cada uno correspondiente a un posible resultado.
- Estas ramas son igualmente reales y existen en paralelo, aunque no interactúan entre sí.
Reacción inicial y rechazo
La interpretación de los mundos múltiples fue recibida con escepticismo, cuando no con burla. Incluso su mentor, John Wheeler, intentó suavizar las afirmaciones de Everett al presentar su tesis al público. La comunidad científica, liderada por figuras como Niels Bohr, rechazó la idea, en parte porque desafiaba el enfoque tradicional y porque no ofrecía un método experimental para probarla.
Decepcionado por la recepción fría, Everett abandonó la física académica poco después de completar su tesis.
Carrera Posterior y Contribuciones a la Ciencia Aplicada
Tras salir de Princeton, Everett se unió a la industria privada y al ámbito gubernamental, donde aplicó su genio matemático a problemas prácticos.
Trabajo en defensa y matemáticas
Everett trabajó para el Pentágono y desarrolló modelos matemáticos avanzados para la estrategia militar. Fue uno de los pioneros en el desarrollo de la teoría de juegos aplicada al análisis de escenarios estratégicos, especialmente en el contexto de la Guerra Fría.
En 1964 fundó Lambda Corporation, una consultora científica que proporcionaba análisis matemáticos y soluciones a problemas complejos.
Conexión con la informática
Everett también contribuyó indirectamente al campo de la informática. Su enfoque en algoritmos y modelado matemático influyó en el desarrollo de sistemas de simulación y toma de decisiones.
Vida Personal y Luchas
A pesar de su brillantez, la vida personal de Everett estuvo marcada por problemas.
Familia
Se casó con Nancy Gore, con quien tuvo dos hijos, Elizabeth y Mark Oliver Everett. Mark, más conocido como «E», se convirtió en el líder de la banda de rock alternativo Eels. La relación entre Hugh y su familia fue complicada, en parte debido a su personalidad distante y su obsesión por el trabajo.
Luchas personales
Everett llevó un estilo de vida poco saludable, incluyendo el consumo excesivo de alcohol y tabaco. Esto, junto con el estrés de su trabajo, deterioró su salud.
Redescubrimiento y Reconocimiento Póstumo
Hugh Everett falleció el 19 de julio de 1982 a los 51 años, debido a un ataque al corazón. En ese momento, su trabajo era prácticamente desconocido para el gran público y poco apreciado en la comunidad científica.
Sin embargo, a medida que la mecánica cuántica avanzó y los físicos comenzaron a explorar ideas más allá de la interpretación de Copenhague, la teoría de los mundos múltiples de Everett cobró relevancia.
Impacto en la física moderna
- Popularización: En las décadas posteriores, físicos como Bryce DeWitt y David Deutsch defendieron y expandieron la teoría de Everett, presentándola como una interpretación viable de la mecánica cuántica.
- Experimentos modernos: Aunque la MWI no puede probarse directamente, muchos experimentos cuánticos han demostrado la realidad de la superposición y el entrelazamiento, conceptos fundamentales en la interpretación de Everett.
Cultura popular
La idea de universos paralelos ha capturado la imaginación popular, influyendo en películas, libros y series de televisión. Ejemplos como Rick and Morty, Everything Everywhere All At Once y Interstellar reflejan conceptos inspirados en la visión de Everett.
Legado
Hugh Everett III fue un visionario cuya idea radical de los mundos múltiples transformó nuestra comprensión de la física y la realidad. Aunque en vida sufrió el rechazo de la comunidad científica, hoy es celebrado como un pionero cuya teoría continúa inspirando investigaciones y debates filosóficos.
La obra de Everett no solo cambió la mecánica cuántica, sino que abrió puertas a nuevas formas de pensar sobre la naturaleza del universo, el tiempo y nuestra existencia. Su historia nos recuerda que las ideas revolucionarias a menudo tardan en ser reconocidas, pero tienen el poder de cambiar el curso de la humanidad.
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