El nuevo Digital Sovereignty Index revela grandes desigualdades entre países en el uso de herramientas digitales autoalojadas, clave para garantizar la independencia tecnológica.
La soberanía digital ya no es un concepto abstracto ni exclusivo de debates académicos. En plena era de la computación en la nube y con una creciente preocupación por el control de datos sensibles, gobiernos, empresas y ciudadanos empiezan a preguntarse: ¿quién controla realmente nuestra infraestructura digital?
La respuesta comienza a vislumbrarse gracias al Digital Sovereignty Index (DSI), una métrica desarrollada para medir el uso relativo de herramientas de colaboración y productividad autoalojadas en más de 50 países. El índice, elaborado a partir de datos de servidores detectables mediante el buscador Shodan, ofrece una imagen clara: Europa lidera, pero con notables contrastes entre sus miembros.
Finlandia y Alemania a la cabeza, España a la cola
Con una puntuación de 64,5, Finlandia encabeza el índice, seguida por Alemania (53,8) y Países Bajos (36,3). En estos países, tanto organizaciones como ciudadanos apuestan por alternativas soberanas frente a los servicios ofrecidos por gigantes tecnológicos como Google o Microsoft.
Por el contrario, España (7,01) e Italia (6,49) se sitúan muy por debajo de la media europea (16,3), revelando una brecha preocupante entre el discurso político y la implementación real de soberanía digital. A pesar de iniciativas puntuales, como el impulso de Gaia-X o los planes para reforzar el almacenamiento nacional de datos, la dependencia de infraestructuras extranjeras sigue siendo la norma.
Diferencias dentro y fuera de la UE
El informe también destaca la paradoja de algunos países altamente digitalizados pero con baja adopción de herramientas autoalojadas. Es el caso de Suecia (14,2) y Dinamarca (6,5), que, a pesar de su infraestructura tecnológica avanzada, no priorizan la soberanía en la gestión de sus datos. Por el contrario, Suiza (23,3) y Austria (20,2) muestran un compromiso mayor con el autoalojamiento, superando la media de la Unión Europea.
Los países bálticos, tradicionalmente líderes en gobierno digital, como Estonia (18,4) o Letonia (16,6), se sitúan apenas en la media, lo que sugiere que un sector público avanzado no garantiza soberanía digital en toda la sociedad.
Fuera de Europa, la posición de Estados Unidos (14,88) llama la atención. A pesar de ser cuna de las principales plataformas cloud, la adopción de herramientas soberanas es débil, sobre todo en soluciones de groupware como correo o calendarios. Países como India (0,43), México (0,57) y Nigeria (0,03) ocupan los últimos lugares del ranking.
Qué mide realmente el Índice de Soberanía Digital
El DSI no mide leyes, intenciones o políticas públicas. Mide hechos: cuántos servidores de software libre y autoalojado se están utilizando realmente por cada 100.000 ciudadanos. Herramientas como Nextcloud, Jitsi, Matrix, Mailcow, Proxmox, OpenProject o OnlyOffice son rastreadas en tiempo real para calcular el índice.
La métrica se centra en usuarios reales, especialmente pequeños negocios, asociaciones y particulares, no tanto en gobiernos o grandes corporaciones. Esto explica, por ejemplo, que en Alemania se observe mayor soberanía digital entre la ciudadanía que en el propio sector público, altamente dependiente de licencias privativas.
Un llamado a la acción desde Europa
Según datos del informe, el déficit de la UE en servicios digitales como licencias de software, almacenamiento y servicios cloud alcanzó los 148.000 millones de euros en 2024 frente a Estados Unidos. “Una Zeitenwende (cambio de era) digital es urgente”, afirma Harald Wehnes, profesor de informática en Würzburg.
Por su parte, Sebastian Raible, director de relaciones con la UE en la asociación europea de software libre APELL, defiende una “soberanía tecnológica abierta”: “Solo con tecnologías y estándares abiertos podrá Europa innovar de forma sostenible”.
Soberanía no es solo política, es práctica
Frank Karlitschek, CEO de Nextcloud, lo resume así: “Para muchos, la soberanía digital significa simplemente tener el control del servidor donde se almacena su información”. Según él, el DSI demuestra que millones de personas ya han hecho esa elección, mientras los gobiernos siguen atados a grandes proveedores estadounidenses.
El informe concluye que la soberanía digital no se consigue con intenciones, sino con servidores reales, infraestructuras accesibles y voluntad colectiva de recuperar el control sobre nuestros datos.
Preguntas frecuentes (FAQ)
🔍 ¿Qué es el Digital Sovereignty Index (DSI)?
Es un indicador que mide cuántas herramientas de colaboración y productividad autoalojadas se utilizan realmente en un país, por cada 100.000 habitantes, según datos de servidores detectables en internet.
🌍 ¿Qué países lideran el índice?
Finlandia, Alemania y Países Bajos encabezan el ranking. España, Italia y Reino Unido se sitúan entre los últimos puestos de Europa.
📉 ¿Por qué España puntúa tan bajo?
A pesar del discurso político favorable a la soberanía digital, la implementación práctica es escasa. La mayoría de las infraestructuras siguen en manos de gigantes tecnológicos extranjeros.
🧠 ¿El índice mide políticas gubernamentales?
No. Refleja el uso real de herramientas soberanas en la sociedad, especialmente entre ciudadanos, ONG, pymes y colectivos que gestionan sus propios servidores.