“EuroStack” sin humo: la broma (muy seria) de la soberanía cloud europea que reabre el debate sobre OpenStack, Big Tech y el papel del edge

Con una ironía afilada —“forzamos a Delaware a entrar en la UE”, “el Eurocorps invade Japón”, “bautizamos a Red Hat como Le Chapeau Rouge”…— el profesor y ejecutivo español Alberto P. Martí (Chair del Industry Facilitation Group del IPCEI Cloud y VP of Open Source Innovation en OpenNebula) sacudió esta semana a la comunidad europea del cloud. Su dardo iba dirigido a quienes siguen defendiendo que OpenStack debe ser el pilar de una supuesta pila soberana europea. Después del chascarrillo, el mensaje de fondo fue inequívoco: OpenStack es un buen proyecto open source para quien lo necesite, pero si de soberanía tecnológica europea hablamos, apostemos por alternativas europeas de software libre. Y, por si quedaba duda, recordó su advertencia de 2022: “ninguna organización europea tendría capacidad para mantener un fork a largo plazo si los proveedores no europeos que controlan el proyecto le dieran la espalda de la noche a la mañana”.

Más allá del tono, la publicación reabre una discusión tan estratégica como incómoda: Europa consume cada vez más nube, pero controla cada vez menos la tecnología y los proveedores que la hacen posible. Y, según Martí y otros expertos, no bastará con vestir de “open source” plataformas cuyo gobierno real está fuera de la UE. Si Europa quiere una nube (y, sobre todo, un edge) con soberanía tecnológica, no puede basarse en proyectos dominados por Big Tech.


Una foto que no engaña: más gasto en cloud, menos cuota europea

Los datos del propio ecosistema europeo son tozudos. El mercado del cloud en Europa (IaaS, PaaS y hosted private cloud) se ha multiplicado por cinco desde 2017, alcanzando 10,4 millardos de euros en el 2T de 2022. Pero, en paralelo, la cuota conjunta de los proveedores europeos ha caído del 27 % al 13 %. El mercado global converge a gran velocidad en torno a tres hiperescaladores estadounidenses —AWS, Microsoft Azure y Google Cloud—, sin que ningún actor de la UE se acerque a su liderazgo en territorio europeo. Hoy, los jugadores europeos más fuertes —SAP y Deutsche Telekom— apenas rondan el 2 % de cuota, seguidos por OVHcloud, Telecom Italia u Orange, en posiciones también discretas.

La dependencia no es abstracta. El 41 % de las empresas europeas ya usa servicios cloud, y el 73 % de las que lo hacen se declaran altamente dependientes de ellos. Traducido: datos personales, ciberseguridad y aplicación de la legislación quedan cada vez más condicionados por proveedores no europeos.

cuota openstack

El edge como oportunidad (y como urgencia)

La Estrategia Europea de Datos anticipa que en 2025 el 80 % de la información se procesará en el borde, cerca de usuarios y dispositivos IoT. La Brújula Digital 2030 fija un objetivo concreto: 10.000 nodos edge en la UE, seguros y climáticamente neutros. Ese giro descentralizado —nube distribuida, multi-provider, multi-site— abre una ventana para romper inercias: liderar el despliegue, la operación y la comercialización de esa nueva capa de infraestructura puede dar a las empresas europeas un espacio competitivo real frente a los hiperescaladores.

Pero el edge también aprieta a un sector telco que llega tocado a este tramo. Se espera que los operadores protagonicen el despliegue de ese edge cloud apoyándose en sus redes 5G y en su capilaridad de sitios de proximidad. Sin embargo, muchos siguen anclados a plataformas propietarias no europeas (por ejemplo, VMware) o están cooperando con hiperescaladores en programas como AWS Wavelength para los primeros despliegues edge en Europa. Para Martí y otros analistas, esto es un caballo de Troya: genera dependencias insostenibles, relega a las telcos al papel de colocation “con marca” y encadena el futuro edge europeo a tecnologías y hojas de ruta ajenas.


Soberanía: de los datos… al control del software

En Bruselas se habla ya de soberanía digital y de “Europa geopolítica”. La presidenta Ursula von der Leyen lo resumió con crudeza: “ya no estamos a tiempo de replicar hiperescaladores, pero sí lo estamos para conseguir soberanía tecnológica en áreas críticas”. La prioridad: tener “maestría y propiedad” sobre tecnologías clave en 5G/6G, semiconductores, cuántica… y, por supuesto, cloud y edge.

La consecuencia lógica de ese enfoque es que la soberanía no va solo de datos y regulaciones: exige dominar el software que gestiona la infraestructura —esas plataformas de orquestación y gestión que coordinan recursos on-prem, cloud y edge en el continuum. Si Europa no desarrolla y sostiene sus propias plataformas abiertas para ese cometido, el futuro de su economía del dato dependerá, otra vez, de proveedores externos.


La trampa del “open source” controlado fuera de la UE

La Comisión ensalza —con razón— el open source como palanca de competencia, reducción de lock-in e independencia digital. Pero “open source” no siempre equivale a “soberano”. La realidad es que la mayoría de tecnologías libres usadas hoy para construir cloud están controladas por entidades no europeas. El ejemplo que señala Martí es OpenStack: un proyecto libre, valioso para muchos despliegues, sí; pero gobernado por una fundación basada en Texas (OpenInfra Foundation), con contribuciones dominadas por Red Hat/IBM y otros vendedores extra-UE, y un Board donde solo 5 de 27 miembros representan a organizaciones europeas. El resultado práctico: una plataforma compleja cuyo steering responde a hojas de ruta globales ajenas a la estrategia europea.

Hacer de OpenStack el núcleo de una “EuroStack” soberana crearía nuevas dependencias: si mañana los grandes contribuidores no europeos retiran el soporte, ninguna entidad de la UE podría mantener un fork de ese tamaño en el largo plazo. Este es el riesgo estructural que subrayan los defensores de una pila europea: no bastan las licencias libres; hace falta gobierno, comunidad y capacidad industrial europeas detrás del código.


Qué está haciendo la UE (y qué falta por hacer)

En el lado de las políticas, se acumulan las iniciativas:

  • European Alliance for Industrial Data, Edge and Cloud: empresas, Estados miembro y expertos definen una hoja de inversión para la próxima generación de tecnologías cloud/edge.
  • IPCEI on Next Generation Cloud Infrastructure and Services (IPCEI-CEI/CIS): pretende construir capacidades comunes e infraestructuras edge europeas, más servicios avanzados de procesamiento de datos sobre el datacenter-edge-cloud continuum.
  • Fondo de Soberanía Europeo (anunciado): debería apuntalar la capacidad industrial y reducir dependencias tecnológicas.

Todo eso dibuja la ambición. Lo que falta —insisten voces del sector— es que la industria europea asuma un papel activo en el desarrollo y la sostenibilidad de las plataformas abiertas que el edge soberano necesita: proyectos con gobernanza en la UE, contribuciones financiadas y hojas de ruta alineadas con la estrategia europea.


¿Cómo se construye, de verdad, una pila soberana?

No existe un atajo, pero sí un itinerario plausible:

  1. Gobernanza europea del código
    Fundaciones o consorcios con sede y jurisdicción en la UE; juntas directivas con mayoría europea; transparencia en licencias, marcas y IP.
  2. Financiación y roadmap
    Programas estables (más allá de proyectos puntuales) para core developers, QA, security response y release engineering. La soberanía requiere capacidad de mantener en el tiempo.
  3. Compras públicas que arrastran mercado
    Incluir criterios de soberanía tecnológica en pliegos (gobierno del proyecto, compliance de datos, roadmap y soporte en la UE). No vetar por pasaporte, pero premiar lo que ayuda a autonomía y resiliencia.
  4. Telcos: del “co-location para hiperescalador” a operador de edge
    Sustituir dependencias proprietary-first por plataformas abiertas europeas; priorizar co-desarrollo y participación en comunidades OSS.
  5. Skills y testbeds
    Academias y laboratorios con pilotos edge —sanidad, movilidad, energía— para formar operadores, SREs y devs en el modelo distribuido que viene.
  6. Certificación y badges
    Esquemas de conformidad para proveedores que demuestren soberanía tecnológica (gobierno del proyecto, cadena de suministro de software, seguridad y auditoría).

Los riesgos a evitar

  • Fragmentación y “reinventar la rueda” en mil mini-proyectos incompatibles.
  • Soberanía de etiqueta: vestir de “EU-friendly” plataformas que se gobiernan fuera.
  • Llegar tarde al edge: la ventana 2025-2030 no espera; los hiperescaladores ya mueven ficha.

Un debate que ya es político… y operativo

El post de Martí viraliza el asunto con humor, pero la tesis es seria: la UE necesita recuperar el control del software que orquesta su economía del dato. Y no será posible subcontratando ese control a fundaciones y steerings externos (aunque el código sea libre), ni confiando en que un hiperescalador se convierta voluntariamente en “soberano por delegación”.

Si por estrategia Europa apuesta por el edge —descentralizado, multi-proveedor y vigente por ley europea—, la pila que lo gobierne debe ser abierta y europea también en su gobierno y sostenibilidad. Aquí y ahora, no dentro de cinco años.


Preguntas frecuentes

¿Qué entiende la UE por “soberanía tecnológica” en cloud y edge?
No es solo dónde residen los datos. Es la capacidad de decidir y mantener las tecnologías clave (infraestructura y software de gestión) bajo normas, gobernanza y capacidad industrial europeas, reduciendo dependencias de proveedores extra-UE.

¿Por qué OpenStack no encaja como pilar de una pila “EuroStack” soberana?
Porque, aunque es open source, su gobernanza y contribuciones están dominadas por vendedores fuera de la UE; si mañana retirasen el soporte, a Europa le faltaría músculo para mantener un fork estable a largo plazo. El riesgo de dependencia persiste.

¿Qué iniciativas europeas están en marcha para reforzar el edge soberano?
La European Alliance for Industrial Data, Edge and Cloud (hoja de inversión) y el IPCEI Cloud (capacidades comunes e infraestructura edge en la UE). Objetivos clave: 80 % de datos procesados en edge (2025) y 10.000 nodos edge seguros y neutros en carbono (2030).

¿Qué pueden hacer ya telcos y administraciones para impulsar alternativas europeas abiertas?
Adoptar criterios de soberanía en compras, co-financiar core devs de proyectos OSS europeos, migrar de plataformas propietarias a pila abierta, y lanzar pilotos edge multisector que creen tracción y skills en la UE.


Fuentes

  • Dr. Alberto P. Martí, LinkedIn (post del Chair of the Industry Facilitation Group @ IPCEI Cloud y VP of Open Source Innovation @ OpenNebula Systems, 4 días) – reflexión satírica/seria sobre OpenStack y la soberanía tecnológica europea. vía: LinkedIN
  • sovereignedge.euThe birth of a geopolitical EU cloud industry – Reclaiming open source as a tool for Europe’s technological sovereignty – análisis del mercado cloud europeo, dependencia de hiperescaladores, rol del edge, telcos y gobernanza OSS (con referencias a Synergy Research, Eurostat, iniciativas EU Cloud Alliance e IPCEI).

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