El acuerdo comercial evita un arancel del 15 % sobre herramientas de litografía de alta precisión, claves para el liderazgo tecnológico y la soberanía industrial en la fabricación de chips.
En un movimiento estratégico clave para la industria global de semiconductores, Estados Unidos y la Unión Europea han firmado un acuerdo comercial que exime de aranceles a determinados productos considerados estratégicos, entre ellos los equipos de producción de semiconductores. La decisión beneficia directamente a fabricantes como la holandesa ASML, proveedora líder de herramientas de litografía ultravioleta extrema (EUV) y profunda (DUV), así como a gigantes del chip como Intel, TSMC, Samsung o Texas Instruments.
El pacto, anunciado esta semana por la Comisión Europea y la administración estadounidense, establece un marco de “cero por cero” en tarifas aduaneras para productos clave como aeronaves, productos químicos, medicamentos genéricos, maquinaria de semiconductores, recursos naturales y materias primas críticas.
“También hemos acordado tarifas cero para varios productos estratégicos. Esto incluye todo el equipamiento de semiconductores”, declaró la Comisión Europea en un comunicado oficial.
¿Por qué es tan importante ASML en este acuerdo?
ASML, con sede en los Países Bajos, es el único fabricante del mundo capaz de producir equipos de litografía EUV de alta apertura numérica (High-NA EUV), esenciales para la producción de chips avanzados por debajo de los 3 nanómetros. Sus máquinas son fundamentales para mantener la Ley de Moore vigente y para garantizar la competitividad de los fabricantes que operan en territorio estadounidense.
Según informes recientes, el precio medio de una herramienta DUV avanzada de inmersión (como las usadas en procesos sub-10 nm) asciende a 89,6 millones de dólares, mientras que una máquina EUV puede alcanzar los 265 millones, dependiendo de su configuración. De haberse aplicado el arancel del 15 %, los costes habrían aumentado en hasta 13 millones de dólares adicionales por herramienta DUV y 40 millones por máquina EUV, encareciendo significativamente la expansión de fábricas como las de Intel en Ohio o las de Samsung en Texas.
La exención: un impulso a la industria de chips en EE. UU.
El acuerdo representa un alivio financiero para los planes de reindustrialización tecnológica de EE. UU., que ha destinado miles de millones en subvenciones a través del CHIPS Act. Evitar estos aranceles preserva la viabilidad económica de construir nuevas fábricas avanzadas en suelo norteamericano, manteniendo la competitividad frente a Asia.
Si se hubieran aplicado las tarifas, el sobrecoste habría sido tan elevado que habría forzado a algunas compañías a reconsiderar sus planes de producción avanzada fuera de Asia, afectando directamente al objetivo geopolítico de reducir la dependencia tecnológica de China y Taiwán.
TSMC, Samsung e Intel: los grandes beneficiados
El impacto directo del acuerdo alcanza a todos los grandes fabricantes que dependen de ASML. Intel, por ejemplo, ya ha confirmado sus planes de instalar equipos High-NA EUV en sus nuevas fábricas, y el acceso sin barreras a estas tecnologías refuerza su estrategia para competir con TSMC.
Asimismo, Samsung y TSMC, que están construyendo instalaciones en EE. UU., también se benefician de este marco arancelario favorable. Aunque sus operaciones siguen teniendo núcleos fuertes en Asia, el crecimiento de sus actividades en Norteamérica exige acceso a herramientas de vanguardia sin penalizaciones fiscales.
Contexto geopolítico: chips, energía y cooperación transatlántica
El acuerdo llega en un momento en el que las tensiones comerciales entre grandes potencias tecnológicas se han intensificado. Mientras Estados Unidos restringe el acceso de China a tecnología de última generación, estrecha sus vínculos industriales con la Unión Europea. El pacto no solo incluye exenciones arancelarias, sino que también contempla inversiones europeas de “cientos de miles de millones” de euros en el sector energético estadounidense, lo que refleja una cooperación más amplia en sectores estratégicos.
La inclusión de recursos naturales y materias primas críticas en el acuerdo sugiere una hoja de ruta común para asegurar las cadenas de suministro, ante la creciente vulnerabilidad global frente a la escasez de componentes esenciales.
Conclusión: una medida pragmática en un mercado ultraestratégico
La exención arancelaria para equipos de semiconductores fabricados en Europa —especialmente los de ASML— no solo reduce los costes para fabricantes estadounidenses, sino que refuerza el eje transatlántico en la carrera por la soberanía tecnológica. Al eliminar barreras comerciales en el punto más delicado de la cadena de valor —la maquinaria de litografía—, el acuerdo sienta las bases para una colaboración industrial más sólida y sostenible.
Mientras la guerra tecnológica entre potencias sigue en aumento, decisiones como esta marcan la diferencia entre depender del exterior o construir un ecosistema propio capaz de liderar la siguiente generación de microchips. Y ASML, silenciosamente desde Eindhoven, continúa siendo el actor imprescindible en ese tablero global.
vía: tomshardware