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Los Desafíos y Beneficios de los Cables Submarinos en el Ártico: Polar Connect y Quintillion

El ambicioso proyecto Polar Connect, impulsado por la Unión Europea con una financiación inicial de 6 millones de euros, busca establecer un cable submarino que conecte Japón con Europa a través del Ártico. Este cable, liderado por NorduNet, permitiría una ruta alternativa a los cables tradicionales que pasan por EE. UU. y Canadá, ofreciendo mayor privacidad, seguridad y menor latencia en las comunicaciones entre Asia y Europa.

Sin embargo, construir una infraestructura de este tipo en el Ártico plantea enormes desafíos técnicos y financieros, que han mantenido estas iniciativas en el ámbito de la teoría durante décadas.


Un Proyecto de Gran Escala con Riesgos Incalculables

El proyecto Polar Connect evalúa dos posibles rutas para conectar Asia con Europa sin depender de infraestructuras en Norteamérica:

  1. Ruta por el Polo Norte
  2. Ruta a través del Paso del Noroeste

Ambas rutas podrían proporcionar una opción de baja latencia para el tráfico entre Tokio y Europa, lo que resultaría particularmente atractivo para empresas financieras y operadores de alta frecuencia. Además, el cable podría incorporar sensores científicos para estudiar el cambio climático, la vida marina y la evolución de los casquetes polares.

Sin embargo, el despliegue en el Ártico es técnicamente complicado y financieramente costoso. A pesar de las estimaciones iniciales de 180 millones de euros, expertos en infraestructura submarina sugieren que la inversión real podría superar los 500 millones de euros, debido a la necesidad de rompehielos, buques especializados y mantenimiento extremo.

Factores que Elevan los Costos

  • Necesidad de rompehielos: Se requerirían al menos dos rompehielos para escoltar el barco encargado de colocar el cable.
  • Geografía hostil: El cable deberá cruzar mares profundos, glaciares flotantes y zonas con hielo en movimiento, lo que aumenta el riesgo de daños mecánicos.
  • Costos de mantenimiento: La reparación de cables en el Ártico podría ser tres veces más cara que en otras regiones debido a la escasez de barcos especializados y las extremas condiciones climáticas.
  • Erosión y daños físicos: La presencia de glaciares flotantes puede provocar la destrucción del cable, como sucedió recientemente con el cable Quintillion en Alaska, el cual quedó inoperativo por seis meses tras un incidente similar.

¿Es Viable Financiera y Estratégicamente?

A pesar de sus ventajas potenciales, el alto coste y la complejidad del proyecto podrían disuadir a los inversores y operadores de telecomunicaciones. Actualmente, los backbones de Internet ya luchan por recuperar la inversión en cables submarinos tradicionales, por lo que la posibilidad de pagar una prima de mercado por un cable propenso a fallos en el Ártico es poco atractiva.

Además, la expectativa de que el calentamiento global facilite la operación en la región es a largo plazo. Aunque algunos países están invirtiendo en nuevas rutas de navegación y exploración de recursos en el Ártico, la viabilidad comercial del cable sigue siendo incierta.

Conclusión:
El proyecto Polar Connect representa un esfuerzo innovador por desarrollar una ruta de comunicaciones más rápida y segura entre Europa y Asia. Sin embargo, los desafíos técnicos y financieros podrían retrasar su implementación hasta más allá de 2030. Mientras tanto, los operadores globales podrían seguir apostando por rutas tradicionales, dejando el Ártico como un proyecto futurista más que una realidad inmediata.

Referencias: Nordu.net, Swedish Polar, SubSeaCables I y SubSeaCables II

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