Dos incidentes recientes han puesto en evidencia la fragilidad de las infraestructuras críticas en el mar Báltico. El corte de cables submarinos de telecomunicaciones entre Finlandia y Alemania y entre Lituania y Suecia ha interrumpido temporalmente servicios esenciales, afectando tanto a las comunicaciones digitales como a la seguridad del suministro eléctrico en la región.
Corte en el cable Lituania-Suecia: impacto mitigado
El domingo, 12 de noviembre, se detectó un fallo en el cable submarino que conecta Lituania con Suecia. Según Andrius Šemeškevičius, director de tecnología de Telia, los sistemas de la compañía notificaron la pérdida de conexión alrededor de las 10:00.

“Posteriores investigaciones confirmaron que el cable había sido dañado”, explicó Šemeškevičius al programa Important Hour de la televisión lituana LRT.
Este cable es uno de los tres enlaces clave que garantizan la conexión de internet para Lituania. Aunque el incidente redujo temporalmente la capacidad de ancho de banda en un tercio, Telia pudo restaurar el servicio desviando el tráfico a través de rutas alternativas.
Interrupción total entre Finlandia y Alemania
El incidente más grave ocurrió con el cable que une Finlandia y Alemania, el único enlace directo entre ambos países. Este cable, gestionado por la empresa finlandesa Cinia, tiene una longitud de casi 1.200 kilómetros y desempeña un papel crucial no solo en telecomunicaciones, sino también en la conectividad de otras infraestructuras críticas, como gasoductos y cables eléctricos submarinos.
La interrupción ha dejado sin comunicación directa a Finlandia y Europa Central, subrayando la vulnerabilidad de estas conexiones estratégicas. El origen del daño aún se investiga, y no se descarta ninguna hipótesis, incluida la posibilidad de una interferencia externa.
Contexto de seguridad: tensiones geopolíticas en el Báltico
Estos incidentes ocurren semanas después de que Estados Unidos alertara sobre un aumento en la actividad militar rusa cerca de cables submarinos estratégicos. Aunque no se han establecido vínculos directos entre estos incidentes y la actividad militar, las autoridades europeas han intensificado la vigilancia de estas infraestructuras.
Los cables submarinos son esenciales para el transporte de datos y electricidad, gestionando más del 95 % del tráfico de internet global. Su vulnerabilidad los convierte en posibles objetivos estratégicos, especialmente en contextos de tensiones geopolíticas.
NordBalt: una conexión energética clave
Además de las telecomunicaciones, el incidente con el cable entre Lituania y Suecia plantea preocupaciones sobre el suministro energético en la región. La interconexión NordBalt, que conecta las redes eléctricas de los países bálticos con las nórdicas, es un proyecto clave para garantizar la independencia energética de Lituania y fortalecer el mercado eléctrico de la región.
Con una longitud de 453 kilómetros, el sistema HVDC (corriente continua de alto voltaje) de NordBalt fue diseñado para integrar mercados energéticos, mejorar la competitividad y proporcionar fuentes alternativas de electricidad. Su instalación, finalizada en 2015, incluyó medidas de seguridad para proteger el cable en áreas sensibles, como antiguos campos minados y zonas protegidas por la red Natura 2000.
Aunque no se ha reportado daño en NordBalt, los recientes cortes subrayan la importancia de proteger infraestructuras energéticas y de telecomunicaciones en el Báltico.
Resiliencia y planificación futura
Los recientes incidentes destacan la necesidad de reforzar la resiliencia de las infraestructuras críticas en Europa. Tanto en el caso de Lituania como en el de Finlandia, la dependencia de cables submarinos únicos o limitados plantea riesgos que deben abordarse mediante una mayor diversificación de rutas y redundancia en las conexiones.
Además, los gobiernos y operadores deben intensificar la vigilancia y la cooperación internacional para proteger estas infraestructuras frente a amenazas externas y riesgos ambientales. Iniciativas como NordBalt y las redes gestionadas por Cinia y Telia son ejemplos de la importancia de combinar tecnología avanzada con medidas de seguridad robustas.
Conclusión: lecciones de un Báltico interconectado
Los cortes en los cables submarinos entre Finlandia y Alemania, y entre Lituania y Suecia, no solo han tenido repercusiones inmediatas en la conectividad digital y el suministro energético, sino que también ponen en evidencia los desafíos a los que se enfrenta Europa para proteger sus infraestructuras estratégicas.
En un mundo cada vez más interconectado, garantizar la seguridad de estas infraestructuras es crucial para la estabilidad económica, política y social del continente. Los incidentes recientes sirven como recordatorio de la importancia de invertir en sistemas resilientes y coordinados que puedan resistir tanto los desafíos técnicos como las tensiones geopolíticas.