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China blinda a los creadores de DeepSeek y reaviva la Guerra Fría tecnológica con Estados Unidos

El gobierno chino prohíbe viajar al extranjero a los desarrolladores de su modelo de inteligencia artificial más avanzado, DeepSeek, para proteger su soberanía tecnológica frente a Occidente. La rivalidad entre China y Estados Unidos escala ahora en el terreno de la IA, con consecuencias geopolíticas, económicas y de ciberseguridad.

La IA, nuevo epicentro de la tensión entre potencias

La lucha por la supremacía tecnológica entre Estados Unidos y China ha entrado en una nueva fase: la carrera por el liderazgo en inteligencia artificial. Mientras Silicon Valley acaparaba los titulares con modelos como GPT-4, Perplexity, Claude o Gemini, China ha avanzado de forma silenciosa pero imparable con DeepSeek, un modelo de código abierto que ha sorprendido a la comunidad global por su rendimiento y capacidad de ejecución local.

El modelo más reciente, DeepSeek V3-0324, cuenta con 685.000 millones de parámetros y ha demostrado en pruebas de laboratorio superar a competidores occidentales en tareas clave de procesamiento de lenguaje natural. Lo más impactante: puede ejecutarse localmente en un Mac Studio M3 Ultra con 512 GB de memoria, alcanzando velocidades de hasta 20 tokens por segundo usando la librería MLX-LM. Un avance que, hasta hace poco, parecía reservado únicamente a grandes centros de datos.

China prohíbe salir del país a sus desarrolladores estrella

La respuesta del gobierno chino no se ha hecho esperar. En un movimiento sin precedentes, las autoridades han prohibido viajar al extranjero a los ingenieros, científicos y empresarios responsables de DeepSeek. La decisión busca evitar el «robo de cerebros», proteger la información estratégica y blindar la innovación frente a posibles filtraciones o espionaje.

Este tipo de medidas recuerdan a los tiempos de la Guerra Fría, donde científicos clave eran considerados activos nacionales y se mantenían bajo estricta supervisión. La medida también responde al temor de que estos expertos puedan ser tentados por grandes tecnológicas estadounidenses o europeas, trasladando su talento y conocimiento fuera de China.

Un impacto global en el sector tecnológico

El ascenso fulgurante de DeepSeek ha sacudido a la industria tecnológica occidental. Según diversos informes, las acciones de gigantes como Microsoft, Google, Nvidia y Meta han experimentado caídas tras la irrupción del modelo chino, que combina potencia, eficiencia y accesibilidad.

China ha invertido de forma masiva en infraestructura de IA, creación de startups y centros de investigación, acelerando su independencia tecnológica. El país busca no solo competir, sino liderar el desarrollo de modelos de IA generativa, visión artificial y automatización industrial.

Estados Unidos reacciona con sanciones y nuevas restricciones

Desde Washington, el avance de DeepSeek se ve como una amenaza directa. La administración Trump ha anunciado que reforzará las sanciones tecnológicas impuestas a China, limitando aún más el acceso a componentes avanzados como chips de última generación y maquinaria para la fabricación de semiconductores.

Sin embargo, los expertos señalan que estas restricciones podrían ser contraproducentes. La experiencia previa con las sanciones impuestas por la administración Biden demostró que China es capaz de sortear los obstáculos, desarrollando tecnología propia y reduciendo su dependencia exterior.

Un conflicto que afecta a toda la comunidad tecnológica

Más allá del enfrentamiento bilateral, la escalada entre China y Estados Unidos plantea serios desafíos a la comunidad tecnológica global. La competencia feroz por la supremacía en inteligencia artificial amenaza con fragmentar el ecosistema de innovación, dificultar la colaboración internacional y potenciar el espionaje industrial.

Por otro lado, plataformas globales como Wikipedia o web.archive.org —frecuentemente utilizadas para alimentar bases de datos de modelos de IA— también se ven afectadas por el apetito de modelos como DeepSeek, GPTBot (de OpenAI), Bytespider (de ByteDance), Claude y Perplexity, que consumen recursos de manera masiva para entrenar sus modelos.

En este contexto, proyectos open source y plataformas educativas se encuentran saturadas de tráfico procedente de crawlers de IA, a veces superando con creces las visitas de usuarios legítimos o incluso los rastreos de Google. Según datos internos de redes de medios como administraciondesistemas.com o educacion2.com, hasta un 90 % del tráfico puede ser atribuido a bots de IA, lo que obliga a implementar medidas anti-abuso cada vez más complejas.

¿Qué futuro nos espera?

China tiene como objetivo declarado convertirse en líder económico mundial para 2030, y la inteligencia artificial es una pieza clave en esa estrategia. Estados Unidos, por su parte, está decidido a mantener su liderazgo, incluso si ello implica restricciones, sanciones y políticas proteccionistas.

Mientras tanto, la Unión Europea estudia regulaciones para limitar el impacto de los modelos de IA en la privacidad y seguridad, intentando encontrar un equilibrio entre innovación y protección de derechos.

La gran incógnita es si esta nueva Guerra Fría tecnológica fomentará la innovación o si, por el contrario, desembocará en un conflicto geopolítico que frene el avance global. La inteligencia artificial, que nació como una herramienta para mejorar la vida de las personas, se ha convertido en el epicentro de una lucha por el poder a escala planetaria.

Fuente: Noticias financieras