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ARM y Qualcomm, al borde de la ruptura: ¿se acerca el fin de una alianza estratégica?

La histórica relación entre ARM Holdings Plc y Qualcomm Inc., dos gigantes de la industria tecnológica, está en crisis. ARM ha dado un paso drástico al cancelar la licencia que permitía a Qualcomm diseñar chips basados en su arquitectura, lo que podría desencadenar un terremoto en los mercados de smartphones y computadoras personales.

El conflicto, que tiene su origen en una disputa legal de 2022, amenaza con afectar a industrias clave que dependen de la tecnología de ambas compañías. Según informa Bloomberg, ARM ha emitido un aviso de cancelación de 60 días para su acuerdo con Qualcomm, lo que pone en peligro la fabricación de los procesadores que Qualcomm utiliza en la mayoría de los dispositivos Android.

La disputa: Nuvia en el centro del conflicto

El núcleo de la disputa se remonta a la adquisición de Nuvia por parte de Qualcomm en 2021, una startup que diseñaba microprocesadores basados en la arquitectura de ARM. Según ARM, esta compra debería haber dado lugar a una renegociación de los términos de licenciamiento, algo que Qualcomm no ha hecho. Como resultado, ARM exige la destrucción de los diseños de Nuvia anteriores a la adquisición, argumentando que no pueden ser transferidos sin su consentimiento.

Los avances de Nuvia son cruciales para los planes de Qualcomm, ya que la empresa ha integrado estas innovaciones en su línea de productos para computadoras personales y próximamente en sus chips Snapdragon, utilizados en smartphones de gama alta. De hecho, los chips de Nuvia son esenciales para los futuros dispositivos que Qualcomm planea lanzar junto a grandes fabricantes como HP y Microsoft.

El impacto en la industria de los smartphones

El posible fin de la licencia representa un desafío monumental para Qualcomm, cuyo negocio depende en gran medida de los procesadores basados en la tecnología de ARM. Si no se llega a un acuerdo, Qualcomm podría verse obligada a detener la venta de productos que representan gran parte de sus ingresos, que ascendieron a unos 39.000 millones de dólares en 2023. Esto no solo afectaría a Qualcomm, sino también a toda la industria de los smartphones, donde su tecnología domina el mercado.

Las acciones de ambas compañías ya han mostrado signos de preocupación por parte de los inversores. Qualcomm sufrió una caída del 3% tras conocerse la noticia, mientras que ARM cayó un 6,4%, lo que refleja el temor a las consecuencias para ambas partes.

Un litigio en marcha

El conflicto legal no es nuevo. En 2022, ARM demandó a Qualcomm por incumplimiento de contrato e infracción de patentes. El desacuerdo sobre la adquisición de Nuvia y la falta de una renegociación de los términos contractuales llevó a que las licencias de Nuvia se rescindieran en febrero de 2023. ARM argumenta que los diseños creados antes de la compra no pueden transferirse a Qualcomm sin su autorización expresa.

Con la cancelación de la licencia, ARM busca aumentar la presión sobre Qualcomm antes del juicio programado para diciembre de 2024. Los analistas de Bloomberg Intelligence, Tamlin Bason y Kunjan Sobhani, consideran que esta medida es un intento de ARM por obtener más ingresos a través de una renegociación que podría implicar mayores tasas de regalías para Qualcomm.

Futuro incierto

Mientras el litigio continúa, tanto ARM como Qualcomm se enfrentan a un panorama incierto. ARM, bajo el liderazgo de su CEO Rene Haas, ha adoptado una estrategia más estricta en cuanto a la concesión de licencias y busca obtener mayores beneficios de su tecnología. Qualcomm, por su parte, ha intensificado sus esfuerzos para desarrollar diseños propios y reducir su dependencia de la tecnología de ARM, aunque aún no está en posición de desvincularse completamente de la compañía británica.

Lo que está claro es que ambas compañías, que en el pasado trabajaban en estrecha colaboración para impulsar el crecimiento de la industria de los smartphones, ahora se encuentran en lados opuestos de una disputa que podría cambiar el panorama tecnológico. Mientras tanto, la industria espera con cautela los resultados de este enfrentamiento, que podría tener consecuencias significativas para los fabricantes de dispositivos móviles y otros sectores dependientes de esta tecnología.

Sin olvidar también que Qualcomm a su vez está interesada en comprar Intel y hacerse con el lucrativo negocio del x86 y los servidores como un complemento a su actual portfolio de productos.

Conclusión

La ruptura de la alianza entre ARM y Qualcomm marca un momento crucial para el futuro de la tecnología móvil. Lo que comenzó como una disputa contractual podría tener ramificaciones a gran escala, afectando a toda la cadena de suministro de smartphones y dispositivos informáticos. La resolución de este conflicto legal será determinante para el futuro de ambas empresas y para la industria tecnológica en general.

Referencias: MuyComputerPro y Yahoo

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