La compañía danesa proyecta inaugurar en 2026 un gigantesco centro de datos en Esbjerg con hasta 200 MW de capacidad, totalmente desarrollado, gestionado y financiado desde Dinamarca.
Thylander ha dado a conocer uno de los proyectos tecnológicos más ambiciosos en la historia digital de Dinamarca: el primer centro de datos de tipo hyperscale que será propiedad y operación exclusiva danesa. El anuncio, realizado el 27 de mayo, supone un hito en la búsqueda de soberanía digital frente al dominio extranjero en la infraestructura crítica del país.
La instalación, cuya apertura está prevista para 2026, comenzará con una capacidad inicial superior a los 100 megavatios, con proyección de alcanzar los 200 MW en fases posteriores. Esta cifra lo situará entre los mayores centros de datos del país. El proyecto representa una inversión millonaria y se ubica en la ciudad de Esbjerg, en la costa occidental danesa.
“El sector de los centros de datos se encuentra en la intersección entre la energía verde y el desarrollo inmobiliario. Tenemos todo lo necesario para liderar desde Dinamarca con los más altos estándares”, afirmó Bjarke Mikkelsen, director general de Thylander. “Ya es hora de cambiar el hecho de que todos los grandes centros de datos en Dinamarca están en manos extranjeras”.
Soberanía digital y respuesta geopolítica
El proyecto de Thylander llega en un contexto marcado por las crecientes tensiones geopolíticas y el debate europeo sobre la autonomía tecnológica. Casos como el reciente bloqueo del correo electrónico de un fiscal del Tribunal Penal Internacional han reavivado las demandas de infraestructura crítica controlada localmente.
“El lanzamiento de este centro de datos es una respuesta clara a la necesidad de soberanía de datos. La digitalización segura y nacional es hoy más prioritaria que nunca”, añadió Mikkelsen.
La ubicación en Esbjerg no es casual. La ciudad ofrece condiciones ideales para este tipo de infraestructuras: es el único puerto de Dinamarca con protección de la OTAN, tiene acceso directo a energía renovable del Mar del Norte y conexiones de fibra óptica hacia el continente europeo y el Atlántico. Además, la reutilización de la infraestructura de refrigeración por agua marina del antiguo Esbjergværket refuerza el perfil sostenible del proyecto.
Anders Frich Mathiesen, responsable del área de centros de datos en Thylander y nuevo presidente de la asociación nacional del sector, destacó que “la elección de Esbjerg garantiza estabilidad, conectividad y resiliencia frente a riesgos como el sabotaje o cortes de cables submarinos”.
Colaboración nacional y eficiencia energética
Thylander ha dejado claro que el éxito del proyecto pasa por formar alianzas sólidas dentro del país. Entre sus socios destaca Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), especializada en soluciones energéticas innovadoras. Además, se integrarán actores locales para canalizar el calor residual del centro hacia la red de calefacción urbana, reforzando así su valor para la comunidad.
La implicación del ayuntamiento de Esbjerg ha sido determinante. Su alcalde, Jesper Frost Rasmussen, celebró la decisión: “Este centro de datos es el resultado de años de estrategia regional para convertir Esbjerg en un eje digital nacional. Es una victoria para la ciudad y para toda la región”.
Más allá de la infraestructura, el proyecto busca generar empleo tanto en su fase de construcción como en la de operación, e impulsar el tejido industrial local.
Una apuesta por el liderazgo tecnológico
En palabras de Mikkelsen, Dinamarca no solo debe participar en la revolución digital, sino liderarla. “Contamos con el talento y la tecnología para elevar los estándares globales en eficiencia energética y seguridad. El Danish Centre of AI Innovation, con el superordenador Gefion, ya ha puesto al país en el mapa de la inteligencia artificial responsable y la computación cuántica. Este es el siguiente paso”.
La construcción del centro de datos de Thylander es, por tanto, una declaración de principios: que Dinamarca puede desarrollar, operar y controlar su propia infraestructura crítica con visión a largo plazo y con criterios sostenibles.
Con este movimiento, el país nórdico se posiciona como referente europeo en soberanía tecnológica y resiliencia digital, a la vez que refuerza su papel en el panorama internacional de centros de datos.
Fuente: Thylander en LinkedIN