Dos meses después de que el Gobierno echara atrás un contrato de casi 10 millones de euros que contemplaba equipos de Huawei para reforzar la red pública RedIRIS, Telefónica vuelve a escena. La operadora se ha adjudicado por 12,8 millones un nuevo proyecto para reforzar la ciberseguridad de la infraestructura académica y de investigación española, en una licitación restringida a la que, finalmente, solo concurrió la propia teleco. La adjudicación, con una rebaja mínima sobre el presupuesto de licitación —13,18 millones, según consta en la documentación— es parte del Plan Nacional de Ciberseguridad y se financiará con fondos europeos Next Generation.
El movimiento llega tras un verano convulso. El 29 de agosto, el Ministerio para la Transformación Digital canceló una adjudicación previa a Telefónica que incluía hardware de Huawei para modernizar la red. La decisión —amparada en criterios de autonomía estratégica y seguridad digital— se produjo en un contexto de presiones y advertencias desde Washington y con Bruselas revalorizando el principio de soberanía tecnológica. Aunque el Gobierno defendió que España no mantiene una lista de proveedores vetados y decide caso por caso, el hecho de que RedIRIS conecte también centros del Ministerio de Defensa hizo el expediente especialmente sensible.
Un contrato “a medida” para un activo crítico
RedIRIS es la red académica y de investigación española. Gestionada por Red.es, enlaza universidades y centros científicos en un troncal que supera los 16.000 kilómetros, con millones de conexiones diarias. Además de la comunidad universitaria, sirve como backbone de servicios públicos y, en parte, defensa; una mezcla que eleva el listón de seguridad y resiliencia.
La nueva adjudicación exige a Telefónica implementar equipos y capas de protección orientados a mitigar ciberataques —incluidos ataques de denegación de servicio (DDoS)—, reforzar la segmentación y el monitoreo y garantizar la continuidad del servicio ante incidentes. En la práctica, supone acelerar la protección de un activo considerado estratégico mientras el Ejecutivo define el rediseño del concurso de renovación tecnológica que quedó varado tras la marcha atrás con Huawei.
Por qué fue cancelado el contrato con Huawei
El expediente anulado a finales de agosto, adjudicado inicialmente a Telefónica con equipos de Huawei, pretendía actualizar enlaces y elevar capacidades de la red. La decisión se justificó por “autonomía estratégica” y “seguridad digital” y, según distintas crónicas, se tomó cuando el asunto ya estaba politizado: EE. UU. había trasladado su incomodidad por la presencia del fabricante chino en infraestructuras conectadas a Defensa, y en la UE crecía la cautela por los riesgos de dependencia tecnológica. El Gobierno comunicó entonces que relicitaría el contrato sin vetos preventivos, aunque la realidad es que ese procedimiento todavía no se ha relanzado y no hay plazos oficiales.
Una licitación restringida y sin competencia
El contrato de 12,8 millones se ha canalizado como procedimiento restringido. Eso significa que el órgano de contratación preselecciona a las empresas que cumplen las exigencias de solvencia técnica, económica o profesional, y solo esas pueden presentar oferta. En este caso, Telefónica fue la única en concurrir, un hecho poco habitual que, en palabras de fuentes del sector, reduce la tensión competitiva y explica la rebaja de apenas un 2,9 % frente al presupuesto inicial. A falta de competencia, la prioridad del contrato pasó por acortar tiempos y garantizar que la red dispone de defensas adicionales mientras llega la —más compleja— renovación de equipamiento.
Qué cambia con este contrato
- Ciberseguridad en primer plano. No se trata de ampliar capacidad de transporte, sino de endurecer la red contra ataques y fallos. El pliego pide equipos y servicios para detectar, mitigar y responder a incidentes, con enfoque en DDoS y protecciones multicapa.
- Tiempo ganado. La Administración gana margen para replantear la relicitación de la modernización tecnológica sin dejar desnudo un activo crítico.
- Fondos europeos y Plan Nacional de Ciberseguridad. El proyecto se financia con Next Generation y se alinea con la Agenda de resiliencia de infraestructuras.
- Mensaje político. Tras el revés del verano, el Gobierno envía una señal de continuidad y control sobre la red que interconecta universidades y servicios sensibles.
Preguntas abiertas: nueva licitación y diversidad de proveedores
Aunque la Secretaría de Estado de Digitalización defendió que España no veta a fabricantes y que cada caso se estudia con criterios de soberanía tecnológica, el episodio deja incógnitas:
- ¿Cuándo se relicitará la modernización de RedIRIS? Fuentes del Ministerio señalaron que habría un nuevo concurso “en los próximos días” a comienzos de septiembre, pero el expediente todavía no ha visto la luz.
- ¿Qué perfiles de proveedor podrán participar? El discurso oficial habla de diversidad tecnológica y de caso por caso; el equilibrio entre riesgo y coste no será trivial.
- ¿Cómo encaja RedIRIS en la autonomía estratégica europea? Las conclusiones del verano apuntan a priorizar fabricantes y ensambladores con garantías y gobernanza “amigable” para infraestructuras críticas.
Lo que hay detrás: soberanía, ciberamenazas y continuidad del servicio
El giro de los últimos meses no se entiende sin tres vectores:
- Soberanía tecnológica. La UE ha redoblado mensajes sobre reducción de dependencias en sectores críticos. En redes de propósito público conectadas a Defensa, el listón es alto.
- Ciberamenazas en ascenso. Ataques DDoS y ransomware contra universidades y servicios públicos se han multiplicado. Para un backbone como RedIRIS, la disponibilidad es tan crítica como la confidencialidad.
- Continuidad académica y científica. La red soporta flujos masivos de investigación, almacenamiento distribuido, supercomputación y servicios en la nube de campus. Frenos o caídas se traducen en proyectos retrasados, recursos ociosos y costes.
Por eso, incluso sin un concurso “grande” de renovación publicado, RedIRIS necesitaba ganar músculo defensivo de manera inmediata. El contrato con Telefónica da respuesta a esa urgencia.
¿Por qué es una licitación restringida?
En contratos relacionados con infraestructuras críticas, el modelo restringido permite a la Administración exigir umbral de solvencia más alto, verificar compliance y asegurar que el adjudicatario puede cumplir plazos y estándares de seguridad. Esa modalidad reduce concurrencia, sí; pero acota riesgos cuando la ventana de exposición es un factor clave. En este caso, a la vista de que solo Telefónica fue invitada (o cumplió los requisitos), el descuento fue exiguo. La contrapartida: agilidad en un momento políticamente sensible.
Impacto para el sector
Para Telefónica, la adjudicación es un balón de oxígeno reputacional tras el “no” del verano y consolida su presencia en infraestructuras públicas. Para el mercado, la decisión alimenta el debate sobre competencia efectiva en contratos de seguridad y sobre cómo equilibrar criterios de soberanía con la mejor relación calidad-precio. Para Huawei, el episodio revela que, aun sin veto formal en España, la prudencia en entornos conectados a Defensa se impondrá con frecuencia.
Qué vigilar a partir de ahora
- Publicación del nuevo concurso de modernización: plazos, pliegos y criterios de solvencia.
- Ejecución del contrato de ciberseguridad: hitos, plazos, indicadores (reducción de DDoS, mejora de tiempos de respuesta).
- Coordinación entre Red.es, universidades y Defensa para alinear requisitos y ventanas de mantenimiento.
- Transparencia en el uso de fondos NextGen y trazabilidad del Plan Nacional de Ciberseguridad.
Preguntas frecuentes
¿Qué es RedIRIS y por qué es una infraestructura crítica?
RedIRIS es la red académica y de investigación española (Red.es), un troncal de más de 16.000 km que conecta universidades, centros científicos y servicios públicos —incluidos entornos vinculados a Defensa—. Su disponibilidad y seguridad impactan directamente en docencia, investigación y servicios esenciales.
¿Por qué se canceló el contrato original con equipos de Huawei?
El Ministerio invocó motivos de autonomía estratégica y seguridad digital. La presencia de Huawei en una red conectada a Defensa chocó con la cautela de EE. UU. y con un clima europeo de reducción de dependencias en infraestructuras críticas. El Gobierno insistió en que no hay veto general y que cada expediente se decide caso por caso.
¿A cuánto asciende el nuevo contrato y quién lo financia?
La adjudicación asciende a 12,8 millones de euros, con una rebaja del 2,9 % sobre el presupuesto (13,18 millones). Está alineada con el Plan Nacional de Ciberseguridad y se financiará con fondos europeos Next Generation.
¿Qué plazos y próximos pasos hay sobre la renovación tecnológica de RedIRIS?
El Gobierno anunció que relicitaría el proyecto de modernización “en los próximos días” a inicios de septiembre, pero el procedimiento aún no se ha publicado. Mientras tanto, el contrato de ciberseguridad adjudicado a Telefónica blinda la red y gana tiempo para rediseñar la licitación con mayor diversidad de proveedores.
Fuentes
- Cinco Días — Telefónica se adjudica el contrato de ciberseguridad de RedIRIS por 12,8 millones (28/10/2025).
- ADSLZone — Telefónica se lleva un nuevo contrato millonario tras el veto a Huawei (28/10/2025).