La compañía Seagate ha dado un golpe sobre la mesa en el sector del almacenamiento con la presentación de un prototipo único: un disco duro (HDD) que integra por primera vez la interfaz PCIe y el protocolo NVMe, tecnologías hasta ahora reservadas exclusivamente para los discos de estado sólido (SSD). Esta innovación promete cambiar el panorama del almacenamiento de datos, especialmente en un momento donde el crecimiento de la inteligencia artificial y las cargas de trabajo masivas demandan soluciones cada vez más potentes y eficientes.
Tradicionalmente, los discos duros HDD han sido la solución ideal para almacenamiento masivo a bajo coste, aunque con velocidades limitadas debido a su dependencia de interfaces como SATA o SAS. Por su parte, los SSD, gracias a las interfaces PCIe y NVMe, han destacado por su rapidez, aunque con un precio considerablemente superior y menor capacidad en comparación con los HDD. La propuesta de Seagate elimina esa disyuntiva, combinando la capacidad masiva de los discos duros tradicionales con la velocidad y flexibilidad del NVMe.
Una arquitectura unificada que elimina cuellos de botella
Según ha explicado la propia Seagate, estos discos duros NVMe suprimen la necesidad de utilizar adaptadores físicos HBA o puentes de protocolo adicionales. Esto permite una integración directa con sistemas host, reduciendo complejidades y, sobre todo, la latencia en procesos críticos.
«A diferencia de los discos duros basados en SAS/SATA, los discos duros NVMe eliminan la necesidad de HBA, puentes de protocolo e infraestructura SAS adicional, lo que optimiza el almacenamiento de IA. Estos discos permiten escalar las cargas de trabajo sin problemas, combinando almacenamiento de alta densidad con caché SSD de alta velocidad en una arquitectura NVMe unificada», destaca Seagate en su comunicado oficial.
Las pruebas iniciales han demostrado resultados sorprendentes. La combinación de discos duros NVMe con SSD NVMe, junto a unidades de procesamiento de datos (DPU) NVIDIA BlueField y el software AIStore, ha permitido alcanzar velocidades y eficiencia que hasta ahora eran impensables para un HDD.
Ventajas claras para la inteligencia artificial y grandes volúmenes de datos
El desarrollo de modelos de inteligencia artificial como ChatGPT, Gemini o Copilot exige procesar y almacenar ingentes cantidades de datos. Hasta ahora, las empresas se veían obligadas a recurrir a soluciones SSD para agilizar las operaciones, encareciendo sus infraestructuras. La propuesta de Seagate permite mantener la capacidad masiva y abaratar costes sin renunciar a un rendimiento competitivo.
Según cifras recogidas por TomsHardware, el trabajo conjunto de NVMe con PCIe permite alcanzar tasas de transferencia de hasta 128 GB/s, frente a los 6-12 Gbps que ofrecen las interfaces SAS o SATA. Esta diferencia podría suponer un punto de inflexión en la forma de trabajar con big data, proyectos de IA o servidores de almacenamiento masivo.
Pruebas exitosas en entornos reales
Seagate ha confirmado que sus pruebas de concepto han sido satisfactorias. Las pruebas internas realizadas en sus centros han validado la capacidad del nuevo HDD para soportar almacenamiento a gran escala, con procesamiento en tiempo real y una retención de datos a largo plazo fiable y estable.
Una de las claves del éxito radica en la capacidad de las DPU para permitir el acceso directo de la GPU al contenido almacenado, evitando así los cuellos de botella en la CPU. Este avance no solo mejora el rendimiento general, sino que también abre la puerta a sistemas más sostenibles y eficientes.
Una revolución silenciosa en la industria
Mientras la mayoría de los desarrollos tecnológicos se centran en el avance de los SSD, Seagate apuesta por revitalizar el HDD con una propuesta disruptiva que podría suponer una revolución. La arquitectura unificada con NVMe y PCIe no solo promete velocidades muy superiores, sino también una mayor escalabilidad para afrontar el auge de la inteligencia artificial y las necesidades de almacenamiento que ello conlleva.
Este movimiento posiciona a Seagate a la vanguardia del sector, anticipando un futuro donde la capacidad y el rendimiento ya no estarán reñidos y donde el almacenamiento masivo podrá integrarse en arquitecturas de alto rendimiento sin costes inasumibles. La industria tecnológica observa con atención este avance, que podría transformar la forma en la que empresas y centros de datos gestionan sus recursos.
Fuente: computer hoy
