Cada día, en oficinas y videollamadas de todo el mundo, se celebran reuniones que, en muchos casos, podrían ser mucho más productivas si existiera un mínimo de preparación previa. Ricardo Tayar, fundador y CEO de Flat 101, ha compartido un consejo simple pero fundamental: no llegues a una reunión sin saber con quién te vas a sentar.
Aunque pueda parecer evidente, lo cierto es que sigue ocurriendo más de lo que se cree. Asistir a un encuentro sin conocer la actividad, los proyectos o el contexto de la empresa con la que se va a hablar no solo denota falta de profesionalidad, sino también desinterés. En cambio, prepararse bien puede marcar la diferencia y ayudar a que la reunión tenga verdadero impacto.
Tayar recomienda tres pasos básicos que cualquier profesional debería tener en cuenta:
1️⃣ Visitar la web de la empresa. Dedicar unos minutos a explorar la página oficial permite entender a qué se dedica, cuáles son sus líneas de negocio, los proyectos en los que trabaja o las áreas que desea potenciar. La mayoría de las empresas cuentan con apartados detallados sobre su actividad, casos de éxito y novedades, información que puede convertirse en un excelente punto de partida para la conversación.
2️⃣ Consultar Google News. Buscar noticias recientes sobre la compañía puede ofrecer información relevante sobre cambios estratégicos, acuerdos, expansiones o lanzamientos de nuevos productos. Además de mantenerse actualizado, esto demuestra un interés real y facilita romper el hielo durante la reunión.
3️⃣ Revisar sus perfiles en redes sociales. La página de la empresa en LinkedIn, así como sus cuentas en Instagram o X, aportan pistas sobre cómo comunica la compañía, cuáles son sus valores y de qué temas está hablando en la actualidad. Este paso ayuda a conocer el tono que utiliza y entender mejor cómo se posiciona ante su comunidad.
Según Tayar, “algo tan sencillo como esta preparación previa transmite un interés sincero y es un activo valiosísimo en cualquier reunión”. No se trata solo de impresionar, sino de facilitar un diálogo más profundo y productivo.
En un entorno cada vez más competitivo, donde las reuniones ocupan gran parte de las jornadas laborales, la diferencia entre un encuentro vacío y uno valioso radica en el nivel de preparación de los asistentes. No se trata de reunirse por reunirse, sino de hacerlo con propósito y conocimiento. Y eso empieza, sin duda, por informarse antes de sentarse a la mesa.