El último informe de Penteo sitúa al cloud en una fase de madurez en la que deja de ser un medio técnico para convertirse en una palanca de resultados: acelerar la innovación, garantizar resiliencia, habilitar IA generativa y, a la vez, controlar el gasto. El patrón dominante es híbrido por defecto y multicloud con propósito. Y en ese contexto el rol del integrador cambia: ya no vale con “montar piezas”, hay que entregar outcomes medibles —coste, time-to-market, cumplimiento y calidad operativa—.
De “explorar la nube” a “necesitar la nube”
El sector ha transitado de un cloud exploratorio (IaaS puntual para picos o DR) a un estadio transformador: modernización de aplicaciones, operaciones cloud nativas, FinOps integrado y soberanía del dato como requisito. La tendencia inmediata apunta a un cloud necesario: infraestructura, datos e IA alineados al negocio y gobernados con políticas comunes entre on-prem, nubes públicas y edge.
Qué está empujando esta evolución:
- Escalabilidad y resiliencia con modelos económicos flexibles frente a la inversión fija en CPDs.
- Acceso continuo a innovación (servicios gestionados, analítica, IA/ML) sin construir capacidades desde cero.
- Escasez de talento interno, que impulsa servicios gestionados y socios con capacidad industrial.
- Presión por optimizar costes y justificar ROI con datos (FinOps), a la vez que se cumplen regulaciones y objetivos de sostenibilidad.
Qué sigue frenando:
- Complejidad contractual y dependencia de catálogos específicos de cada hyperscaler.
- Déficit de competencias para operar multicloud con buen gobierno.
- Migraciones legacy costosas si no se abordan con método (assessment, oleadas, refactorización selectiva).
El integrador sube de nivel: de “tecnólogo” a “transformador”
El integrador relevante en 2025 hibrida on-prem, cloud público y edge, opera multicloud con una landing zone de gobierno y ofrece servicios gestionados 24/7 con SLOs claros. La diferencia respecto a etapas anteriores: el foco está en finanzas, datos e IA tanto como en infraestructura. Un socio capaz debe traducir estrategia en blueprints repetibles: seguridad por diseño, automatización, observabilidad, FinOps de serie y cumplimiento demostrable.
Cinco claves para CIOs y CTOs
- Cloud = estrategia. Es la base para IA/ML, big data, IoT y modernización continua. Quien gobierna bien el cloud diferencia su negocio (agilidad, CX, eficiencia).
- Híbrido y multicloud con propósito. Menos “un proveedor para todo” y más portfolio consciente: qué va dónde, por qué y cómo se gobierna.
- Soberanía y cumplimiento. Localizar, clasificar y proteger datos críticos, con residencia, cifrado y auditorías integrados en la plataforma.
- GenAI pragmática. De pilotos aislados a casos productivos con datos gobernados, MLOps y métricas de impacto (calidad, coste, riesgos).
- Partnering industrial. Capacidades, certificaciones y método para ejecutar la estrategia cloud de principio a fin, no solo proyectos sueltos.
Cómo elegir (bien) un integrador cloud en 2025
1) Gobierno y estrategia. ¿Traduce tu visión en un roadmap realista? ¿Define una landing zone multicloud (identidad, seguridad, red, IaC, tagging, catálogo de servicios) y un modelo de control con auditoría continua?
2) Modernización y datos. Experiencia real en replataformar/refactorizar y en fabricar una plataforma de datos con linaje, calidad, catálogos y analítica avanzada. Observabilidad y automatización como estándar.
3) GenAI usable. Casos en producción con MLOps, evaluación de riesgos (sesgos, privacidad, propiedad del dato), controles de seguridad y métricas de negocio (tiempo de respuesta, calidad, coste por inferencia).
4) Compliance y soberanía. Certificaciones sectoriales/regionales, planes de residencia y continuidad; cifrado extremo a extremo, gestión de claves, backups inmutables y DR probado.
5) Operación 24/7. Equipos SRE/DevOps con SLOs, FinOps integrado (showback/chargeback, compromisos, derechosizing), respuesta a incidentes y gestión proactiva del rendimiento y la seguridad.
Hoja de ruta sugerida (6 pasos)
- Diagnóstico: inventario de aplicaciones/datos, dependencias, RTO/RPO, requisitos de residencia y compliance; quick wins y riesgos.
- Gobierno: definir la landing zone (identidad, redes, seguridad, observabilidad, IaC, tagging, FinOps), catálogos de servicios y proceso de adopción.
- Modernización por oleadas: priorizar por valor y riesgo; empezar por rehost/replatform donde ganes rápido; refactor donde el ROI lo justifique; retirar deuda técnica con métricas.
- Datos primero: estandarizar ingestión, linaje, calidad, catálogo y acceso seguro; separar zonas (bronce/plata/oro) y poner el gobierno en el camino.
- GenAI bajo control: casos con datos gobernados, guardrails, observabilidad del coste y calidad; MLOps para entrenar/servir y medir.
- Operar y optimizar: SRE/DevOps gestionado, SLOs, FinOps continuo y auditorías periódicas; automatización de parches, seguridad y respuestas; gamedays de continuidad.
Buenas prácticas para no tropezar
- No mezcles todo a la vez. Elige pocas nubes bien gobernadas antes que “multicloud por catálogo”.
- No subestimes el dato. Sin gobierno, GenAI y analítica se convierten en pilotos caros.
- No retrases FinOps. Cada mes sin visibilidad y políticas es dinero perdido.
- No dejes la continuidad para el final. Backups inmutables, DR ensayado, DNS/GTM y observabilidad fuera del mismo dominio de fallo.
- No olvides la cultura. Capacitar y alinear equipos es tan clave como la plataforma.
Métricas que sí importan al comité
- % de cargas con RTO/RPO firmados y cumplidos en ensayo.
- Costo unitario por servicio (€/transacción, €/GB procesado) y su tendencia.
- Ahorro FinOps (reservas, rightsizing, apagado fuera de horario) y desviaciones.
- Tiempo de entrega (de idea a producción) por tipo de cambio.
- Cobertura de cumplimiento (datos clasificados, cifrado, auditorías superadas).
- GenAI en producción: calidad, coste por inferencia, plazos de entrega y riesgos mitigados.
Conclusión
El mensaje de Penteo es claro: el cloud ha pasado de herramienta a palanca y exige gobierno serio. El integrador que marque la diferencia será el que combine arquitectura, operación y finanzas para entregar resultados medibles: servicios más rápidos, estables, seguros y eficientes, con datos e IA como ventaja competitiva y coste bajo control. Quien lo entienda hoy tendrá una empresa más ágil mañana; quien no, seguirá acumulando deuda técnica mientras el mercado acelera.