Oracle retrasa parte de sus centros de datos para OpenAI hasta 2028 y reabre el debate sobre el “cuello de botella” de la IA

Oracle vuelve a situarse en el centro de la conversación sobre la infraestructura que necesita la Inteligencia Artificial a gran escala. Según informó Bloomberg, la compañía habría retrasado hasta 2028 algunos proyectos de centros de datos destinados a cargas de trabajo de OpenAI que, en planes previos, apuntaban a estar listos en 2027. El motivo: algo tan poco glamuroso como determinante en 2025, las limitaciones de mano de obra especializada y la disponibilidad de materiales.

El movimiento, aunque encaje con una realidad que toda la industria conoce —la carrera por construir más capacidad está chocando contra la obra civil, la energía y la cadena de suministro—, tiene una consecuencia inmediata: vuelve a poner nerviosos a los mercados cada vez que se toca el calendario de la IA. En un momento en el que el discurso dominante es “más GPU, más potencia, más centros de datos”, cualquier señal de freno se interpreta como una grieta en la narrativa del crecimiento.

El trasfondo: la IA ya no es “software”, es industria pesada

En los últimos dos años, el negocio de la IA generativa ha ido mutando. Sigue siendo modelos, datos y producto, sí, pero también es —y cada vez más— una cuestión de hormigón, transformadores, refrigeración, fibra, permisos y personal cualificado. Dicho de forma simple: no se despliega como una app; se construye como una fábrica.

Ese giro explica por qué una decisión de calendario de Oracle puede tener eco. La compañía se ha convertido en un actor relevante en la infraestructura de IA, impulsada por la demanda de cómputo y por su papel como socio de OpenAI en la nube, en una carrera donde cada trimestre cuenta. Reuters, por ejemplo, subrayaba recientemente cómo el mercado está cada vez más sensible al ritmo de retorno de estas apuestas: inversión masiva hoy, beneficios tangibles mañana… y dudas cuando el “mañana” se mueve un año más allá.

Qué implica un retraso a 2028 en la práctica

Aunque el detalle fino de qué campus o regiones se ven afectados no siempre se hace público con precisión, el mensaje es claro: incluso los gigantes se encuentran con límites físicos. Retrasar proyectos no necesariamente significa cancelarlos, pero sí puede implicar:

  • Replanificación de cargas y prioridades: no todas las necesidades de IA son iguales; algunas requieren latencia baja o soberanía de datos, otras pueden desplazarse a regiones distintas.
  • Mayor presión sobre capacidad ya disponible: cuando el crecimiento previsto se aplaza, la infraestructura existente se “tensa” más tiempo.
  • Efecto dominó en integradores y proveedores: desde contratistas hasta fabricantes de equipos eléctricos y de refrigeración, cualquier cambio de fechas altera pedidos y mano de obra.
  • Impacto reputacional: en IA, el calendario también comunica liderazgo; llegar tarde se penaliza en narrativa y en mercado.

Aquí hay un matiz importante: para el usuario final, un año de retraso en centros de datos “futuros” puede no traducirse en una caída inmediata del servicio. Puede significar, simplemente, que se recurre a capacidad alternativa (otras regiones, acuerdos con terceros, priorización de clientes) mientras el nuevo despliegue llega.

La lectura del mercado: gasto enorme, retorno bajo lupa

La reacción negativa del mercado no se entiende solo por el titular del retraso. Se entiende por el contexto. En 2025, los inversores miran con lupa el equilibrio entre capex, deuda y beneficios. Reuters recogía recientemente cómo el gasto asociado a la infraestructura de IA y las previsiones alimentan el debate sobre si la “fiebre” está adelantando demasiado el gasto frente a los retornos, y cómo esto puede presionar a las acciones cuando las expectativas no se cumplen.

En ese mismo análisis, se destaca otro ingrediente: cuando una compañía queda muy vinculada al ciclo de inversión en IA, también queda más expuesta a cualquier noticia que sugiera fricción (por pequeña que sea) en el despliegue.

El problema no es solo Oracle: es el cuello de botella global

El caso encaja en una tendencia más amplia: la infraestructura para IA se ha topado con límites que no se resuelven con “más presupuesto”. Entre los frenos más repetidos por el sector:

  • Mano de obra: ingenieros eléctricos, especialistas en climatización, equipos de obra, comisionamiento… perfiles que no se multiplican de la noche a la mañana.
  • Materiales y equipamiento crítico: componentes eléctricos, sistemas de refrigeración, equipamiento de red y elementos con plazos de entrega largos.
  • Capacidad energética: incluso con centros de datos construidos, no siempre hay potencia disponible al ritmo que exige la IA.
  • Permisos y tiempos administrativos: especialmente en proyectos grandes o en zonas con presión energética.

Esto convierte la IA en una industria donde la velocidad ya no depende solo de la ingeniería de software, sino de la ingeniería “de mundo real”.

¿Qué puede pasar ahora?

En el corto plazo, el foco estará en dos cosas: si Oracle confirma con claridad qué parte del calendario cambia y cómo afecta a compromisos con clientes; y si la industria consigue acelerar el “pipeline” de construcción para 2026–2028. En el medio plazo, el escenario más probable es una coexistencia: más inversión, sí, pero con ajustes de calendario y priorización de proyectos según disponibilidad de energía, hardware y personal.

Porque si algo deja esta historia es una idea sencilla: la IA no solo compite por modelos mejores. Compite por kilómetros de cable, megavatios, y tiempo de construcción.


Preguntas frecuentes

¿Por qué es relevante que Oracle retrase centros de datos para OpenAI hasta 2028?
Porque la IA generativa depende de infraestructura física y capacidad energética. Si se retrasa nueva capacidad, puede aumentar la presión sobre regiones ya saturadas y ralentizar planes de expansión de cargas de trabajo de IA.

¿Qué significa “restricciones de mano de obra y materiales” en un centro de datos de IA?
Suele referirse a falta de personal especializado (electricidad, refrigeración, comisionamiento) y a plazos largos en equipos críticos como componentes eléctricos, climatización y elementos de red.

¿Puede un usuario desactivar el impacto de estos retrasos en sus proyectos de IA?
En parte: muchas organizaciones mitigan riesgos usando arquitecturas híbridas, capacidad multirregional, acuerdos con varios proveedores y estrategias de escalado que no dependen de un único campus o fecha.

¿Por qué el mercado reacciona tan fuerte a noticias de calendario en infraestructura IA?
Porque el ciclo actual exige inversiones enormes hoy y el mercado descuenta crecimiento rápido. Si el calendario se mueve, crecen las dudas sobre el ritmo de retorno y sobre si el gasto está adelantándose demasiado.

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