Pese a una fuerte caída de ventas en el mercado chino, la compañía sorprende con resultados sólidos impulsados por su división de centros de datos.

Nvidia ha demostrado una vez más su capacidad de adaptación en un entorno geopolítico adverso. A pesar del veto a la exportación de sus chips H20 a China, impuesto por el gobierno estadounidense en abril, la tecnológica ha logrado cerrar el primer trimestre de su ejercicio fiscal 2026 con unos ingresos de 44.060 millones de dólares (unos 40.600 millones de euros), superando incluso las previsiones más optimistas del mercado.

Este resultado se produce en un contexto especialmente complejo para la firma liderada por Jensen Huang. La nueva normativa de licencias para exportar a China provocó una caída abrupta en la demanda de los chips H20, obligando a Nvidia a asumir una amortización de 4.500 millones de dólares por exceso de inventario y compromisos de compra ya adquiridos. El impacto de la medida también se tradujo en un beneficio neto menor, que se situó en 18.800 millones de dólares, por debajo de los 22.000 millones del trimestre anterior. Además, el margen operativo descendió del 71,3 % al 61 %.

Aun así, el desempeño de Nvidia fue considerado robusto por los analistas, y los mercados reaccionaron con optimismo: tras la publicación de los resultados, las acciones de la compañía subieron un 5 % en operaciones fuera de horario. El mensaje que envía Wall Street es claro: aunque el mercado chino representa una pérdida significativa, el resto del mundo sigue demandando a gran velocidad todo lo que Nvidia es capaz de fabricar.

Blackwell lidera la ofensiva en centros de datos

La clave del éxito ha estado en la nueva arquitectura Blackwell, destinada a cargas de trabajo de inteligencia artificial y supercomputación. Según los datos proporcionados por la empresa, la división de centros de datos creció un 73 % respecto al año anterior, afianzando su papel como pilar estratégico de la compañía. El propio Jensen Huang admitió que el veto a China marca «el fin de Hopper», la anterior generación de chips que ya no podrá adaptarse a los nuevos requisitos regulatorios.

Pese a este traspié, el plan de transición hacia GB300 —la siguiente evolución de la arquitectura Blackwell— avanza sin contratiempos, con el objetivo de evitar los retrasos sufridos con el lanzamiento inicial de GB200. Nvidia mantiene la puerta abierta a una posible versión modificada de Blackwell compatible con los controles de exportación hacia China, aunque por ahora no ha dado detalles concretos.

Otras divisiones también al alza

Más allá del segmento estrella, la compañía también logró cifras positivas en otras áreas de negocio. La unidad de gaming, impulsada por las tarjetas gráficas GeForce, generó 3.800 millones de dólares en ingresos. La rama automotriz y las soluciones profesionales para estaciones de trabajo también mostraron una evolución estable o positiva, consolidando el carácter diversificado del negocio de Nvidia.

Previsiones para el segundo trimestre

De cara al segundo trimestre fiscal, Nvidia espera alcanzar una facturación en torno a los 45.000 millones de dólares. Sin embargo, anticipa una pérdida adicional de 8.000 millones debido a las restricciones comerciales vigentes. Pese a ello, la confianza del mercado se mantiene firme, alimentada por la continua expansión de la demanda de aceleradores de IA en centros de datos de todo el mundo.

Un futuro sin China, pero con margen de maniobra

El contexto geopolítico obliga a Nvidia a buscar alternativas para mantener su ritmo de crecimiento. Aunque la ausencia del mercado chino supone un lastre, la firma parece estar posicionada para seguir creciendo gracias a la solidez de su tecnología, la capacidad de producción ajustada y el apetito insaciable del sector por soluciones de IA.

El caso de Nvidia es una muestra más de cómo las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China reconfiguran el mapa tecnológico global. Pese a las restricciones, la compañía sigue batiendo récords y apuntando alto, con la vista puesta en una segunda mitad de año donde Blackwell será el protagonista indiscutible.