Tres semanas han bastado para convertir a Nexperia en el caso de estudio de la dependencia europea del ecosistema chino. Tras la inusual intervención del Gobierno neerlandés sobre la compañía —propiedad de la china Wingtech—, Pekín bloqueó el 4 de octubre las exportaciones de su filial en China. El corte dejó a la industria europea sin una parte crítica de diodos, MOSFET y lógica básica, piezas modestas pero imprescindibles para la automoción y la electrónica de consumo. La secuencia ha dado un giro en los últimos días: Bloomberg adelantó que Países Bajos está dispuesto a suspender sus poderes sobre Nexperia si China reanuda el suministro; y, en paralelo, fuentes del mercado señalan que las salidas desde China empiezan a normalizarse, lo que abriría la puerta a una desescalada.
La cronología explica por qué el episodio ha disparado las alarmas:
- 30 de septiembre: La Haya toma control excepcional de Nexperia alegando “graves deficiencias de gobernanza” y riesgo para la seguridad económica.
- 4 de octubre: El Ministerio de Comercio chino prohíbe exportar a Nexperia China y a sus subcontratas.
- Semanas siguientes: la filial china detiene envíos desde Dongguan y prioriza ventas domésticas; el suministro a fabricantes de automóviles europeos entra en riesgo de parálisis.
- Finales de octubre / comienzos de noviembre: los avisos se multiplican: Nissan, Mercedes y otros comienzan a sufrir tensiones; Nexperia advierte que no puede garantizar la autenticidad o calidad de los chips producidos en China a partir del 13 de octubre por las condiciones de control y trazabilidad.
- 7 de noviembre: Bloomberg publica que Países Bajos “está preparado” para ceder el control si se restablecen las exportaciones; horas después, otra nota de la agencia sugiere que China está permitiendo de nuevo exportaciones, allanando el terreno para un retroceso de las medidas neerlandesas.
La grieta de fondo: producción europea, empaquetado chino
Conviene separar fabricación de front-end y back-end. Buena parte de los chips de Nexperia se producen en Europa, pero alrededor del 70 % se empaqueta y distribuye desde China. Ese paso —encapsulado, prueba y logística— es el que Pekín puede cerrar o abrir de forma inmediata. El resultado es un recordatorio incómodo: la continuidad de sectores tan sensibles como el del automóvil depende de cuellos de botella fuera del control comunitario.
Ni Infineon ni STMicroelectronics pueden absorber de la noche a la mañana un vacío así sin generar meses de retrasos. La propia Nexperia ha tratado de desdoblar inventarios y apoyarse en Malasia y Filipinas para parte del empaquetado, pero el golpe de la orden china fue inmediato: talleres de ensamblaje parados y distribución cortada en seco.
¿Qué hizo Países Bajos y por qué?
La intervención de La Haya se ejecutó con base en la Goods Availability Act, un instrumento que permite al Estado bloquear decisiones corporativas si ve peligro para la disponibilidad de bienes críticos. Economía alegó “fallos de gobernanza” y riesgo de transferencias de tecnología a la matriz china, Wingtech. Entre las medidas, la suspensión del presidente del consejo vinculado a Wingtech y el nombramiento de un consejero independiente con voto decisivo.
El movimiento desató la respuesta de Pekín —el bloqueo de exportaciones— y un cruce diplomático que ha escalado con rapidez. En paralelo, la rama china de Nexperia ha reclamado autonomía operativa y ha seguido suministrando a clientes domésticos para ganar tiempo.
Señales de desescalada (y una cesión condicionada)
El viernes, Bloomberg citó a fuentes gubernamentales al asegurar que Países Bajos está dispuesto a “suspender” sus poderes sobre Nexperia si se restablece el flujo de chips. Poco después, otra pieza de la agencia informaba de que China empieza a permitir exportaciones de la filial, “abriendo la puerta” al retroceso neerlandés. Si se confirma, quedaría dibujado un intercambio práctico: chips a cambio de control. Una cesión que el Ejecutivo de La Haya presentaría como medida temporal, pero que admite lectura política: la capacidad de presión de China cuando controla eslabones clave de la cadena.
Impacto en la automoción y la electrónica: semanas, no meses
Los fabricantes de automóviles advierten de una ventana crítica. Los inventarios de chips de potencia y lógica son mucho más cortos que los de componentes complejos (SoC de infoentretenimiento, por ejemplo), porque se consumen en enorme volumen y su valor unitario es bajo. En cuestión de semanas, el parón del back-end chino puede forzar paradas de líneas en Europa y Japón si no llegan alternativas. De ahí la prisa por reconducir el conflicto incluso con una fórmula imperfecta.
La electrónica de consumo (electrodomésticos, cargadores, fuentes de alimentación, placas base) sufre el mismo patrón, aunque con una visibilidad algo mayor en la cadena y más sustitución posible pieza a pieza.
Soberanía vs. realismo: la lección de Nexperia
El episodio deja tres lecciones para Europa, más allá de titulares inflamados:
- El “made in EU” no basta si el empaquetado y la logística están en China. La autonomía estratégica exige un esquema back-end (OSAT) y redes logísticas diversificadas en Europa y aliados.
- La ley de chips necesita músculo: no sólo subvenciones a fábricas “front-end”, también programas para back-end, formación y reservas estratégicas de componentes de bajo margen pero alto impacto.
- Diplomacia de suministro: igual que EE. UU. firma acuerdos energéticos y de materias primas, la UE debe negociar canales seguros para encapsulado y test fuera de China, con incentivos y contratos a largo plazo.
¿Y ahora qué?
A corto plazo, la prioridad es evitar el corte: si, como apuntan varias fuentes, China reanuda exportaciones, lo razonable sería que La Haya suspenda (que no derogue) su control. Eso enfría la crisis y da tiempo a trazar planes de contingencia. Pero el regreso al statu quo no resuelve el problema de fondo: la asimetría. En el próximo ciclo presupuestario, la Comisión Europea y los gobiernos tendrán que decidir si el back-end de semiconductores entra por la puerta grande en la política industrial —con incentivos, permisos y formación— o si se asume el riesgo recurrente de paradas por choques geopolíticos.
Para las empresas, la respuesta es menos ideológica y más operativa: mapear dependencias de Nexperia por familia de producto, homologar equivalentes con Infineon, ST y fabricantes asiáticos no expuestos a estos vetos, ampliar inventarios selectivos (donde sea razonable) y negociar contratos con cláusulas de prioridad en crisis.
Preguntas frecuentes
¿Tomó realmente el Gobierno neerlandés el control de Nexperia?
Sí. A finales de septiembre, Países Bajos intervino con base en la Goods Availability Act, alegando deficiencias de gobernanza y riesgo para la seguridad económica. El Ejecutivo puede bloquear decisiones corporativas que considere perjudiciales y nombró un consejero independiente con voto decisivo.
¿China bloqueó las exportaciones de Nexperia desde China?
Sí. El 4 de octubre, el Ministerio de Comercio chino prohibió exportaciones de Nexperia China y sus subcontratas, lo que paralizó el flujo de productos encapsulados desde Dongguan y otros centros. Esa medida cortó ≈ 70 % del volumen que se empaqueta en China.
¿Es cierto que Países Bajos va a “devolver” el control a Wingtech?
Lo que Bloomberg reporta es que Países Bajos está dispuesto a “suspender” sus poderes sobre Nexperia si se restablecen las exportaciones. No es una cesión incondicional, sino una desescalada condicionada al flujo de chips. Varias informaciones apuntan a que China empieza a permitir exportaciones, lo que facilitaría el retroceso.
¿Cuándo se normalizará el suministro a automoción?
Si las exportaciones se restablecen de inmediato, la industria habla de semanas para aliviar tensiones en planta. Si el pulso se reaviva, el riesgo es que paradas puntuales se conviertan en paradas generalizadas. La diversificación del back-end y reservas de críticos son la única red de seguridad real.