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Microsoft veta DeepSeek: la IA china queda prohibida en su entorno corporativo por motivos de seguridad

La compañía estadounidense impone un bloqueo interno a la aplicación de inteligencia artificial desarrollada en China, alegando riesgos en la privacidad de los datos y censura estructural en el modelo

La guerra tecnológica entre Estados Unidos y China suma un nuevo episodio. Microsoft ha prohibido el uso interno de DeepSeek, una de las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial más prometedoras desarrolladas en China, citando motivos de seguridad y falta de transparencia. El anuncio fue confirmado por el presidente de la compañía, Brad Smith, durante una audiencia en el Senado de EE. UU., en el marco de las preocupaciones crecientes sobre la soberanía tecnológica y la protección de datos frente a potencias extranjeras.

Una prohibición con mensaje geopolítico

La decisión de Microsoft no se limita a una medida técnica o administrativa: envía un mensaje contundente al ecosistema global de la IA. DeepSeek, cuyo modelo de lenguaje sorprendió por su potencia y eficiencia, ha sido retirado de Microsoft Store y su uso ha sido prohibido a todos los empleados de la compañía en entornos corporativos.

El principal argumento esgrimido por Microsoft es la ubicación de los servidores en los que DeepSeek procesa y almacena los datos, todos situados en territorio chino. Según Smith, esto podría facilitar el acceso a información confidencial por parte de agencias de inteligencia del gobierno de Pekín, un riesgo inaceptable para una empresa que gestiona servicios cloud, sistemas operativos y modelos de IA usados por gobiernos y grandes corporaciones.

Censura algorítmica y control narrativo

Más allá del riesgo de espionaje, Microsoft también cuestiona la falta de neutralidad del modelo de DeepSeek, subrayando que evita sistemáticamente ciertos temas sensibles para el Partido Comunista Chino. Este comportamiento, interpretado como una forma de censura algorítmica, refuerza la desconfianza hacia tecnologías que, aunque sofisticadas, podrían estar ideológicamente alineadas con intereses políticos ajenos a los valores democráticos.

Contradicciones en la nube: Azure sí, pero intervenido

Paradójicamente, Microsoft sigue permitiendo el uso del modelo DeepSeek R1 en su nube Azure, aunque con matices importantes. En este caso, el modelo se distribuye como software open source, por lo que los usuarios pueden ejecutarlo en instancias locales sin necesidad de conectarse a servidores chinos.

Eso sí: antes de permitirlo, Microsoft modificó el modelo base. Según explicó Smith, los ingenieros de la compañía intervinieron el código para eliminar potenciales riesgos, desde comportamientos no deseados hasta puertas traseras técnicas, y sometieron el sistema a rigurosas auditorías de seguridad.

Este doble enfoque —veto a la app, pero disponibilidad del modelo ajustado— refleja la tensión entre apertura tecnológica y control soberano, una línea cada vez más fina en el desarrollo de IA global.

Un precedente para otras empresas

La prohibición impuesta por Microsoft podría marcar un punto de inflexión para otras empresas tecnológicas y organismos gubernamentales occidentales. El creciente recelo hacia herramientas desarrolladas en China no es nuevo, pero ahora alcanza al corazón de la IA generativa, uno de los campos más estratégicos para la economía, la defensa y el dominio digital.

DeepSeek no es la primera víctima de esta desconfianza, pero sí una de las más notorias. Su llegada al mercado fue vista como una demostración del rápido avance de la IA china, y su modelo ha sido comparado en capacidad con los de OpenAI o Anthropic. El veto de Microsoft, sin embargo, vuelve a poner sobre la mesa el dilema central del siglo XXI: ¿puede haber una inteligencia artificial sin fronteras en un mundo con bloques cada vez más definidos?

fuente: Gizmodo

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