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Los desafíos tecnológicos que marcarán la evolución de los data centers en 2025

En los últimos años, los data centers están experimentando una gran evolución, provocada en gran medida, por la llegad de nuevas tecnologías como es la computación de alto rendimiento o la inteligencia artificial. Estos nuevos modelos operativos, exigen infraestructuras más robustas y eficientes, capaces de adaptarse a las crecientes demandas del mercado.

A continuación, haremos un repaso por las principales tendencias que transformarán los data centers en 2025.

Inteligencia Artificial

La inteligencia artificial está transformando no solo la operación y gestión de los centros de datos, sino también su diseño. Estos centros, que ahora albergan servidores especializados en aprendizaje automático e IA, requieren niveles de potencia sin precedentes. La IA, con su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, optimiza la eficiencia energética, permite una gestión más inteligente de las cargas de trabajo y anticipa posibles fallos. También automatiza procesos como la gestión de infraestructura y la optimización de la refrigeración, reduciendo costes operativos y promoviendo la sostenibilidad.

Se prevé que para 2025 la integración de soluciones basadas en IA sea esencial para aumentar la eficiencia de los centros de datos y mejorar su capacidad de respuesta ante las crecientes exigencias del mercado.

Consumo energético

Los data centers han contribuido significativamente al aumento de la demanda energética. Según el informe ‘TMT Predictions 2025’ elaborado por Deloitte, se estima que el consumo energético de los centros de datos crecerá un 12% para 2030, alcanzando los 1.065 teravatios-hora (TWh), lo que equivaldría al 4% del consumo energético global.

Este crecimiento presenta retos técnicos, como la gestión de densidades de potencia cada vez mayores, con racks de 50 kW, 100 kW y hasta 300 kW. Para mitigar el impacto del consumo energético, los centros de datos están optando por diseños más eficientes y explorando tecnologías avanzadas, entre las que destaca sistemas de recuperación de energía, automatización o control energético, que permiten equilibrar el rendimiento de las instalaciones sin comprometer la eficiencia energética.

Refrigeración líquida

A medida que los centros de datos crecen y aumenta la demanda de sus recursos, los requisitos refrigeración se vuelven más exigentes. La proliferación de servidores dedicados IA y análisis en tiempo real incrementa la densidad de carga eléctrica, sometiendo a los centros de datos a un estrés térmico que pone de manifiesto la necesidad de adoptar tecnologías de refrigeración más avanzadas.

En este contexto, la refrigeración líquida emerge como una solución capaz de gestionar altas densidades de calor de forma más eficaz que la refrigeración tradicional. Esta tecnología no solo permite optimizar la eficiencia operativa, sino que contribuye a reducir considerablemente el consumo energético, un aspecto crítico en un sector cada vez más orientado hacia la sostenibilidad.

Por todo ello, se prevé que en los próximos años la mayoría de los data centers integren algún tipo de tecnología de refrigeración líquida en sus operaciones, un cambio fundamental para las estrategias de gestión térmica.

Sostenibilidad

La sostenibilidad se ha convertido en uno de los principales pilares del sector, impulsada por el propio modelo de negocio de los centros de datos, ya sean Cloud Service Providers (CSP) o colocation. Reducir el consumo energético no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también permite disminuir significativamente los costes operativos. Sin embargo, y a pesar de los avances tecnológicos en eficiencia, el consumo energético sigue aumentando, lo que plantea un desafío para la industria en su transición hacia un futuro más verde.

Según Goldman Sachs Research , las emisiones de dióxido de carbono generadas por los centros de datos a nivel mundial podrían duplicarse a finales de esta década.

Con el objetivo de paliar estos efectos, el sector está adoptando medidas significativas de eficiencia y sostenibilidad, apoyadas en tecnologías innovadoras y políticas gubernamentales. Un ejemplo es la Directiva de Eficiencia Energética (DEE) de la Unión Europea, creada para promover el uso de energías renovables. Esta normativa exige, a los propietarios y operadores de centros de datos con una demanda de energía de TI instalada de 500 kW o más, que proporcionen anualmente información general sobre indicadores clave de rendimiento (energía, capacidad de TIC y tráfico de datos) y sostenibilidad (uso de energía y agua, factor de reutilización de energía y factor de energía renovable).

Iniciativas como esta no solo buscan reducir la huella ambiental del sector, sino también establecer un estándar para la transparencia y la responsabilidad energética.

Localización

La ubicación de los centros de datos es un elemento crítico que influye de forma directa en su diseño, operación y la selección de la tecnología necesaria. Factores como la disponibilidad de energía o las limitaciones de infraestructura determinan si se construye una nueva instalación o se moderniza la existente.

Para hacer frente a estos desafíos, cada vez más data centers optan por ubicarse en zonas industriales o cercanas a fuentes de energía renovable, como plantas solares o parques eólicos, que garanticen baja latencia. Son especialmente los hiperescalares o desarrolladores de IA, los que están optando por estas nuevas ubicaciones debido a que la proximidad a los grandes centros urbanos ya no es imprescindible para ellos.

Esta estrategia permite superar las limitaciones relacionados con las infraestructuras energéticas en áreas urbanas, sino que también asegura una velocidad óptima de transmisión de datos, esencial para operaciones de alta demanda y la conectividad en tiempo real.

Talento

La rápida expansión de los centros de datos ha evidenciado la escasez de profesionales capacitados para cubrir los roles que demanda el sector. Según Uptime Institute, se estima que la fuerza laboral necesaria para operar estos centros alcanzara los 2,3 millones en 2025, lo que supone la incorporación de alrededor de 300.000 empleados adicionales a nivel mundial.

Esta necesidad de talento supone un reto para la industria en 2025, que deberá implementar estrategias para atraer y retener profesionales, así como colaborar con instituciones educativas y adoptar políticas laborales que fomenten la inclusión y diversidad en el sector.

En definitiva, 2025 estará marcado por la innovación tecnológica, el enfoque en la sostenibilidad y la integración de soluciones que mejoren la eficiencia, operatividad y la capacidad de adaptación a las crecientes demandas del mercado.  Las organizaciones que adopten estas tendencias estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos y el futuro de la industria de los data centers.