La visita de Lisa Su, consejera delegada de AMD, a China ha dejado un mensaje claro: la compañía quiere profundizar su presencia e inversión en el país justo cuando la relación tecnológica entre Washington y Pekín vuelve a tensarse —y, a la vez, a buscar nuevas fórmulas de cooperación— alrededor de la inteligencia artificial y los semiconductores.
Según la información difundida por medios asiáticos, Su se ha reunido estos días con actores clave del ecosistema chino, en una agenda que combina industria, diplomacia y narrativa estratégica. Por un lado, la directiva visitó Lenovo en Pekín y conversó con su presidente, Yang Yuanqing, en un momento en el que el PC vive una nueva ola de renovación alrededor del concepto de “AI PC” (equipos con capacidades de IA local). Por otro, la CEO de AMD mantuvo encuentros institucionales de alto nivel que refuerzan la idea de continuidad: China sigue siendo un mercado prioritario para la empresa, incluso con el ruido regulatorio y geopolítico de fondo.
El subtexto: inversión, confianza y acceso a producto
En el discurso público, la palabra que más pesa es “cooperación”. En el subtexto, lo que se juega es otra cosa: acceso a mercado, continuidad de suministro y estabilidad regulatoria en un sector donde cualquier giro político puede cambiar la hoja de ruta de un trimestre a otro.
Uno de los puntos que más atención ha generado en medios chinos es el encaje de AMD en el nuevo escenario de controles estadounidenses a la exportación de tecnología avanzada. En paralelo a esta visita, también han circulado referencias a condiciones fiscales o mecanismos de cumplimiento para poder operar con determinados productos en el mercado chino —un síntoma de la época: no solo importa vender, importa cómo se vende y bajo qué marco.
El resultado es una fotografía que resume bien 2025: ejecutivos de chips intentando hacer equilibrio entre dos mundos. Si se corta China, se pierde volumen, socios y tracción comercial. Si se ignoran las restricciones de EE. UU., se arriesgan licencias, reputación y cadena de suministro global.
Un momento político especialmente sensible
La visita de Su llega cuando, en EE. UU., vuelve al primer plano el debate sobre qué se puede vender a China y bajo qué condiciones, especialmente en aceleradores y sistemas pensados para IA. En medios estadounidenses también se ha hablado de fórmulas como tasas, ingresos compartidos o marcos específicos vinculados a ciertas exportaciones de chips, lo que alimenta la sensación de que el “manual” está cambiando: el control ya no sería solo prohibir o permitir, sino condicionar económicamente el acceso.
En este contexto, la estrategia de AMD es doble: insistir en el mensaje de compromiso a largo plazo con el mercado chino, y al mismo tiempo moverse con cuidado para no quedar atrapada en una escalada regulatoria que afecte a producto, partners y planificación.
Lenovo, PCs con IA y el negocio que sí puede escalar
El encuentro con Lenovo también tiene lectura de negocio puro. El PC —tras años de altibajos— vuelve a ser relevante por una razón concreta: muchas empresas quieren IA útil en el puesto de trabajo sin depender siempre de la nube. Y ahí entran los procesadores con aceleración y capacidades orientadas a cargas de IA, un segmento donde AMD compite con fuerza.
Además, Lenovo no es solo un “cliente grande”: es un termómetro del mercado chino (y global) para consumo y empresa. En un entorno donde el crecimiento se reparte de forma desigual, reforzar alianzas con fabricantes con escala puede marcar la diferencia entre crecer y simplemente resistir.
Lectura final: no es un viaje, es una señal
Más allá de la foto y de los titulares, lo relevante es el tipo de señal que emite AMD: no quiere que China sea un “mercado táctico”, sino estructural, incluso cuando el sector vive una reindustrialización acelerada, una carrera por la autosuficiencia y una rivalidad abierta por la supremacía en IA.
Y, al mismo tiempo, la visita evidencia una realidad incómoda: el negocio de chips ya no se explica solo con productos y hojas de ruta. Se explica con diplomacia corporativa, con acceso a ecosistemas, con cumplimiento regulatorio y con una capacidad cada vez más fina para navegar entre bloques.
Preguntas frecuentes
¿Por qué es importante que AMD aumente inversión en China?
Porque China sigue siendo un mercado enorme para PCs, centros de datos y adopción de IA, y además concentra una parte crítica del ecosistema de fabricación y partners tecnológicos.
¿Qué impacto tienen las restricciones de EE. UU. en AMD y otras empresas de chips?
Pueden limitar qué productos se venden, a quién y con qué condiciones, afectando ingresos, planificación de inventario y estrategia de lanzamientos.
¿Qué papel juega Lenovo en esta historia?
Lenovo es un socio de escala global y un actor clave en China; reforzar relación con el fabricante ayuda a AMD a posicionarse en el ciclo de renovación de PCs impulsado por funciones de IA.
¿Esto significa que EE. UU. y China están “cooperando” más en chips?
Más bien significa que el sector busca espacios de operación dentro de un marco tenso: puede haber acuerdos y ventas, pero con límites, licencias y nuevas condiciones que cambian con rapidez.