La IA desata una tormenta de almacenamiento: plazos de HDD hasta 2 años y la capacidad QLC de 2026, ya comprometida

La ola de despliegues para IA de inferencia ha encendido todas las alarmas en la cadena de suministro de almacenamiento. Según fuentes del sector citadas por la prensa taiwanesa, los discos duros nearline (HDD) para centros de datos atraviesan una escasez persistente y los plazos de entrega se han estirado por encima de los 2 años. Ante el cuello de botella, los grandes CSP (proveedores de nube) en Norteamérica y China están urgentemente ampliando pedidos y firmando contratos a largo plazo para asegurarse cupos tanto de HDD como de SSD empresariales de alta capacidad.

El desequilibrio ha provocado un segundo efecto inmediato: la capacidad de producción de QLC NAND de 2026 en varios fabricantes ya se habría pre-vendido, y el mercado proyecta que, como pronto en 2027, los bits QLC podrían superar a TLC a nivel global. En paralelo, se observa un cambio agresivo de especificaciones en los pedidos de los CSP: del SSD corporativo habitual (8–16 TB) a 64–128 TB en China, y hacia 128–256 TB QLC en Norteamérica.

Por qué faltan HDD (y por qué no se arreglará rápido)

La demanda acumulada de capacidad “cálida” para inferencia —grandes volúmenes de datos “casi en línea” para servir modelos— aterriza en el segmento nearline donde los HDD siguen dominando el coste por terabyte. Pero el mercado de fabricación de discos se ha consolidado en muy pocos actores y funciona mayoritariamente por pedido (build-to-order), lo que limita la flexibilidad de respuesta. El resultado: colas entre CSP y proveedores, plazos crecientes y contratos que ya miran a 2026 para asegurar suministro.

Aunque los grandes de HDD han mejorado guías de ingresos, no todos acompañan con capex agresivo. Seagate, por ejemplo, contempla un +5 % de inversión anual enfocado en upgrades tecnológicos (para elevar rendimiento y densidad), mientras que Western Digital mantiene una postura prudente de expansión. Traducido: habrá algo más de salida por eficiencia, pero no una avalancha de nuevas fábricas a corto plazo. Y existe un vector adicional de riesgo: aunque la escasez actual no deriva de materias primas, las tierras raras siguen siendo críticas en HDD; cualquier tensión en exportaciones puede añadir incertidumbre al suministro.

El “plan B” de la nube: más SSD… pese al precio

Con los HDD atascados, los CSP no tienen alternativa a aumentar la compra de SSD empresariales de gran capacidad, aun asumiendo que el precio por TB sigue siendo 3–4 veces el de un HDD nearline. Ese pivotaje está acelerando la transición hacia QLC NAND en el centro de datos, con líneas de 128–256 TB para racks de IA. El obstáculo es que no todo el QLC está listo ni hay dies de 2 Tb suficientes para alimentar volúmenes masivos: un SSD de 256 TB requiere configuraciones muy densas (p. ej., 32×32 dies de 2 Tb), y la disponibilidad estable de ese die aún es limitada.

La consecuencia inmediata es un rally de precios: en el 4.º trimestre, el SSD empresarial y NAND para servidores suben más del 20 %; en algunos modelos de SSD, la alza llega al 30–40 %. Los proveedores también mueven ficha: Micron ha pasado de negociar trimestralmente a semana a semana, Kioxia advierte directamente de falta de inventario, y Samsung se encuentra en transición de V6 a V8 en su fábrica de Xi’an, con producción contenida en la primera mitad del año y rampa en la segunda.

Todo esto ocurre, además, sobre un fondo de reducciones estratégicas de producción (del 10–15 %) que varios fabricantes aplicaron desde finales de 2024 y que aún no han revertido del todo. La priorización del cupo hacia servidores está desplazando capacidad desde el consumo (p. ej., smartphones), y la utilización de fábricas subirá gradualmente, pero no lo bastante rápido para cerrar el hueco nearline.

Un mercado al rojo vivo hasta, al menos, 2026

La simultaneidad es inédita: HDD, NAND y DRAM están tensionados a la vez, con tres trimestres de subidas acumuladas y un piso alto de precios que —según estimaciones de directivos del sector— podría mantenerse hasta 2026. En NAND, la escasez acelera la penetración de QLC (mejor coste por bit, densidades crecientes, mejoras de yield y más capas por pila), y empuja el horizonte para PLC (5 bits por celda) hacia 2027–2028, inicialmente en productos específicos y con retos claros de fiabilidad y vida útil.

Implicaciones prácticas para planificadores y compradores

1) Ajustar el mix tecnológico (y los SLO de almacenamiento)

  • Donde la latencia y el rendimiento sostenido importan (conjuntos de inferencia “activos”), QLC SSD puede ser la única vía realista mientras falte HDD.
  • Para retención y archivado, priorizar TLC de alta densidad o HDD asegurados por contrato; considerar cintas como colchón de capacidad a costes previsibles.

2) Negociación y contratos

  • Si el proyecto depende de HDD nearline, cerrar ya contratos 2026 con proveedores; incluir cláusulas de prioridad y escalado.
  • En NAND, contemplar indexación de precios o acuerdos flexibles dada la volatilidad (caso Micron, negociación semanal).

3) Capacidad y eficiencia

  • Revisar tiering: cachés SSD más grandes para descargar HDD cuando existan, o comprimir/desduplicar por carga (ojo a CPU); activar cold moves más frecuentes a medios más baratos.
  • Implementar políticas de borrado y lifecycle estrictas: cada TB “inútil” almacenado hoy se paga varias veces en 2025–2026.

4) Ingeniería de fiabilidad en QLC

  • En QLC masivo, usar over-provisioning generoso y write shaping; reforzar monitoreo de desgaste (SMART ampliado/telemetría) y firmware de mitigación.
  • Planificar RAID/erasure con reconstrucciones rápidas (y redes preparadas) para evitar ventanas largas de degradación.

5) Presupuesto y TCO

  • Asumir escenarios de precio +20–40 % en SSD empresarial y lead time largo en HDD.
  • El TCO 2025–2026 puede favorecer soluciones híbridas si reducen riesgo de falta de servicio aunque suba el €/TB.

¿Qué viene después? El papel de la fotónica y los “saltos” de densidad

La presión de IA está empujando a la industria hacia nuevas interconexiones dentro del rack (óptica integrada, CPO) y hacia densidades NAND superiores. Si el HDD mantiene el coste por TB competitivo, conservará un lugar central en retención nearline; pero el gap de disponibilidad y la inercia de la cadena de suministro pueden dejar a QLC SSD como solución puente durante más tiempo del previsto. En cualquier caso, el medio plazo apunta a una arquitectura por capas más agresiva, con movimientos automáticos y cachés inteligentes para equilibrar coste, servicio y riesgo.


Preguntas frecuentes

¿Por qué se alargan los plazos de HDD más de 2 años?
Porque la fabricación está muy concentrada, se produce sobre pedido y la demanda nearline de CSP ha saltado a un nivel que la oferta no puede absorber con rapidez. Sin nuevas fábricas ni capex masivo, el ajuste depende de mejoras de rendimiento y colas.

Si el SSD cuesta 3–4× por TB, ¿por qué se compra tanto QLC?
Porque no hay HDD suficientes y los proyectos de IA de inferencia necesitan capacidad activa ahora. El QLC ofrece la mayor densidad disponible en SSD y, con ingeniería adecuada, cumple para volúmenes “cálidos”.

¿Qué subida de precios cabe esperar en el corto plazo?
Para 4T, los SSD empresariales y NAND para servidores suben >20 %; en algunos modelos, 30–40 %. De cara a 2026, los analistas estiman que la demanda de bits para SSD de servidores crecerá ≈ 50 % respecto a 2025, lo que mantendrá la tensión.

¿Cuándo será dominante QLC frente a TLC?
Con los impulsos actuales, el sector prevé que los bits QLC podrían superar a TLC entre 2027 y 2028, antes de lo que se esperaba hace un año. La introducción de PLC (5 bits/celda) podría comenzar en nichos en ese mismo horizonte, con retos de fiabilidad y vida útil a resolver.

vía: digitimes

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