El auge de la Inteligencia Artificial está redefiniendo la infraestructura digital a nivel global. La carrera por construir centros de datos capaces de soportar cargas de trabajo avanzadas está creciendo a un ritmo vertiginoso, lo que a su vez dispara las necesidades de refrigeración y plantea retos sin precedentes para la gestión energética y térmica de estas instalaciones críticas.
Según un reciente informe de McKinsey & Company, la demanda global de capacidad en centros de datos aumentará entre un 19 % y un 22 % anual hasta 2030, con un protagonismo creciente de los llamados AI-ready data centers, aquellos diseñados específicamente para alojar cargas de trabajo de IA generativa como ChatGPT o Gemini. Estos centros consumen y disipan cantidades de energía muy superiores a los tradicionales, especialmente en fases de entrenamiento de modelos.
La refrigeración entra en una nueva era: del aire al líquido
Hasta hace poco, la mayoría de centros de datos utilizaban sistemas de refrigeración por aire. Sin embargo, las nuevas densidades energéticas —que ya han superado los 17 kW por rack y podrían alcanzar los 120 kW por rack con chips como el NVIDIA GB200— están forzando un cambio estructural hacia tecnologías de refrigeración líquida.
Entre las soluciones más extendidas se encuentran:
- Cold Plates: placas metálicas atravesadas por refrigerante que disipan directamente el calor de chips y GPUs.
- Coolant Distribution Units (CDUs): unidades de gestión que recirculan el refrigerante desde los Cold Plates hasta los chillers para su enfriamiento.
- Chillers sin aceite con inversores: más eficientes y capaces de operar a bajas revoluciones, reduciendo pérdidas energéticas.
- CRAH (Computer Room Air Handlers): manejadores de aire diseñados para entornos informáticos, esenciales para mantener la temperatura ambiente en las salas de servidores.
Empresas como LG Electronics han comenzado a ofrecer soluciones integradas que incluyen Cold Plates personalizadas para chips de distintos tamaños, CDUs compactos con sensores de respaldo virtual y CRAHs optimizados para eficiencia y fácil mantenimiento.
Del centro urbano al desierto: nuevas ubicaciones para centros de datos
La creciente demanda de energía ha convertido el acceso a potencia eléctrica en un cuello de botella. Regiones tradicionalmente atractivas como Virginia del Norte o Santa Clara (California) están alcanzando el límite de su capacidad de transmisión. Esto ha empujado a operadores a buscar ubicaciones más remotas, como Wyoming o Indiana, donde los recursos eléctricos son más abundantes.
Algunos proyectos innovadores buscan incluso operar cerca de plantas nucleares —como el centro de datos de Talen Energy— o crear microcentrales off-grid basadas en celdas de combustible, baterías o renovables.
Rediseño eléctrico y mecánico para la era de la IA
La arquitectura eléctrica también está evolucionando. El aumento de las cargas ha llevado a implementar unidades de distribución de potencia más grandes, switchgear redimensionados y fuentes de alimentación de 48 V, en lugar de las tradicionales de 12 V, para minimizar pérdidas energéticas.
A nivel mecánico, se están adoptando tecnologías de refrigeración por inmersión, sobre todo en instalaciones destinadas al entrenamiento intensivo de IA, donde se requiere disipar más de 150 kW por rack. Estas soluciones permiten mejorar la eficiencia energética (reducciones del 10 % en el PUE) y alargan la vida útil de los componentes electrónicos al mantener temperaturas más constantes.
Una inversión multimillonaria en marcha
El informe de McKinsey estima que la inversión en infraestructura eléctrica y mecánica para centros de datos superará los 250.000 millones de dólares antes de 2030. Esto incluye no solo nuevas construcciones, sino también la adaptación de centros existentes para hacer frente a la nueva demanda impulsada por la IA.
Empresas como Blackstone y Digital Realty ya han anunciado acuerdos por valor de 7.000 millones de dólares para construir nuevos centros en Frankfurt, París y Virginia del Norte, mientras que fabricantes como Super Micro Computer y HCL Technologies están expandiendo su presencia en Estados Unidos y Asia respectivamente.
Conclusión: una oportunidad para repensar el futuro del cómputo
La necesidad de enfriar eficientemente centros de datos de ultra alta densidad ya no es un desafío técnico, sino una condición de viabilidad para el despliegue de la IA a escala global. Las oportunidades son enormes: desde la fabricación de componentes personalizados hasta la integración de soluciones sostenibles y modulares.
No obstante, el éxito dependerá de tres factores clave: velocidad, colaboración e inversión. El ecosistema de la IA exige una transformación profunda y rápida de la cadena de valor de los centros de datos. Quienes logren adaptarse a tiempo, podrán liderar un sector que está llamado a convertirse en la columna vertebral de la economía digital en la próxima década.
Fuente: mckinsey.com