Un informe de Deloitte estima que la demanda eléctrica de los centros de datos podría multiplicarse por cinco para 2035, y la energía nuclear surge como una de las alternativas más sólidas para satisfacer ese crecimiento.
El auge de la inteligencia artificial está transformando la forma en que se diseñan, construyen y alimentan los centros de datos. Y con esta transformación llega una necesidad urgente: más electricidad. Según un reciente informe del Deloitte Research Center for Energy & Industrials, la demanda energética de los centros de datos en Estados Unidos podría alcanzar los 176 GW en 2035, lo que supone multiplicar por cinco los niveles actuales. En este contexto, la energía nuclear se perfila como una de las fuentes más prometedoras para garantizar un suministro fiable, limpio y continuo.
¿Por qué energía nuclear?
Frente a otras fuentes como el gas o las renovables, la energía nuclear presenta varias ventajas estratégicas para cubrir las crecientes necesidades de los centros de datos:
- Suministro constante (baseload): Las plantas nucleares operan 24/7 con un factor de capacidad del 92,5 %, muy superior al de fuentes como la eólica (35 %) o solar (25 %).
- Alta densidad energética: Una pequeña cantidad de combustible nuclear puede generar una gran cantidad de electricidad, reduciendo necesidades logísticas y espacio físico.
- Escalabilidad: Un único reactor puede producir más de 800 MW, suficiente para abastecer varios centros de datos hiperescala.
- Cero emisiones durante la operación: La energía nuclear no emite gases de efecto invernadero durante su funcionamiento.
- Uso eficiente del terreno: Las instalaciones nucleares requieren mucho menos espacio que las energías renovables a gran escala.
El papel de los pequeños reactores modulares (SMR)
Entre las innovaciones más destacadas están los reactores modulares pequeños (SMR), diseñados para ser ensamblados en fábrica y desplegados con rapidez en lugares estratégicos como centros de datos o antiguos emplazamientos industriales. Estos reactores ofrecen ventajas como:
- Menor inversión inicial y tiempos de construcción más cortos (2-3 años).
- Flexibilidad de ubicación: Pueden instalarse incluso en espacios reducidos o reutilizados.
- Seguridad mejorada gracias a sistemas pasivos y diseños subterráneos.
- Escalabilidad para ajustar la potencia instalada a medida que crecen las necesidades.
Retos y oportunidades
A pesar de su potencial, escalar la energía nuclear presenta desafíos considerables:
- Altos costes iniciales: La construcción de nuevas plantas nucleares sigue siendo costosa (entre 6.400 y 12.600 USD por kW en 2024).
- Gestión de residuos: Aún no existe una solución definitiva para el almacenamiento de residuos de alta actividad en EE.UU.
- Dependencia de combustible extranjero: EE.UU. sigue dependiendo en gran medida del uranio enriquecido procedente de países como Rusia y China.
- Déficit de talento: Se prevé que el sector nuclear necesitará cuadruplicar su fuerza laboral actual hasta 2050, pasando de 100.000 a 375.000 trabajadores.
Para afrontar estos retos, Deloitte propone medidas como:
- Reutilización de centrales cerradas y emplazamientos de carbón como base para nuevas plantas nucleares.
- Estímulos financieros e incentivos públicos y privados.
- Modelos de negocio innovadores, como contratos PPA firmados por empresas tecnológicas.
- Alianzas entre sector público, privado y académico para investigación, formación y aceptación social.
¿Un nuevo horizonte para los centros de datos?
En palabras del informe, «la energía nuclear está entrando en una nueva era», y los centros de datos —especialmente los orientados a IA generativa y cómputo intensivo— pueden convertirse en los catalizadores de este renacimiento energético. La combinación de alta fiabilidad, sostenibilidad y capacidad de adaptación posiciona a la energía nuclear, y especialmente a los SMRs, como una pieza clave para sostener el crecimiento exponencial de la infraestructura digital del siglo XXI.
El sector ya no sólo debate cómo escalar los centros de datos, sino también cómo alimentarlos de forma segura, sostenible y asequible. La respuesta, al menos en parte, parece estar en el átomo.
Fuente: Deloitte