El CEO de NVIDIA reconoce que la Ascend 910C de Huawei iguala en rendimiento a su chip H200, mientras crece la tensión entre EE. UU. y China por el dominio de la inteligencia artificial
La carrera global por la supremacía en inteligencia artificial ha alcanzado una nueva cota de franqueza: el CEO de NVIDIA, Jensen Huang, ha reconocido públicamente que Huawei ha logrado desarrollar un chip —el Ascend 910C— comparable a su propia joya tecnológica, la GPU H200. Lo ha hecho en plena temporada de resultados financieros y en medio de la creciente presión geopolítica entre Estados Unidos y China.
“La tecnología de Huawei, según nuestro mejor conocimiento hasta el momento, es probablemente comparable a una H200”, declaró Huang en una entrevista. “Han avanzado con rapidez. También han presentado un nuevo sistema, CloudMatrix, que escala incluso más allá de nuestra última arquitectura Grace Blackwell. Huawei es una empresa tecnológica formidable, y no se han quedado quietos. Buscan formas de competir y lo hacen de forma formidable”.
Huawei alcanza a NVIDIA en IA… a pesar de las sanciones
Las palabras de Huang suponen una admisión histórica. Desde que la administración Trump vetó la venta de chips avanzados a empresas chinas como Huawei, el gigante asiático ha acelerado el desarrollo de soluciones propias. Lo que parecía una barrera insalvable en 2019 ha acabado impulsando el ecosistema tecnológico nacional, al punto que ahora Huawei puede igualar a NVIDIA en rendimiento por chip y superarla en soluciones de clúster.
El sistema Huawei AI CloudMatrix 384 es la prueba palpable: una arquitectura diseñada para escalar vertical y horizontalmente, capaz de igualar —y en ciertas condiciones superar— a los mejores sistemas occidentales. Su desarrollo marca un punto de inflexión en la batalla tecnológica global.
Un pulso geoestratégico: chips, sanciones y guerra fría digital
Las restricciones impuestas por EE. UU. al acceso de China a tecnologías críticas —como software de diseño (EDA), litografía avanzada o GPU de alto rendimiento— buscaban frenar el avance del gigante asiático. Pero la respuesta ha sido clara: China no solo no se ha detenido, sino que ha redoblado su apuesta.
El propio Huang lo admite: “Los competidores chinos han evolucionado rápidamente. Como todos los demás, están duplicando y cuadruplicando su capacidad cada año. La disponibilidad de tecnología china acabará llenando el mercado si no podemos competir”.
Esa competencia, hoy por hoy, ya no depende solo del mercado. Se ha convertido en una cuestión de política de Estado. Trump, de vuelta en la Casa Blanca, ha reactivado su agenda de reindustrialización vía aranceles, pero también ha endurecido las restricciones al talento y al acceso de estudiantes chinos a universidades estadounidenses.
Una carrera que NVIDIA podría estar perdiendo en China
Aunque NVIDIA ha diversificado sus ventas hacia otros mercados y ha logrado compensar el veto con la demanda explosiva de inferencia de IA en Occidente, el vacío en el mercado chino ya está siendo ocupado por Huawei y sus partners locales. Empresas como Tencent, Alibaba o Baidu han iniciado la migración de sus plataformas de CUDA a alternativas locales, según filtraciones recientes, con un horizonte de transición de apenas tres meses.
A esta situación se suma un hecho inquietante: NVIDIA ya no tiene margen para desarrollar una versión aún más recortada del chip H20 para el mercado chino. Las restricciones impuestas son tan severas que no permiten ir más allá, y según Huang, “no sabemos cómo reducir más Hopper”.
¿Europa como nuevo tablero? La inteligencia artificial como infraestructura nacional
En este contexto, Europa se perfila como el nuevo campo de batalla estratégico para la infraestructura de IA. Huang ha anunciado una gira por Francia, Reino Unido, Alemania y Bélgica, donde se reunirá con jefes de Estado para discutir la construcción de fábricas y centros de datos enfocados en inteligencia artificial. “La IA ya es considerada como parte de la infraestructura nacional, como lo fueron la electricidad o Internet”, señaló.
Pero la ventana de oportunidad es estrecha. Si EE. UU. no logra mantener su liderazgo tecnológico a través de innovación y apertura —y no solo mediante sanciones—, el dominio chino será cuestión de tiempo. Lo ha dicho también Rob Lee, analista de Semianalysis: “Huawei no necesita superar a NVIDIA en todos los aspectos, solo necesita ser suficientemente buena para el mercado local, y lo está consiguiendo”.
Conclusión: un equilibrio frágil en un tablero global
Estados Unidos se encuentra en un momento crítico: las sanciones ya no bastan para frenar a un competidor que ha aprendido a resistir y adaptarse. Que el CEO de NVIDIA reconozca abiertamente la paridad tecnológica con Huawei supone una alerta para el sector: la hegemonía tecnológica occidental está en entredicho.
Y mientras tanto, el conflicto en Europa del Este y el reequilibrio global que representan los BRICS podrían ser el catalizador de un cambio aún mayor. En este tablero geopolítico de dos bandas —semiconductores e inestabilidad geoestratégica—, las decisiones que se tomen en Washington, Bruselas o Pekín durante los próximos meses marcarán el futuro tecnológico del planeta.

Vía: elchapuzasinformatico y Bloomberg