Intel se alía con Tata para levantar la primera megafábrica de chips de India por 14.000 millones de dólares

Intel ha cerrado un acuerdo estratégico con Tata Electronics para construir en India la primera gran planta de fabricación de semiconductores del país, junto con una instalación de ensamblado y test (OSAT). La operación, valorada en unos 14.000 millones de dólares, refuerza la apuesta de Nueva Delhi por convertirse en un actor relevante en la cadena global de chips y encaja con la estrategia de Intel de relanzar su negocio de foundry tras varios años complicados.

Según la información adelantada por Reuters y recogida por distintos medios económicos, el proyecto contempla dos grandes piezas:

  • Una fábrica de obleas (fab) en el estado de Guyarat, que será la primera instalación de este tipo a gran escala en India.
  • Una planta OSAT (ensamblado, empaquetado y pruebas) en el estado de Assam, clave para cerrar el ciclo productivo dentro del propio país.

Aunque de momento no se ha hecho público qué tecnologías de proceso se utilizarán, todo apunta a nodos maduros y avanzados, pensados tanto para electrónica de consumo como para cargas de trabajo de inteligencia artificial y centros de datos en el medio plazo.


Un balón de oxígeno para el negocio de foundry de Intel

El acuerdo llega en un momento delicado para Intel. La compañía lleva varios ejercicios arrastrando pérdidas, fuertes planes de recorte y retrasos en algunas de sus grandes apuestas industriales. El nombramiento en 2025 de Lip-Bu Tan como nuevo consejero delegado —un veterano del sector con experiencia en Cadence y el capital riesgo— ha sido interpretado como un intento de acelerar el giro hacia el negocio de foundry y recuperar competitividad frente a TSMC y Samsung.

Para Intel Foundry, la alianza con Tata Electronics ofrece varias ventajas:

  • Inversión compartida: parte del enorme coste inicial de la fábrica lo asume el socio local, lo que reduce la presión sobre el balance de Intel.
  • Acceso a un mercado en expansión: India es uno de los países con mayor crecimiento en PCs, smartphones y servicios digitales, y el Gobierno quiere que una parte de ese valor se genere dentro del país.
  • Diversificación geográfica: en un contexto de tensiones geopolíticas y de “friend-shoring”, tener capacidad productiva en India es una carta estratégica adicional frente a posibles disrupciones en otras regiones.

El movimiento también encaja con la hoja de ruta tecnológica de Intel, que incluye la implantación de procesos avanzados como Intel 18A y, más adelante, 14A. Aunque el nodo concreto de la planta de Guyarat no está confirmado, la compañía necesita volumen en todos sus escalones de fabricación para hacer rentable su modelo de foundry a gran escala.


India quiere su hueco en el mapa mundial de los semiconductores

La otra gran beneficiada del acuerdo es India. Desde 2021, el Gobierno de Narendra Modi impulsa la denominada India Semiconductor Mission (ISM), un programa de incentivos destinado a atraer fábricas de chips, plantas de empaquetado y centros de diseño al país, reduciendo la dependencia del exterior en un componente crítico para la economía digital.

Hasta ahora, India era sobre todo un gran consumidor de electrónica y un hub de desarrollo de software, pero apenas contaba con capacidad industrial en la parte dura de la cadena de valor. La entrada de Intel y Tata cambia el tablero:

  • Primera gran fab nacional: supone pasar del discurso a la ejecución, con una inversión que se mide en decenas de miles de millones de dólares.
  • Cadena más resiliente: al combinar fab y OSAT en el mismo país, se reduce la exposición a cuellos de botella externos en ensamblado y empaquetado.
  • Efecto arrastre: este tipo de proyectos suele ir acompañado de proveedores de materiales, equipos, logística especializada y formación de personal técnico local.

No obstante, nadie en la industria espera resultados inmediatos. Levantar una fábrica de semiconductores desde cero suele llevar entre 3 y 5 años como mínimo, y requiere resolver retos de suministro eléctrico estable, agua ultrapura, infraestructuras de transporte y un ecosistema de talento técnico muy especializado.


Un proyecto de década, no de trimestre

El propio historial reciente de Intel muestra que este tipo de apuestas son maratones, no sprints. El fabricante ha tenido que replantear o ralentizar inversiones en otras regiones, como sus nuevas fábricas en Ohio (EE. UU.), en parte por el enorme coste y la complejidad de poner en marcha nuevas plantas en contexto de mercado cambiante.

En India, además, el reto es doble:

  • el país quiere saltar varios peldaños de golpe en la escalera tecnológica,
  • e Intel necesita que el proyecto sea competitivo en costes y rendimiento frente a su gran rival, TSMC, que sigue dominando el mercado mundial de foundry.

Aun así, el acuerdo con Tata envía varias señales claras:

  1. India va en serio con su objetivo de convertirse en polo de fabricación de chips, no solo de software y servicios.
  2. Intel está dispuesta a compartir riesgo y asociarse con grandes conglomerados locales para ganar presencia en mercados clave.
  3. La geopolítica de los semiconductores se multipolariza, con nuevos nodos de producción emergiendo fuera del eje tradicional EE. UU.–Europa–Este de Asia.

Si todo avanza según lo previsto, la futura fábrica de Guyarat y la planta OSAT de Assam podrían entrar en operación a lo largo de la próxima década, convirtiéndose en un pilar relevante tanto de la estrategia industrial india como del plan de resurrección del negocio de foundry de Intel.


Preguntas frecuentes

¿Qué es exactamente una “fab” de semiconductores?
Es una planta de fabricación de chips donde se procesan obleas de silicio mediante fotolitografía y decenas de etapas de deposición, grabado y dopado. Son instalaciones extremadamente caras y complejas, con costes que fácilmente superan los 10.000 millones de dólares por fábrica de última generación.

¿Qué significa OSAT y por qué es importante?
OSAT viene de Outsourced Semiconductor Assembly and Test. Son plantas dedicadas a cortar las obleas en chips individuales, encapsularlos y someterlos a pruebas eléctricas y de fiabilidad. Sin esta fase, los chips no pueden integrarse en productos finales; por eso contar con OSAT propio es clave para tener una cadena de suministro más controlada.

¿Usará esta fábrica los procesos más avanzados de Intel (18A, 14A)?
Por ahora no se ha comunicado públicamente qué nodos se fabricarán en India. Lo habitual en nuevos países es empezar con tecnologías algo más maduras y, a medida que se consolida el ecosistema, ir avanzando hacia nodos de vanguardia, en función de la demanda de clientes y de los incentivos gubernamentales.

¿Cuándo podría estar operativa la planta de Intel y Tata en India?
Este tipo de proyectos suele requerir varios años desde el anuncio hasta la producción en volumen. Entre la obra civil, instalación de equipos, validación de procesos y certificación de clientes, no sería sorprendente que la fábrica tardara buena parte de la década en alcanzar plena capacidad productiva.

vía: wccftech y Reuters.

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