Intel empieza a dibujar con más claridad su hoja de ruta para 2026 tras su intervención en la Barclays Global Tech Conference. La compañía ha confirmado que el nodo Intel 18A-P —la versión de alto rendimiento de su proceso estrella— ya cuenta con un PDK maduro y que más del 70 % del volumen asociado a esta generación se fabricará “en casa”.
El mensaje es doble: por un lado, reforzar la narrativa de recuperación industrial de Intel Foundry; por otro, admitir de forma implícita que la demanda de nodos avanzados supera con creces la capacidad disponible y que hay que escoger prioridades. Y esas prioridades pasan por CPU, servidores e infraestructura de IA, no por competir contra todos en todos los frentes.
Intel @ Barclays Global Tech Conference
— SiliconFly (@Silicon_Fly) December 11, 2025
– 18A-P PDK is mature
– 70% of PTL tiles in-house (overall)
– Nova Lake will bring more wafers back in-house (?)
– Internal foundry capacity shifting towards server
– Demand higher than supply in both client & server
– Server roadmap needs…
Al mismo tiempo, la compañía perfila mejor el encaje de Panther Lake, Nova Lake, el acuerdo multigeneracional con NVIDIA y la posible compra de SambaNova dentro de una estrategia que quiere recuperar cuota en CPU y abrirse hueco en la IA empresarial, sin entrar de lleno en la guerra de GPUs para hiperescala.
Panther Lake e Intel 18A-P: más obleas para uso propio
Panther Lake es la primera cara visible del nuevo ciclo. Será la primera plataforma de cliente sobre Intel 18A y se fabricará en la nueva fábrica de Arizona, con un volumen que crecerá de forma gradual por las limitaciones de rendimiento (yield) del nodo.
En la conferencia, Intel dejó dos mensajes clave sobre 18A-P:
- El PDK “endurecido” (hardened PDK) ya está disponible para el ecosistema.
- En torno al 70 % de los tiles asociados a Panther Lake se producirán internamente, dejando menos del 30 % a TSMC y otros socios.
Aunque la compañía evita detallar qué bloques concretos migran a 18A-P, la lectura más lógica sitúa el CPU tile dentro de las fábricas propias, mientras que parte de la lógica gráfica o de conectividad seguiría externalizada. Es un gesto claro para reforzar el mensaje de “IDM 2.0”: Intel quiere volver a vivir de su propia fabricación avanzada, no solo de diseños.
La otra cara del anuncio es menos vistosa: Intel reconoce que las obleas avanzadas “no dan para todo” y que el mercado profesional tendrá prioridad. Traducido, PC y portátil podrían ver restricciones de volumen mientras el servidor y las plataformas de IA absorben buena parte de la capacidad en 18A, especialmente en los primeros años del nodo.
Nova Lake: menos TSMC y más dependencia de Intel 18A-P
Hasta hace pocos meses, buena parte de los rumores situaban el CPU tile de Nova Lake —la arquitectura sucesora— en TSMC N2P, con Intel delegando en el gigante taiwanés el salto a nodos bajo los 2 nm para asegurar rendimiento y eficiencia. Esa teoría encajaba con un Intel aún en transición y con yields inciertos en 18A.
El discurso actual matiza o directamente enfría ese escenario. Con el PDK de 18A-P maduro y la voluntad declarada de fabricar más tiles avanzados en casa, la compañía sugiere que Nova Lake podría traer todavía más volumen de vuelta a Intel Foundry, dejando a TSMC sobre todo bloques auxiliares o menos críticos.
Es una apuesta arriesgada: si 18A-P cumple, Intel reforzará su relato de “vuelta al liderazgo de proceso” y mejorará márgenes al reducir la dependencia externa. Si el nodo se atasca o los costes se disparan, quedará expuesta en plena transición de arquitecturas.
Intel 14A y el papel de NVIDIA: foundry de sistemas, pero con condiciones
Por encima de 18A-P aparece Intel 14A, el nodo con litografía High-NA EUV llamado a sostener la segunda mitad de la década. Intel ya lo había colocado en su hoja de ruta como sucesor natural de 18A, con desarrollo inicial en Oregón.
Sin embargo, en los últimos meses la compañía ha admitido que 14A y los nodos posteriores dependen de algo más que de la voluntad técnica: si no consigue un gran cliente externo para su foundry, se reserva el derecho de ralentizar o incluso cancelar la inversión. La factura de los equipos High-NA de ASML y el riesgo de quedarse sin volumen suficiente hacen que la apuesta tenga que ser, necesariamente, más selectiva.
En este contexto, el acuerdo multigeneracional con NVIDIA toma otro significado. No se trata solo de “fabricar alguna GPU” puntual, sino de amarrar varias generaciones de producto con empaquetado avanzado y parte del front-end en Intel Foundry, aportando volumen estable y prestigio a su negocio de manufactura avanzada.
Es, en la práctica, una forma de decir al mercado: Intel Foundry no es solamente para Intel; también puede ser el socio de referencia de otros gigantes de la IA… aunque, de momento, con más foco en empaquetado y nodos maduros que en despliegues masivos sobre 18A y 14A.
IA sin guerra de GPU masiva: SambaNova y la apuesta por la infraestructura privada
El mensaje más sensible llega en el terreno de la inteligencia artificial. Intel viene de varios intentos fallidos o tibios en el mercado de GPU para centros de datos, mientras NVIDIA y, en menor medida, AMD han consolidado un dominio difícil de cuestionar en el corto plazo.
En paralelo, distintos informes han revelado que Intel está en negociaciones avanzadas para adquirir SambaNova Systems, una compañía que ofrece una plataforma de IA de pila completa orientada a despliegues en centros de datos y nubes privadas. Más allá de los detalles financieros, la operación tiene una lógica evidente: en lugar de replicar el modelo de GPU masiva de NVIDIA, Intel quiere vender soluciones “llave en mano” de IA privada a empresas y gobiernos.
El discurso que deja traslucir la compañía es claro: no va a liderar la carrera del entrenamiento de LLM en hiperescala, pero sí quiere ser la referencia en infraestructura de IA empresarial, combinando:
- CPU de nueva generación (Panther Lake, Nova Lake).
- Aceleradores específicos y soluciones de terceros.
- Plataformas completas basadas en tecnología SambaNova u otros socios.
Es un cambio de enfoque respecto a etapas anteriores, donde se aspiraba a competir frontalmente con las grandes GPUs de datos. El giro no garantiza el éxito, pero sí evita una guerra casi perdida de antemano en términos de escala y ecosistema.
Recuperar cuota en CPU: rentabilidad arriba, presión abajo
Todo este movimiento industrial y estratégico sigue teniendo un objetivo muy concreto: recuperar cuota en CPU, especialmente en segmentos donde AMD y Apple han ganado terreno.
Intel parece apostar por una estrategia mixta:
- Proteger márgenes en la gama alta, donde las nuevas arquitecturas sobre 18A-P pueden justificar precios superiores si cumplen en rendimiento y eficiencia.
- Ser más agresiva en precio en la gama media, aprovechando su capacidad de fabricación para presionar en volumen cuando los yields lo permitan.
En paralelo, el PC “tradicional” podría quedar algo relegado en términos de prioridad de obleas frente a servidores e infraestructura de IA, pero seguirá siendo una pieza necesaria para dar salida al volumen y mantener presencia de marca en el usuario final.
¿Plan maestro de Gelsinger ejecutado por Lip-Bu Tan o cambio de rumbo?
La gran pregunta es si todo esto responde al plan maestro que Pat Gelsinger dejó trazado —cinco nodos en cuatro años, recuperación del liderazgo de proceso, resurrección de Intel Foundry— o si Lip-Bu Tan está redefiniendo el rumbo con criterios más financieros y selectivos.
Por un lado, el énfasis en 18A-P, la búsqueda de grandes clientes externos para 14A y la alianza con NVIDIA encajan con la visión de convertir a Intel en una “foundry de sistemas para la era de la IA”. Por otro, las dudas sobre la viabilidad económica de 14A, la dependencia de acuerdos externos y las polémicas en torno a posibles conflictos de interés en operaciones como SambaNova añaden ruido al relato.
Lo que parece claro es que Intel ha dejado de intentar abarcarlo todo: ya no quiere ser a la vez líder en CPU, GPU, foundry, PC, hiperescala y cada nueva ola tecnológica. La apuesta actual es más pragmática: centrarse en aquellos campos donde su capacidad de fabricación, sus alianzas y su posición en CPU e infraestructura le permiten competir sin entrar en guerras imposibles.
Si esa estrategia llega a tiempo dependerá de tres factores que 2026 pondrá a prueba:
- Que 18A-P funcione de verdad en volumen razonable.
- Que el acuerdo con NVIDIA y otros clientes dé tracción real a Intel Foundry.
- Que la jugada de la IA privada con SambaNova y compañía encuentre suficiente demanda frente a la inercia de la nube pública.
Solo entonces se sabrá si Lip-Bu Tan ha culminado el plan de Gelsinger o si, en el camino, Intel ha tenido que reescribir parte del guion para adaptarse a un mercado que ya corre a ritmo de NVIDIA y TSMC.