El ministro de Defensa neerlandés advierte de una intensificación de los intentos de espionaje cibernético por parte de China, en pleno pulso global por el dominio tecnológico en chips avanzados.
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Holanda ha lanzado una seria advertencia sobre el creciente interés de China en su industria tecnológica, y en particular en el sector de los semiconductores. Según declaró este fin de semana el ministro de Defensa, Ruben Brekelmans, el espionaje chino no solo no ha cesado, sino que se ha intensificado en los últimos meses, con la vista puesta en los activos tecnológicos más estratégicos del país: las tecnologías desarrolladas por ASML, el fabricante líder mundial de maquinaria para la producción de chips avanzados.
“Estamos viendo que los intentos de espionaje cibernético por parte de China aumentan en volumen e intensidad”, afirmó el ministro en una entrevista concedida a medios locales. “Nuestra agencia de inteligencia indica que la mayor amenaza cibernética para los Países Bajos proviene de China. Esto no es nuevo, pero sigue escalando”.
ASML, el epicentro tecnológico europeo
La preocupación neerlandesa no es infundada. En su territorio opera ASML, la empresa que fabrica las únicas máquinas del mundo capaces de producir chips mediante litografía ultravioleta extrema (EUV), utilizadas por gigantes como TSMC e Intel. Estas herramientas son esenciales para fabricar semiconductores de última generación, y su exportación a China ha sido bloqueada por decisiones coordinadas entre Estados Unidos, Japón y la propia Unión Europea, en el marco de las restricciones tecnológicas impuestas a Pekín.
Como consecuencia, China se ha visto forzada a desarrollar capacidades propias en la producción de chips avanzados, un desafío monumental sin acceso a los equipos y repuestos fabricados por ASML. La consecuencia lógica, según el Gobierno neerlandés, es un aumento del interés chino en acceder a estas tecnologías por medios no oficiales.
Espionaje estratégico y amenaza para infraestructuras críticas
Un informe publicado el año pasado por el servicio de inteligencia militar holandés ya advertía de actividades de espionaje dirigidas contra sectores clave como el aeroespacial, marítimo y de semiconductores. Desde entonces, la situación no ha mejorado. Según Brekelmans, estos intentos buscan fortalecer las capacidades militares y tecnológicas de China, y suponen un riesgo directo para la seguridad nacional y la estabilidad económica de Europa.
En 2023, las autoridades neerlandesas atribuyeron por primera vez públicamente un ciberataque a China, cuando revelaron que un grupo respaldado por el Estado había logrado infiltrarse en una red militar holandesa. Pekín ha rechazado sistemáticamente estas acusaciones y asegura oponerse a toda forma de ciberespionaje.
Reducción de dependencias estratégicas
El ministro subrayó que el Gobierno ha comenzado a introducir instrumentos legislativos y regulatorios para proteger sectores estratégicos. “Hemos implementado medidas para proteger nuestras industrias clave, pero también es vital que reduzcamos nuestra dependencia de China en materias primas críticas”, señaló. En este sentido, pidió acciones más decididas tanto a nivel nacional como europeo.
La advertencia de Holanda se suma a una creciente tensión global en torno a la soberanía tecnológica, especialmente en el ámbito de los semiconductores. Europa, que tradicionalmente ha confiado en alianzas con Estados Unidos para la seguridad tecnológica, comienza a vislumbrar la necesidad de reforzar su autonomía en innovación, infraestructura y ciberdefensa.
En este pulso internacional por el control de la próxima generación de chips, ASML se ha convertido en un objetivo de interés geopolítico. La defensa de su tecnología no es solo una cuestión de propiedad industrial: es una línea de frente en la pugna por la supremacía tecnológica global.