Hallan otra bomba de la Segunda Guerra Mundial en las obras de TSMC en Kaohsiung

Los trabajos de construcción de las nuevas fábricas de semiconductores de TSMC en Kaohsiung se han visto nuevamente interrumpidos por un hallazgo tan inesperado como inquietante: una bomba sin detonar de la Segunda Guerra Mundial. Es la tercera vez en menos de un año que los obreros encuentran artefactos explosivos en la zona, que durante el conflicto fue objetivo de bombardeos estadounidenses al estar bajo control japonés.

El descubrimiento se produjo a las 11:30 de la mañana, hora local, cuando un equipo de trabajadores detectó un objeto metálico de gran tamaño enterrado en los terrenos de la antigua refinería donde hoy se levantan las instalaciones más avanzadas de la compañía taiwanesa. Tras confirmar que se trataba de una bomba aérea oxidada, las autoridades militares fueron alertadas y, en menos de una hora, un equipo especializado acudió para retirarla de manera segura.


Un enclave estratégico para la industria global

El hallazgo tuvo lugar en el área donde TSMC construye cinco plantas de fabricación de chips de última generación. Este complejo de Kaohsiung es clave en la estrategia de la compañía, ya que producirá semiconductores de 2 nanómetros y tecnologías aún más avanzadas, como los chips de 1,4A.

La primera fábrica, conocida como P1, ya tiene equipos instalados y se espera que inicie la producción en masa a finales de este año. Otras dos, P2 y P3, están proyectadas también para la fabricación de nodos de 2 nm, mientras que las plantas P4 y P5 podrían destinarse a tecnologías aún más punteras. La magnitud de este complejo sitúa a Kaohsiung como uno de los pilares del futuro de la microelectrónica mundial.


Una herencia de guerra bajo tierra

El terreno donde se levantan estas fábricas corresponde a una antigua refinería de petróleo que, durante la Segunda Guerra Mundial, fue bombardeada por la aviación estadounidense para debilitar la capacidad energética del ejército japonés.

Esa herencia bélica sigue apareciendo casi 80 años después. En agosto y noviembre de 2024 ya se habían encontrado dos bombas aéreas en el mismo emplazamiento: una de 1.000 libras (unos 450 kg) y otra de 500 libras (225 kg). En ambos casos, al igual que en el último hallazgo, los artefactos estaban completamente corroídos, lo que impidió identificar su procedencia exacta o el lote de fabricación.

Los militares taiwaneses han confirmado que el artefacto retirado esta semana no representaba peligro inmediato para los trabajadores, aunque la sola presencia de munición sin detonar obliga a detener las obras y a aplicar estrictos protocolos de seguridad. La bomba ha sido trasladada a un depósito militar, donde será destruida de acuerdo con los procedimientos establecidos.


Seguridad y continuidad de la obra

Desde TSMC, la consigna ha sido la misma en los tres hallazgos: garantizar la seguridad de los empleados y reanudar las labores de construcción lo antes posible. Aunque la empresa no ha ofrecido comentarios detallados sobre este último incidente, fuentes locales señalan que la obra solo se detuvo durante unas horas.

El Ministerio de Defensa de Taiwán mantiene desplegados equipos de artificieros en diferentes regiones del país para responder a situaciones como esta, habituales en terrenos industriales y portuarios que fueron atacados durante la contienda. La repetición de casos en Kaohsiung sugiere que podrían hallarse más artefactos a medida que avance la construcción.


Una paradoja: pasado bélico, futuro tecnológico

Lo llamativo de esta situación es la paradoja histórica: en un mismo lugar conviven los restos de un conflicto global del siglo XX con la infraestructura destinada a sostener la guerra tecnológica del siglo XXI.

TSMC, principal fabricante mundial de chips avanzados, es un actor central en la competencia geopolítica actual. Sus semiconductores alimentan desde smartphones hasta superordenadores y sistemas de inteligencia artificial. Estados Unidos, Europa y Japón han desplegado políticas para asegurar el acceso a su producción, mientras China intenta reducir su dependencia.

Que estas fábricas de 2 nm —consideradas el corazón de la próxima década digital— surjan sobre los vestigios de un bombardeo ilustra la continuidad entre pasado y presente: la tecnología y la geopolítica siguen siendo dos caras de la misma moneda.


Lo que viene

Los expertos consideran que el hallazgo de bombas no detendrá el calendario previsto. TSMC mantiene su meta de poner en marcha la producción de 2 nm a finales de 2025, con Kaohsiung como refuerzo estratégico a las plantas de Hsinchu y Tainan.

La prioridad inmediata será reforzar las inspecciones subterráneas en el terreno, con equipos de detección más avanzados, para reducir el riesgo de nuevas interrupciones. Aunque cada hallazgo supone un recordatorio incómodo de la historia, también evidencia la resiliencia de una industria que ha convertido a Taiwán en el epicentro de la innovación tecnológica mundial.


Preguntas frecuentes (FAQ)

1. ¿Por qué aparecen bombas de la Segunda Guerra Mundial en Taiwán?
Porque durante la contienda, cuando la isla estaba bajo dominio japonés, instalaciones industriales como refinerías y puertos fueron objetivo de los bombardeos de Estados Unidos. Muchos artefactos no llegaron a detonar y permanecieron enterrados durante décadas.

2. ¿Qué riesgos suponen para la construcción de las fábricas de TSMC?
En la práctica, las bombas oxidadas suelen estar inactivas y se retiran de manera segura. Sin embargo, cada hallazgo obliga a detener temporalmente los trabajos, aplicar protocolos de seguridad y coordinar con el ejército, lo que puede ralentizar el calendario de obra.

3. ¿Qué importancia tienen las fábricas de Kaohsiung para TSMC?
Son clave para la producción de chips de 2 nm y generaciones aún más avanzadas. El complejo de cinco plantas representa uno de los proyectos industriales más ambiciosos de la compañía y refuerza la posición de Taiwán en el mercado global de semiconductores.

4. ¿Es probable que se encuentren más bombas en la zona?
Sí. Dado que el terreno perteneció a una refinería bombardeada varias veces, los expertos creen posible que se descubran más artefactos a medida que avancen las excavaciones y movimientos de tierra.

Imagen vía Taiwannews

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