Con el creciente impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la sociedad, España está lista para activar en 2025 la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA). Este organismo regulador, que lleva años gestándose, se centrará en garantizar el cumplimiento de las normativas europeas en materia de IA, además de supervisar y sancionar prácticas prohibidas. Sin embargo, surgen dudas sobre su alcance y efectividad, especialmente en un entorno global donde Europa no lidera el desarrollo de estas tecnologías.
La sede y su puesta en marcha
Tras varios años de planificación, la AESIA tendrá su sede en La Coruña, en el histórico edificio La Terraza. Aunque el proyecto ha avanzado lentamente, la agencia ya cuenta con un equipo inicial formado por un director general, un secretario general y varios jefes de división. Para 2025, se espera que cuente con un equipo de 80 empleados. Según el Gobierno, las primeras inspecciones comenzarán el 2 de febrero de ese año, mientras que asumirá plenas competencias sancionadoras a partir de agosto.
¿Qué supervisará la AESIA?
El principal cometido de la agencia será garantizar el cumplimiento del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, centrado en regular los sistemas de alto riesgo y asegurar la transparencia de los de riesgo mínimo. Entre sus objetivos están la creación de un código de buenas prácticas para el desarrollo y uso de la IA, y la supervisión de algoritmos que puedan tener un impacto significativo en la seguridad, salud o derechos fundamentales de las personas.
La AESIA también estará encargada de evaluar si los sistemas de IA utilizados en España cumplen con los requisitos de la Ley de la IA de la Unión Europea. Esto incluye algoritmos aplicados en sectores como el laboral, sanitario y financiero, donde el uso indebido de la IA podría tener graves repercusiones.
La estrategia española en IA: entre regulación e innovación
En 2024, España aprobó su Estrategia de Inteligencia Artificial, con una inversión de 1.500 millones de euros destinada a promover la adopción responsable de esta tecnología en el ámbito público y privado. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el país no se encuentra entre los líderes globales en IA. Mientras que hay casos de éxito como el de Freepik, el desarrollo de tecnologías avanzadas de IA en España sigue siendo limitado en comparación con gigantes como Estados Unidos o China.
Esto genera preguntas sobre el enfoque de la AESIA: ¿regulará principalmente plataformas desarrolladas fuera de la Unión Europea? ¿O tendrá un impacto significativo en el ecosistema local, donde aún no se cuenta con una producción masiva de sistemas de IA avanzados?
Críticas y desafíos
El nacimiento de la AESIA refleja la obsesión reguladora de la Unión Europea, que busca garantizar el uso ético y seguro de la IA. Sin embargo, este enfoque también ha generado críticas por frenar la innovación. Algunos expertos señalan que esta regulación podría crear una brecha tecnológica, con sistemas de IA «capados» para los europeos frente a versiones más completas disponibles en otros mercados.
Ejemplos recientes, como el retraso en la llegada de Apple Intelligence al mercado europeo debido a estas normativas, ilustran las tensiones entre regulación e innovación. Plataformas líderes en IA, principalmente de Estados Unidos y China, podrían optar por limitar sus lanzamientos en Europa o adaptarlos, sacrificando parte de sus capacidades.
El reto de la AESIA
La creación de la AESIA marca un paso importante para España en el ámbito de la supervisión tecnológica, pero su éxito dependerá de cómo logre equilibrar la regulación con el fomento de la innovación. En un mercado global competitivo, donde el liderazgo en IA se disputa ferozmente, el desafío para la AESIA será convertirse en un organismo que no solo supervise, sino que impulse el desarrollo de tecnologías éticas y responsables sin sofocar la creatividad y el avance tecnológico.
El tiempo dirá si este ambicioso proyecto logra posicionar a España como un referente en la regulación de la IA o si se convierte en un ejemplo más de la lenta capacidad de Europa para competir en el vertiginoso mundo de la inteligencia artificial.
vía: Xataka