David Carrero (Stackscale): “La IA es una nueva revolución industrial, y como en todas las anteriores, no será sencilla para todos, pero nos adaptaremos”
La inteligencia artificial avanza a paso firme y comienza a redibujar el mapa laboral global. Si en el siglo XIX fueron las máquinas de vapor y en el XX la automatización industrial, en el XXI será la inteligencia artificial quien protagonice una nueva revolución. Así lo advierten voces de peso como Jim Farley, CEO de Ford, quien esta semana declaró que la mitad de los empleos de oficina en Estados Unidos desaparecerán por la IA.
Sus palabras llegan justo después de que Microsoft anunciara el despido de 9.000 empleados, afectando especialmente a perfiles administrativos y técnicos en áreas susceptibles de ser automatizadas o absorbidas por la nueva ola de productividad impulsada por algoritmos.
La situación no es exclusiva de Estados Unidos. En España, aunque las cifras no alcanzan ese nivel de impacto, los expertos coinciden en que los trabajos de cuello blanco (oficina, gestión, diseño, programación, contabilidad o análisis de datos) también se verán transformados profundamente.
Una revolución silenciosa, pero imparable
David Carrero, cofundador de la empresa española de infraestructura cloud Stackscale (Grupo Aire), lo resume con claridad:
“Estamos viviendo una nueva revolución industrial. La inteligencia artificial transformará no solo la productividad empresarial, sino también la forma en la que concebimos el trabajo del conocimiento. Como en todas las revoluciones anteriores, no será todo lo buena que nos gustaría para todos, pero también nos adaptaremos”.
Carrero insiste en que las empresas españolas deben prepararse no solo para adoptar herramientas de IA, sino para reconfigurar sus procesos desde cero:
“La IA no puede verse solo como un sustituto de tareas. Tiene que repensarse cómo se trabaja. Lo que hoy hacemos con hojas de cálculo, reuniones o correos, mañana serán flujos automatizados que aprendan del comportamiento humano y actúen de forma autónoma”.
España ante el reto: más cloud, más IA, más formación
España parte de una posición intermedia en esta transformación. Por un lado, muchas empresas, especialmente pymes, aún no han dado el salto completo a la digitalización. Por otro, el país cuenta con una red creciente de centros de datos, talento técnico, y políticas públicas orientadas a la transformación digital, como el Kit Digital o el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Para Carrero, esta es una gran oportunidad:
“La IA necesita infraestructura robusta y datos bien organizados. El cloud será un aliado esencial, y en Stackscale estamos viendo una demanda creciente de soluciones personalizadas para IA, especialmente en entornos privados con soluciones como PrivateGPT y europeos buscando la soberanía digital del dato”.
Sin embargo, el experto también advierte del riesgo de exclusión:
“Habrá trabajos que desaparezcan. Pero también aparecerán muchos nuevos que hoy no existen. La clave será la formación continua y el reciclaje profesional. No podemos permitirnos dejar a millones de personas atrás”.
Microsoft, Shopify, IBM… y el mensaje entre líneas
El caso de Microsoft, que esta semana ha eliminado un 4 % de su plantilla global, es solo un ejemplo. IBM ha sustituido ya a cientos de empleados de RRHH por sistemas automatizados. Shopify solo contratará nuevos perfiles si su labor no puede ser asumida por una IA. Y JPMorgan prevé una reducción de plantilla del 10 % en pocos años debido al uso de IA.
Todos estos movimientos transmiten un mensaje: las empresas que lideran la transformación digital ya están adaptando sus estructuras para una economía donde los algoritmos tomarán muchas decisiones por sí mismos.
Un futuro laboral diferente, pero no necesariamente peor
A pesar de las previsiones alarmistas, algunos líderes tecnológicos como Jensen Huang (NVIDIA) o Brad Lightcap (OpenAI) insisten en que aún no hay pruebas de un impacto catastrófico a corto plazo. Lightcap incluso calificó de “infundadas” las suposiciones de despidos masivos inminentes.
David Carrero coincide en que el proceso será más gradual y gestionable de lo que algunos titulares sugieren:
“La IA va a cambiarlo todo, sí. Pero tenemos tiempo para prepararnos. La diferencia entre beneficiarse de esta revolución o sufrirla estará en nuestra capacidad para adaptarnos, formarnos y repensar cómo y por qué trabajamos”.