Una compañía con sede en Singapur, Megaspeed, está siendo investigada por las autoridades estadounidenses por haber supuestamente comprado y redirigido procesadores de inteligencia artificial de Nvidia a China, eludiendo las sanciones impuestas por Washington. La operación, revelada por una investigación del The New York Times, habría alcanzado un volumen de más de 2.000 millones de dólares en GPUs durante 2024 y 2025.
El caso apunta a un nuevo capítulo en la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, con Singapur como posible nodo intermedio en una red de reexportaciones ilegales de hardware avanzado destinado a centros de datos chinos.
Una intermediaria creada desde China
Según la investigación, Megaspeed fue creada en 2023 como una filial offshore de la firma china 7Road, una empresa de videojuegos y computación en la nube respaldada por inversores estatales de Pekín. La nueva entidad, con sede en Singapur, habría sido diseñada para burlar los controles de exportación impuestos por Estados Unidos sobre los chips de alto rendimiento destinados a China.
Megaspeed comenzó a comprar GPU Nvidia H100 y H800, modelos prohibidos para el mercado chino desde las sanciones de 2022, destinadas a limitar el acceso de China a tecnologías de entrenamiento de inteligencia artificial avanzada. De acuerdo con el New York Times, las compras se canalizaban hacia clientes o socios chinos, ya sea a través de reexportaciones encubiertas o mediante el uso compartido remoto de recursos en la nube.
La conexión con Nvidia y el escándalo social
La figura central de Megaspeed es Alice Huang, una empresaria prácticamente desconocida en el sector tecnológico, que se convirtió en noticia tras asistir a Computex 2024 en Taipéi, donde fue fotografiada en un evento junto a Jensen Huang, el CEO de Nvidia.
Fuentes cercanas a la industria indicaron que la reunión se produjo después de que Megaspeed anunciara un compromiso de compra por 2.000 millones de dólares en chips de IA de Nvidia para el siguiente año. Aquella promesa despertó sospechas entre analistas y competidores, que consideraban imposible justificar un pedido tan elevado para una empresa sin historial ni infraestructura conocida.
Tras las acusaciones, Nvidia negó cualquier vínculo directo con China en relación con Megaspeed y subrayó que todas sus ventas “cumplen rigurosamente las leyes de exportación de Estados Unidos”.
Washington pone el foco en los “puertos grises” del comercio tecnológico
El Departamento de Comercio estadounidense ha confirmado que existe una investigación en curso sobre Megaspeed y otras empresas con sede en Singapur, Hong Kong y Dubái que podrían estar actuando como canales de redistribución de chips de IA a China.
Fuentes del sector señalan que, desde que Washington prohibió la venta de las GPU A100, H100, H800 y H20 al mercado chino, han proliferado redes de intermediarios que adquieren los productos a través de terceros países —con especial protagonismo de Singapur y Malasia— para luego revenderlos o ceder acceso remoto a empresas chinas.
Este fenómeno se ha visto impulsado por la enorme demanda de potencia de cálculo en el país asiático, donde compañías como ByteDance, Alibaba o Baidu buscan desesperadamente recursos para mantener el ritmo de desarrollo de sus modelos de IA generativa.
Un caso que podría tensar aún más las relaciones tecnológicas
Si se confirma el desvío de procesadores, el caso Megaspeed podría reforzar los argumentos de Washington para endurecer las sanciones existentes y ampliar la lista de entidades vetadas. También podría derivar en sanciones para empresas o bancos que hayan financiado las operaciones o gestionado los pagos.
Analistas internacionales destacan que este tipo de incidentes erosionan la confianza entre Estados Unidos y sus socios asiáticos, especialmente en un momento en que Washington intenta fortalecer alianzas en el Indo-Pacífico para contener la influencia tecnológica de Pekín.
Para Singapur, tradicionalmente neutral y considerada un hub logístico clave del comercio global, el caso representa un riesgo reputacional considerable. Las autoridades locales aún no han emitido una declaración oficial, pero se espera que colaboren con las agencias estadounidenses en la investigación.
Un mercado negro en expansión
El creciente mercado negro de chips de IA es ya una realidad. Informes recientes estiman que GPU de Nvidia prohibidas pueden alcanzar precios hasta diez veces superiores a los oficiales en el mercado chino. Algunas unidades H100 y H800 se han vendido en foros cerrados o intermediarios privados por más de 40.000 dólares cada una.
El contrabando tecnológico no solo implica pérdidas económicas, sino también un riesgo de proliferación tecnológica, ya que los chips avanzados pueden utilizarse para aplicaciones militares o de vigilancia masiva, un punto sensible en el conflicto geopolítico actual.
En resumen
- Megaspeed, empresa de Singapur con vínculos chinos, habría adquirido 2.000 millones de dólares en chips Nvidia H100 y H800 para reexportarlos a China, eludiendo sanciones estadounidenses.
- La compañía fue creada por 7Road, una firma china respaldada por capital estatal.
- Estados Unidos investiga el caso como parte de una campaña global contra el tráfico de hardware de IA.
- Nvidia niega cualquier relación directa con las operaciones y afirma cumplir todas las leyes de exportación.
- El incidente amenaza con agravar las tensiones tecnológicas entre Washington y Pekín, en un contexto de competencia feroz por el liderazgo en inteligencia artificial.
vía: tomshardware