Guardar datos durante décadas ya es complicado. Hacerlo durante siglos —y sin estar alimentando continuamente un sistema— suena a ciencia ficción. Sin embargo, la idea de “archivar para siempre” vuelve a ganar tracción justo cuando la infraestructura digital vive su mayor expansión por la Inteligencia Artificial, el vídeo, la regulación y la necesidad de conservar historiales completos de investigación, salud, cultura o industria.
En ese contexto aparece SPhotonix, una start-up vinculada a la Universidad de Southampton que trabaja con un soporte poco habitual en el almacenamiento moderno: vidrio de sílice fundida. La compañía sostiene que su tecnología de “Memory Crystal” 5D ha salido del laboratorio y se acerca a pilotos en centros de datos en los próximos dos años, con el foco puesto en el llamado cold storage (datos fríos): información que debe conservarse muchos años, pero que se consulta de forma esporádica.
Qué significa “5D” y por qué el vidrio es la pieza clave
El concepto “5D” no tiene nada que ver con dimensiones espaciales “místicas”, sino con cómo se codifica la información. En lugar de grabar datos en una superficie, como ocurre en soportes ópticos tradicionales, el método utiliza un láser de femtosegundo para escribir nanoestructuras dentro del vidrio. Ahí entran las cinco “dimensiones” de codificación: tres coordenadas (x, y, z) —la posición dentro del material— y dos parámetros ópticos asociados a esas nanoestructuras (orientación e intensidad/birrefringencia), que luego se leen con luz polarizada.
La propuesta apunta a dos ventajas claras para un archivo a ultra largo plazo: estabilidad física y resistencia ambiental. La Universidad de Southampton lleva años divulgando avances de esta línea de investigación, destacando que el soporte puede conservar información durante miles de millones de años y que, en su formato de mayor tamaño, puede llegar a almacenar hasta 360 TB.
SPhotonix recoge ese legado académico y lo empaqueta como una plataforma con ambición industrial. Según la compañía, su tecnología puede almacenar datos en un disco de vidrio de 5 pulgadas con capacidades de hasta 360 TB, y con una resiliencia teórica “de escala cósmica”: hasta 13,8 mil millones de años, aproximadamente la edad estimada del universo.
Del “funciona” al “sirve”: el reto real de llevarlo al centro de datos
Las demostraciones espectaculares siempre han sido la parte más vistosa del almacenamiento 5D en vidrio. El problema es el de siempre: pasar de un hito de laboratorio a un sistema que compita, en costes y rendimiento, con lo que ya existe.
En ese punto, los propios datos publicados sobre el estado actual del sistema aportan una lectura más realista. En prototipos, la empresa ha hablado de velocidades aproximadas de escritura de 4 MB/s y de lectura de 30 MB/s, por debajo de alternativas de archivo ya asentadas. Aun así, su hoja de ruta apunta a sostener lecturas y escrituras del entorno de 500 MB/s en un horizonte de tres a cuatro años, una cifra que la acercaría más a usos prácticos en archivado a gran escala.
También está el factor “hardware”: SPhotonix ha trasladado referencias de costes iniciales de unos 30.000 dólares para el equipo de escritura y unos 6.000 dólares para el de lectura, y sitúa en torno a 18 meses el objetivo de contar con un lector desplegable “en campo”, fuera del entorno de laboratorio.
Con esas cifras sobre la mesa, el encaje parece claro: no se trata de sustituir discos SSD o almacenamiento de producción, sino de atacar el segmento donde el coste energético, la degradación de soportes y la necesidad de retención prolongada empiezan a pesar más que la latencia. Es decir: archivos nacionales, bibliotecas digitales, preservación de evidencias, repositorios científicos o grandes catálogos corporativos que deben sobrevivir a cambios tecnológicos y ciclos de vida cortos del hardware.
Un archivo que también es “cápsula del tiempo”
El discurso de “conservar para el futuro” se ha convertido además en producto cultural. SPhotonix anunció que ha preservado la llamada Eon Ark Time Capsule, un proyecto producido por Sounds Fun en colaboración con el Berggruen Institute. La cápsula reúne “conversaciones” registradas en 2024 y 2025 y, según la descripción del proyecto, utiliza técnicas de Inteligencia Artificial para transformar respuestas en agentes interactivos, con el objetivo de que generaciones futuras puedan “dialogar” con personas del siglo XXI.
Más allá del impacto mediático, ese tipo de casos funciona como escaparate: demuestra que el soporte no solo vale para “datos fríos” corporativos, sino también para preservar contenido con vocación histórica o patrimonial. En paralelo, la compañía comunicó el cierre de una ronda pre-seed de 4,5 millones de dólares para acelerar el salto hacia productos y despliegues, citando avances en su tecnología FemtoEtch y el objetivo de completar etapas de madurez tecnológica orientadas a entornos reales.
Una carrera con más aspirantes: Microsoft, Cerabyte y la batalla del archivo
SPhotonix no está sola en esta carrera. Grandes actores y otras start-ups exploran rutas similares para el almacenamiento de archivo en soportes alternativos al magnetismo. Microsoft, por ejemplo, ha hecho público su trabajo en medios de vidrio dentro de Project Silica, y compañías como Cerabyte empujan alternativas cerámicas enfocadas a bibliotecas robotizadas. La pregunta que queda abierta es si el almacenamiento 5D en vidrio logrará rendimiento, estandarización de lectura y economía de escala suficientes como para pasar de “medio fascinante” a infraestructura de verdad.
Lo que sí parece indiscutible es el síntoma: cuando una industria vuelve a plantearse cómo leer datos dentro de décadas —y no dentro de meses— es que el problema del archivo digital se está haciendo demasiado grande para resolverlo con los mismos soportes de siempre.
Preguntas frecuentes
Qué es el almacenamiento 5D en vidrio y por qué se llama “5D”
Porque codifica datos dentro del vidrio usando tres coordenadas espaciales y dos parámetros ópticos asociados a nanoestructuras grabadas con láser, que luego se leen con luz polarizada.
Para qué tipo de empresas o instituciones tiene sentido el “cold storage” en vidrio
Para organizaciones con obligación de retener datos muchos años y con accesos poco frecuentes: archivos, bibliotecas, investigación, patrimonio digital, evidencias o repositorios corporativos de larga retención.
Cuáles son los principales retos para que el vidrio 5D llegue a centros de datos
Mejorar la velocidad de lectura/escritura, abaratar y estandarizar lectores/escritores, y garantizar que los datos sigan siendo recuperables con herramientas mantenibles a largo plazo.
Qué diferencia hay entre guardar datos “para siempre” y poder leerlos “para siempre”
La durabilidad del soporte es una parte; la otra es asegurar lectores compatibles, formatos documentados y procedimientos de recuperación que no dependan de un único laboratorio o proveedor.
vía: sphotonix