A pesar de que vivimos en una sociedad que cada vez es más digital, aún existen muchas personas que no tienen claro lo que es digital y lo que realmente es. Conceptos como Internet, la nube y otras tecnologías, a menudo son vistas como algo intangible, algo que flota en algún lugar del aire pero, que a la hora de la verdad, cuentan con una infraestructura que utilizar inmensas cantidades de recursos. De hecho, se estima que el sector digital utiliza el 10% de toda la electricidad que se produce en el mundo, siendo el responsable del 4% de las emisiones de CO2.
Sin ir más lejos, el router que tenemos en casa utiliza tanta electricidad como tu frigorífico, o la energía consumida por una sola transacción de bitcoins, podría alimentar un hogar medio de Estados Unidos durante 2,5 meses.
Aun así, la mayor parte del impacto de carbono del sector digital proviene de los procesos de fabricación. Por ejemplo, el 90% del impacto de carbono de un smartphone se genera durante su fabricación y sólo el 10% proviene de su uso.
Tal y como están ahora las cosas, el sector digital es uno de los principales contribuyentes a la crisis climática. La mala noticia es que se espera que su huella global de CO2 se duplique hasta el 8% en 2025. La buena noticia es que aún podemos hacer algo al respecto, tanto los usuarios a nivel particular, como los proveedores de servicios digitales.
El Día de la Limpieza Digital o Digital Cleanup Day se celebra el próximo 19 de marzo y ha sido concebido para dar a conocer estos esfuerzos y animarnos a minimizar la contaminación digital limpiando la basura digital, reduciendo los residuos electrónicos y corriendo la voz.
Los expertos en tecnología cloud de Scaleway, proveedor europeo de infraestructura cloud y centros de datos, comparten algunas acciones con las que es posible marcar la diferencia:
1. Saca tu basura digital
Cuando subes algo a Internet, se almacena en una unidad física en un centro de datosUn centro de datos o centro de procesamiento de datos (CPD) ... en algún lugar del mundo. Los correos electrónicos de tu bandeja de entrada, los vídeos de tu perfil en las redes sociales, las imágenes almacenadas en tu cuenta en la nube… todos esos archivos ocupan espacio en servidores que funcionan 24/7.
Sin embargo, lo más probable es que nunca vuelvas a visitar la mayoría de esos archivos, correos electrónicos y documentos, lo que significa que están ahí desperdiciando energía. Es como mantener una luz encendida en una habitación que nunca vas a utilizar.
Frente a esta situación, el Día de la Limpieza Digital anima a las usuarios a limpiar sus carpetas y a eliminar los archivos innecesarios, aplicaciones, emails, fotos, vídeos y otros residuos digitales.
2. Minimizar los residuos electrónicos (E-waste)
E-waste es la abreviatura de «electronic waste» (residuos electrónicos) y hace referencia al propio hardware. Como mencionábamos antes, el proceso de fabricación de productos electrónicos es uno de los mayores responsables de las emisiones de CO2. Por ello, una de las mejores cosas que se pueden hacer para reducir los residuos es dar una segunda vida a los aparatos electrónicos antiguos.
No se trata solo de desechar el hardware: repáralo, dónalo, véndelo o dale un nuevo uso. El portátil viejo que se guarda en el fondo del armario puede servir a impulsar la tele-docencia o al educación online si se dona a una escuela local, por ejemplo.
A veces llega un punto en que los aparatos electrónicos no se pueden reparar, pero si no es posible recuperarlos, hay que asegurarse de reciclarlos. Los residuos electrónicos pueden contener materiales nocivos para el medio ambiente, por lo que deshacerse de ellos adecuadamente ayudará a minimizar los daños. Por ejemplo, la compañía Apple incluso ha desarrollado robots entrenados específicamente para desmontar iPhones. Una buena opción para reciclar o desechar un Smartphone es entregárselo al fabricante.
3. Concienciar sobre la contaminación digital
La huella medioambiental del sector digital sigue siendo algo que la mayoría de la gente ignora. Ampliar la contribución individual positiva hacia un futuro más sostenible puede pasar por implicar también a los demás.
El simple hecho de charlar con tus amigos y familiares y explicarles cómo funcionan Internet y la nube (teniendo en cuenta que todo se basa en servidores alimentados por electricidad y refrigerados por agua) puede ayudarles a comprender el impacto real de sus acciones digitales. En cuanto a acciones concretas, se puede, por ejemplo, invitar a nuestros conocidos a que utilicen una herramienta de mensajería centrada en la privacidad, como Signal, que no procesa ningún dato del usuario y, por lo tanto, utiliza menos energía. La privacidad es verde.
También es importante correr la voz más allá de los círculos privados. Acciones como organizar eventos en redes sociales, invitar a la gente a unirse a iniciativas de limpieza digital o incluso pedir públicamente a las empresas que consideren sus huellas digitales y actúen para reducirlas, son pasos importantes hacia un futuro más sostenible.
En cuanto a este último punto, es importante destacar que todas las plataformas y sitios web más utilizados utilizan servicios de alojamiento (léase: centros de datos) para mantenerse online. Pero no todos los centros de datos son iguales: algunos son más eficientes y ecológicos que otros. Por eso, la ciudadanía puede demandar a las empresas e instituciones que alojen sus servicios en centros de datos modernos que desperdicien los menores recursos posibles.
¿Por qué los centros de datos son clave?
Eliminar un correo electrónico es como cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes: está bien poner de tu parte, pero tu impacto individual es pequeño. Ese correo electrónico ocupa una fracción minúscula de un solo servidor, mientras que un centro de datos alberga miles de servidores que no sólo consumen electricidad, sino también agua para su refrigeración.
¿Cuánta electricidad? Los centros de datos son responsables de aproximadamente el 1% del uso de electricidad en el mundo, y este porcentaje va en aumento. Para ponerlo en perspectiva, un solo centro de datos puede consumir tanta energía como una pequeña ciudad.
Las cifras también son sorprendentes en cuanto al uso del agua. Por ejemplo, los centros de datos de los Países Bajos utilizan una media de 1 millón de metros cúbicos de agua al año, lo que equivale aproximadamente al consumo anual de agua de 20.000 personas.
Por tanto, todas las pequeñas mejoras en la eficiencia de los centros de datos se traducen en un enorme ahorro de recursos, mucho más de lo que se podría conseguir borrando correos electrónicos antiguos. La falta de concienciación pública sobre el impacto medioambiental de los centros de datos hace que aquellos que son ineficientes no sean objeto de escrutinio público. Tampoco lo son las empresas que deciden utilizarlos y que, a su vez, continúan desperdiciando energía.
Dicho esto, las tornas están cambiando gracias a una mejor comprensión del papel del sector digital, que cada vez es mayor gracias a iniciativas como el Día de la Limpieza Digital. Pronto, la presión popular, junto con la acción legislativa, modificará las normas medioambientales que deben cumplir todos los centros de datos.
Cómo defender un futuro sostenible
Scaleway, el operador del centros de datos más sostenible de Europa, y proveedor de servicios cloud al mismo tiempo, se posiciona junto a las generaciones futuras para asumir el urgente reto del cambio climático, y dotarlas de las herramientas y los conocimientos necesarios para exigir un sector tecnológico más sostenible.
La crisis climática puede evitarse con una combinación de medidas individuales, colectivas, legislativas e industriales. La única condición para el éxito es que todos pongan de su parte, ya sea borrando un correo electrónico, donando un viejo portátil o eligiendo un proveedor de servicios en la nube con conciencia ecológica.