Cada 11 segundos, una empresa en el mundo sufre un ataque de ransomware. La cifra se repite en informes y conferencias de ciberseguridad desde hace años y, lejos de suavizarse, se consolida como parte del paisaje digital. Paralelamente, el coste medio de una brecha de datos ronda ya los 4,9 millones de dólares a nivel global, según los últimos informes de IBM sobre el coste de las brechas de seguridad. En este contexto, seguir viendo el backup como algo “opcional” o “para más adelante” se ha convertido en una apuesta demasiado arriesgada.
El discurso ha cambiado: ya no se trata de si una organización será atacada o sufrirá un incidente de datos, sino de cuándo y con qué impacto. Y, sobre todo, de si tendrá una copia íntegra, reciente y recuperable de su información crítica cuando eso ocurra.
Por qué tantas empresas siguen posponiendo la protección de datos
Pese a que los titulares sobre ciberataques son constantes, una parte significativa del tejido empresarial sigue retrasando la implantación de soluciones de copia de seguridad y recuperación. En entrevistas y estudios de mercado se repiten siempre las mismas barreras.
1. Coste de licencias y percepción de “gasto”
Muchas compañías consideran que una solución de backup empresarial es cara y difícil de justificar frente a otras prioridades más visibles: nuevas funcionalidades, marketing, crecimiento comercial. Sin embargo, los datos dibujan otro escenario: el coste total de una brecha o de un ataque de ransomware puede multiplicar por 5 o por 10 la inversión necesaria para desplegar un sistema de copias de seguridad bien diseñado, sobre todo si se suman pérdida de negocio, paradas, consultoría externa y posibles sanciones regulatorias.
2. Falta de conocimiento interno y tiempo de implantación
La adopción de nuevas herramientas implica formación y cambios de procedimiento. En muchas organizaciones, los equipos de TI están saturados y no se sienten cómodos adoptando una plataforma de backup moderna sin acompañamiento o sin garantías de soporte real en caso de emergencia. El resultado es que la decisión se aplaza una y otra vez… hasta el incidente.
3. Compatibilidad con infraestructuras heredadas
Pocas empresas parten de cero. Es habitual encontrar una mezcla de servidores físicos antiguos, máquinas virtuales, bases de datos, aplicaciones en la nube y servicios SaaS. Integrar todo ese ecosistema en una estrategia de copia de seguridad homogénea no es trivial. Cualquier posible incompatibilidad se percibe como un riesgo adicional y, de nuevo, empuja la decisión hacia el futuro.
4. Miedo al impacto en el rendimiento
Otro argumento frecuente es el temor a que las ventanas de backup ralenticen los sistemas en horario de producción o saturen el almacenamiento. Sin una planificación adecuada –por ejemplo, copias incrementales frecuentes y completas espaciadas–, es cierto que las copias pueden generar cuellos de botella. Pero renunciar por completo a ellas no hace que el problema desaparezca: solo lo desplaza al peor momento posible.
5. Limitaciones de ancho de banda y sedes remotas
En compañías con delegaciones internacionales, tiendas o fábricas conectadas por enlaces limitados, enviar grandes volúmenes de datos a un repositorio central o a la nube plantea desafíos. Sin técnicas de deduplicación, compresión o copias “near-site”, el backup puede verse incompleto o retrasado.
6. Sistemas no soportados que obligan a usar scripts caseros
No es raro encontrar equipos o aplicaciones críticas en sistemas operativos antiguos o muy específicos que no están plenamente soportados por las soluciones actuales. En estos casos, se recurre a scripts a medida que dependen del conocimiento de unas pocas personas. Si esas personas se marchan o el script falla, la copia de seguridad se convierte en una ilusión.
El precio real de no hacer nada
Entender las barreras es importante. Pero más importante aún es asumir el coste de no superarlas. Hoy, un incidente grave de datos ya no se mide solo en horas de parada, sino en impacto global sobre el negocio.
Recuperaciones largas, caóticas y caras
Cuando ocurre un ataque de ransomware o una brecha, la recuperación no consiste únicamente en “restaurar un backup”. Hay que gestionar la comunicación con clientes y proveedores, coordinar equipos internos y externos, revisar sistemas comprometidos, cumplir obligaciones legales y, en muchos casos, gestionar la cobertura (o la falta de ella) de la póliza de ciberseguro.
En incidentes complejos, esta fase puede prolongarse durante semanas. Durante ese tiempo, los ingresos se resienten, la productividad cae y los costes se disparan: consultoría forense, refuerzo de infraestructuras, horas extra, refuerzo de atención al cliente, etc.
Pérdida de datos sensibles de clientes
En sectores como banca, salud, educación, seguros o comercio electrónico, una fuga de datos personales no solo erosiona la confianza del cliente; también puede derivar en sanciones por parte de autoridades de protección de datos. En Europa, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) ha elevado de forma notable el nivel de exigencia y la responsabilidad de los responsables del tratamiento de la información.
Sin copias de seguridad fiables, resulta mucho más difícil reconstruir qué ha pasado, qué datos se han visto afectados y cómo limitar el daño.
Exposición de secretos empresariales y planes estratégicos
Además de los datos personales, muchas organizaciones almacenan información de alto valor competitivo: planos, algoritmos, estudios de mercado, estrategias de precios, proyectos de I+D. Cuando esa información se ve comprometida, a menudo termina en manos de competidores o en foros clandestinos, con un impacto difícil de medir a medio y largo plazo.
Daño reputacional y pérdida de confianza
En un mercado cada vez más digital, la confianza es un activo crítico. Una vez que una empresa aparece asociada a un gran incidente de seguridad, el efecto sobre su imagen puede durar años. Algunos estudios muestran cómo compañías afectadas por brechas serias tienen que aumentar de forma notable su inversión en comunicación y marketing durante los dos años siguientes para intentar recuperar su posición.
El backup como red de seguridad del negocio, no como “extra técnico”
La visión tradicional del backup lo presentaba como una tarea técnica más, situada en la lista de tareas del departamento de sistemas junto a los parches o la renovación de hardware. Esa perspectiva se ha quedado corta.
En la actualidad, la copia de seguridad debe entenderse como una palanca de continuidad de negocio. Es la red que permite que una empresa pueda retomar su actividad tras un incidente grave sin perderlo todo por el camino. Y no se limita a hacer una copia nocturna: implica diseñar objetivos claros de recuperación (RPO y RTO), disponer de varios niveles de protección y asegurar que el proceso se prueba de forma periódica.
Para las direcciones generales y los consejos de administración, la cuestión ya no es solo “cuánto cuesta el software de backup”, sino cuánto puede costar no tenerlo o tenerlo mal configurado.
Cómo debería ser una estrategia moderna de copia de seguridad
Más allá de la herramienta concreta, los expertos coinciden en una serie de principios que definen una estrategia de backup sólida y realista:
1. Múltiples copias y la regla 3-2-1
Al menos 3 copias de los datos, en 2 soportes distintos y 1 de ellas fuera de la sede principal (por ejemplo, en otro centro de datos o en la nube). Este enfoque reduce el riesgo de que un solo incidente físico o lógico afecte a todas las copias a la vez.
2. Copias inmutables y protección frente a ransomware
Cada vez más organizaciones incorporan repositorios inmutables, donde las copias no pueden ser modificadas ni borradas durante un periodo definido. Esto dificulta que el ransomware cifre también los backups y ofrece un “último bastión” para recuperar la información.
3. Pruebas de restauración regulares
Un backup que nunca se restaura es un acto de fe. Las empresas más avanzadas incluyen ejercicios periódicos de recuperación parcial y total, a veces integrados en simulacros de respuesta a incidentes, para validar tiempos reales y detectar puntos débiles.
4. Cobertura integral: desde servidores a SaaS
La información crítica ya no vive solo en servidores locales. Hay datos en máquinas virtuales, bases de datos, sistemas de ficheros, plataformas SaaS (correo, CRM, ofimática online), nubes públicas y privadas. La estrategia de backup debe abarcar todos estos entornos, con políticas coherentes.
5. Integración con cumplimiento y gobierno del dato
Las regulaciones de privacidad y ciberseguridad obligan a saber dónde están los datos, quién accede a ellos y cómo se protegen. El sistema de copias de seguridad tiene que integrarse en ese marco: cifrado, controles de acceso, trazabilidad y periodos de retención alineados con la normativa.
Qué preguntas deben hacerse las organizaciones al elegir una solución de backup
A la hora de evaluar opciones, más allá de las fichas técnicas y las demostraciones comerciales, los responsables de TI y negocio suelen centrarse en varias cuestiones clave:
Encaje con la infraestructura existente
¿La solución ofrece flexibilidad suficiente para integrarse con los sistemas actuales, tanto on-premise como en la nube? ¿Soporta los hipervisores, bases de datos, sistemas de ficheros y aplicaciones críticas que se utilizan a diario?
Rendimiento y velocidad de recuperación
¿La tecnología permite optimizar el rendimiento (deduplicación, compresión, copias incrementales) sin penalizar en exceso los sistemas de producción? ¿Qué tiempos reales de recuperación se pueden esperar para los servicios más importantes?
Implantación y soporte
¿La empresa contará con acompañamiento cercano durante la puesta en marcha y con soporte 24/7 en caso de incidente grave? ¿Hay guías claras, buenas prácticas y un plan de formación para el equipo interno?
Modelo de licenciamiento y coste total
¿El modelo de licencias se ajusta al presupuesto y a la estrategia de riesgo de la organización? ¿Se paga por capacidad, por máquina, por usuario? ¿Cómo evolucionará el coste si el volumen de datos crece un 20 % anual?
Seguridad de los datos respaldados
¿Las copias se almacenan cifradas? ¿Existen controles de acceso detallados y mecanismos de detección de anomalías (cambios masivos, patrones típicos de ransomware)? ¿Se registran accesos y restauraciones para auditoría?
De la reacción a la resiliencia
La conclusión es clara: en un entorno donde los ataques se profesionalizan, las brechas se encarecen y la dependencia de los sistemas digitales es total, considerar el backup como “opcional” equivale a dejar la empresa a merced del azar.
Las organizaciones que sobreviven mejor a los incidentes no son las que nunca sufren problemas, sino las que han planificado su respuesta con antelación. Una estrategia de copia de seguridad bien pensada, probada y actualizada se está convirtiendo en uno de los pilares de esa resiliencia.
En la práctica, la pregunta ya no es si se puede permitir invertir en backup, sino si puede permitirse no hacerlo.
Preguntas frecuentes sobre copias de seguridad empresariales
¿Cuál es el coste medio de una brecha de datos para una empresa?
Los informes recientes sitúan el coste medio global de una brecha de datos en torno a los 4,9 millones de dólares, incluyendo interrupción del negocio, respuesta técnica, comunicación, multas y pérdida de clientes. En sectores regulados o en países con costes elevados, la factura puede ser aún mayor.
¿Cada cuánto tiempo debería una empresa hacer copias de seguridad de sus datos?
Depende del llamado RPO (objetivo de punto de recuperación). Muchas organizaciones realizan copias incrementales varias veces al día y completas con menor frecuencia. Cuanto más crítico sea el sistema, menor debería ser la ventana entre copias. En entornos de alta exigencia, se recurre a réplicas casi en tiempo real.
¿Qué es la regla 3-2-1 en copias de seguridad y por qué es importante?
La regla 3-2-1 recomienda tener al menos 3 copias de los datos, en 2 soportes diferentes y 1 de ellas fuera de la ubicación principal. Este enfoque reduce la probabilidad de perder toda la información por un único incidente, ya sea un ataque, un fallo de hardware o un desastre físico.
¿Es suficiente con hacer copias en la nube para estar protegido frente a ransomware?
La nube ayuda, pero no es una garantía por sí sola. Es importante combinar almacenamiento en la nube con copias inmutables, cifrado, controles de acceso estrictos y pruebas periódicas de restauración. Un diseño deficiente puede provocar que el ransomware cifre también los datos almacenados en servicios cloud.
Fuentes
IBM – Cost of a Data Breach Report 2024 y 2025
Zscaler – Resumen de cifras clave del informe de IBM sobre el coste de las brechas en 2024
Cyberpilot – Análisis del incremento del coste medio de una brecha de datos en 2024
Optiv y otros análisis sectoriales sobre frecuencia de ataques de ransomware a empresas