El dato más incómodo del cloud europeo cabe en una sola línea: los proveedores de la UE han aumentado ingresos un 167 % desde 2017, pero su cuota se ha desplomado del 27 % al 13 %. Es la paradoja que recoge Synergy Research Group: un mercado que en el 2T de 2022 ya movía 10,4 millardos de euros —más de cinco veces el volumen de 2017— y, sin embargo, cada trimestre más dominado por tres hiperescaladores estadounidenses (AWS, Microsoft Azure y Google Cloud) que ya suman el 72 % de la tarta regional. Crece Europa; crece mucho más lo que no es Europa.
Conviene leer este dato sin excusas. No es un bache coyuntural, ni una foto parcial. Synergy subraya que, en los cuatro trimestres previos al 2T de 2022, los ingresos de infraestructura cloud en Europa (IaaS, PaaS y hosted private cloud) superaron los 27 millardos, un 41 % más que en el periodo anterior. Y, dentro del pastel, IaaS y PaaS suponen más del 80 % y son precisamente los que más rápido crecen; en PaaS, además, se disparan áreas como bases de datos, IoT y analítica. Ahí es donde la gravedad de plataforma de los hiperescaladores resulta abrumadora.
La montaña que Europa no está subiendo
John Dinsdale, analista jefe de Synergy, lo formula con brutal claridad: el cloud es un “juego de escala” donde hay que poner miles de millones encima de la mesa de forma recurrente, jugar a larguísimo plazo, mantener una excelencia operativa obstinada y acertar en los productos que crean dependencia positiva —los PaaS—. Mientras los proveedores estadounidenses invierten más de 4 millardos de euros cada trimestre en capex dentro de Europa, el “imposible” para un aspirante local no es ganar más clientes: es mantener el ritmo de capex, roadmap y operación durante años hasta cambiar inercias.
No lo está logrando nadie con tamaño suficiente. En la tabla de Synergy, los nombres europeos con mejor posición —SAP y Deutsche Telekom— apenas rondan el 2 % cada uno. Detrás aparecen OVHcloud, Telecom Italia, Orange y una constelación de actores nacionales y regionales que crecen, pero no mueven la aguja de la cuota global. Mientras tanto, las empresas europeas usan más nube que nunca y dependen cada vez más de los hiperescaladores para datos, aplicaciones y cumplimiento.
“El mercado europeo crecerá igual con o sin nosotros; la cuestión es quién captura el valor. El diferencial ya no está en vender máquinas, sino en el stack de datos y en el edge como plataforma. Si no financiamos producto —PaaS con SLA, observabilidad, catálogos de datos— y no alineamos compras públicas con soberanía tecnológica, seguiremos sumando ingresos y perdiendo cuota. Stackscale lo ve a diario: los clientes quieren velocidad, gobernanza y reversibilidad. Europa puede dárselo, pero tiene que decidir jugar ese partido.” — David Carrero, cofundador de Stackscale
Crecer en IaaS, perder en PaaS: la trampa del commodity
Una explicación incómoda: competir en IaaS —máquinas, almacenamiento, redes— es pegarse en precio y escala contra quien vive de eso y ha levantado centros de datos cerca de todos los clientes. Pero el enganche real de negocio —lo que arrastra consumo, fideliza developers y sube barreras de salida— está en PaaS (bases de datos gestionadas, colas de mensajes, streaming, serverless, analítica) y en servicios de datos. Ahí es donde el diferencial de producto de los hiperescaladores —amplitud de catálogo, madurez, ecosistema— ha sido sistemático. Y donde Europa no ha aparecido con una alternativa sostenida.
El resultado es un círculo vicioso: el cliente europeo despliega su dato en IaaS local, pero acaba conectándolo a servicios gestionados fuera (por funcionalidad, precio o sencillez); el dato y la aplicación quedan ligados al proveedor más fuerte y la cuota se desplaza sin remedio hacia quien posee el PaaS.
Telcos: del “edge” esperado al co-location resignado
Las operadoras europeas deberían estar capitalizando el edge —5G, sitios de proximidad, miles de emplazamientos— para ofrecer baja latencia, residencia y compliance. Algunas, en cambio, han firmado programas de co-branding con hiperescaladores (p. ej., Wavelength) o han doblado su apuesta por plataformas propietarias (con licencias más caras, dependencia tecnológica y lenta evolución). Ese camino debilita su posición en la cadena de valor y las relega a alquiler de espacio y fibra. Si la UE fija objetivos como 10.000 nodos edge seguros y climáticamente neutros para 2030, la ventana de oportunidad para que las telcos lideren servicios edge propios no es infinita.
La excusa del “open source” sin gobierno europeo
Se ha repetido que “la solución está en open source”. Lo es —en parte—, pero con una condición: gobernanza y capacidad de mantenimiento en Europa. Construir una “pila soberana” sobre proyectos controlados y financiados mayoritariamente fuera —por muy libres que sean— no resuelve el problema. La soberanía no es solo licencia: es marco de gobierno, comunidad y presupuesto local para decidir hojas de ruta, seguridad y ciclos de release. Europa no puede basar su independencia tecnológica en forks defensivos que no podrá sostener cuando cambien los vientos.
¿Qué puede hacer Europa (de verdad)?
1) Compras públicas con dientes. Si de autonomía estratégica hablamos, los pliegos deben premiar plataformas abiertas con gobierno y IP en la UE, exigir portabilidad de datos y reversibilidad, y reconocer el valor de la residencia y el control del software. No se trata de vetar por bandera, sino de alinear incentivos para que surjan alternativas sostenibles.
2) “PaaS europeos” en serio. No basta con vender máquinas a buen precio. Hace falta invertir (público-privado) en bases de datos gestionadas, caches, eventing, observabilidad, catálogos y IA con API compatibles y SLA empresariales. La prioridad no es reinventar cada ladrillo, sino curar y consolidar piezas con gobierno europeo que puedan operar a escala.
3) Edge como producto, no como colo. Las telcos que quieran pintar algo deberán ofrecer plataformas edge —no solo racks— con servicios gestionados y desarrollador en mente: tooling, marketplaces, data gravity local, identidad y seguridad integradas. Y deberán abrirse a alianzas entre pares (roaming de servicios edge) para alcanzar masa crítica.
4) Financiación estable para el core. Más allá de proyectos puntuales, Europa necesita equipos núcleo que mantengan las plataformas (seguridad, QA, release engineering) con contratos plurianuales. Si el objetivo es no depender de roadmaps ajenos, el precio es financiar el propio.
5) Skills y testbeds. Universidades y centros de investigación deberían operar pilotos de edge cloud con casos de salud, movilidad o energía, formando a SRE, arquitectos de datos y operadores capaces de ejecutar esta visión.
¿Y las empresas usuarias mientras tanto?
Pragmatismo. Ante la realidad del mercado, toca optimizar el presente sin hipotecar el futuro: multi-nube con portabilidad de datos y arquitecturas desacopladas, evitar dependencias propietarias innecesarias en capas críticas (datos, identidad, observabilidad), y documentar las rutas de salida (procedimientos de exportación, equivalencias de servicios). Y cuando exista una alternativa europea seria para un componente de tu pila, pruébala; sin adopción real, no habrá tracción.
La tesis incómoda: no es “caída” del cloud europeo; es madurez sin ambición
El cloud en Europa no cae: crece con vigor. Lo que cae es la ambición (y la cuota) de nuestros proveedores. Si la estrategia consiste en ser proveedor nacional que atiende necesidades locales, no pasa nada: habrá negocio. Pero no moverá la aguja. El liderazgo en cloud se construye ladrillo a ladrillo en PaaS, datos y edge, con capex sostenido, producto que enamore a developers y operación impecable durante una década. Si Europa no está dispuesta a financiar y sostener esa ecuación —con reglas de compra alineadas y un marco industrial estable—, no habrá soberanía tecnológica, por mucho que el mercado local siga creciendo.
El informe de Synergy no es un epitafio, es un espejo. Muestra que los europeos sí pueden crecer, pero no si juegan siempre en el terreno del otro. El edge ofrece el primer campo de juego donde las ventanas de latencia, residencia y regulación pueden ser ventaja. Aprovecharlo es una decisión política, industrial y, sobre todo, de producto. El tiempo corre.
Preguntas frecuentes
¿Por qué los proveedores europeos pierden cuota si sus ingresos suben?
Porque el mercado total crece más rápido impulsado por los hiperescaladores. Si tu tasa de crecimiento es inferior a la del mercado, tu porcentaje se reduce aunque factures más.
¿Qué tiene de especial PaaS frente a IaaS?
PaaS (BD gestionadas, colas, serverless, analítica) engancha al desarrollador y arrastra consumo; facilita time-to-market y crea costes de cambio. Competir solo en IaaS te deja en el commodity.
¿El edge puede cambiar la dinámica de poder?
Sí, porque aporta latencia, residencia y contexto local. Pero solo si se ofrece como plataforma —no solo colo— con servicios gestionados, herramientas y ecosistema.
¿Qué papel deben jugar las compras públicas?
Crítico. Deberían priorizar plataformas con gobernanza europea, portabilidad, reversibilidad y seguridad verificable, acelerando la tracción de alternativas abiertas en la UE.
Fuente
Synergy Research Group — European Cloud Providers Continue to Grow but Still Lose Market Share (27/09/2022).