El internet global vuelve a sufrir un golpe desde las profundidades del Mar Rojo. Dos cables submarinos críticos que conectan Europa, Asia y Oriente Medio quedaron dañados el pasado sábado 6 de septiembre, provocando problemas de latencia y degradación del servicio en amplias zonas del sur de Asia y el Golfo Pérsico.
Microsoft confirmó la incidencia a través de mensajes de estado de Azure poco después de las 06:00 UTC, advirtiendo que los clientes cuyo tráfico pasa habitualmente por Oriente Medio “pueden experimentar interrupciones en el servicio”.
La compañía explicó que el tráfico afectado fue desviado a rutas alternativas, aunque más largas, lo que inevitablemente está generando mayores tiempos de respuesta en servicios cloud y corporativos.
Un cuello de botella global
El suceso vuelve a poner de relieve la fragilidad de la infraestructura que sostiene la red global: los cables submarinos. Aunque invisibles para el usuario final, son responsables de transportar más del 95 % del tráfico internacional de internet.
En este caso, los cortes afectan a al menos dos sistemas principales en la ruta del Mar Rojo, un pasillo estratégico por donde transitan cables que enlazan Europa con Asia y África. El impacto es especialmente notable en empresas que dependen de la conectividad entre Europa, India, Pakistán y los países del Golfo.

Microsoft señaló que, pese a que los servicios de Azure permanecen operativos, los usuarios deben prepararse para latencias más altas hasta el 7 de septiembre y posiblemente más allá, mientras los operadores regionales trabajan para reorganizar el tráfico.
Reparaciones complejas y lentas
El gran problema no es solo técnico, sino logístico y geopolítico. Para reparar un cable submarino, es necesario enviar barcos especializados que localicen con precisión el punto de fallo, eleven el cable a la superficie y realicen el empalme.
En el Mar Rojo, este proceso es aún más complicado: se trata de una zona estratégica y sensible, con tráfico marítimo denso y tensiones geopolíticas recurrentes. Además, la disponibilidad de buques de reparación es limitada. El arreglo completo podría tardar semanas.
⚠️ Confirmed: A series of subsea cable outages in the Red Sea has degraded internet connectivity in multiple countries including #Pakistan and #India; the incident is attributed to failures affecting the SMW4 and IMEWE cable systems near Jeddah, Saudi Arabia 📉 pic.twitter.com/cLsO3cxKbI
— NetBlocks (@netblocks) September 6, 2025
Un precedente cercano demuestra esta dificultad: en febrero de 2024, varios cables en la misma región —incluidos AE-1, SEACOM y EIG— sufrieron daños de origen desconocido. Aunque algunos fueron reparados en julio, el proceso se prolongó durante meses. En enero de 2025, el cable AAE-1 volvió a registrar una avería frente a las costas de Catar, resuelta tras dos semanas de trabajos.
Latencias disparadas y rutas más largas
La estrategia inmediata de Microsoft y los operadores ha sido redirigir el tráfico por caminos más extensos, como rutas a través de África o del Mediterráneo oriental. Aunque esto evita interrupciones totales, aumenta las distancias físicas que recorre la información y, con ello, la latencia.
Según expertos en redes, el retardo medio en conexiones críticas entre Europa y Asia podría incrementarse entre un 20 % y un 40 % hasta que se completen las reparaciones. Servicios como videoconferencias, videojuegos en línea, operaciones financieras en tiempo real y aplicaciones cloud sensibles a la latencia están entre los más afectados.
Un recordatorio de la vulnerabilidad digital
Los cortes en el Mar Rojo refuerzan una advertencia que gobiernos y compañías llevan tiempo repitiendo: la infraestructura de internet es más vulnerable de lo que parece. Con decenas de cables cruzando estrechos estratégicos como el de Suez, el de Malaca o el de Gibraltar, cualquier accidente, catástrofe natural o ataque deliberado puede tener efectos globales.
De hecho, varios informes de inteligencia en Europa y EE. UU. han alertado del riesgo de sabotajes en cables submarinos como arma geopolítica. El propio Parlamento Europeo discutió en 2023 planes para reforzar la seguridad de estas infraestructuras críticas.
Perspectivas
Por ahora, Azure y otros servicios cloud han demostrado resiliencia, manteniéndose en funcionamiento gracias a las rutas alternativas. Sin embargo, empresas con operaciones distribuidas entre Asia y Europa podrían sufrir costes adicionales por la pérdida de rendimiento y la necesidad de redistribuir cargas de trabajo.
Lo que está claro es que cada nuevo corte recuerda que el internet físico depende de una red de cables tan extensa como frágil. El Mar Rojo, donde confluyen rutas marítimas, energéticas y digitales, se ha convertido en un punto caliente de la conectividad global.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Qué son los cables submarinos y por qué son tan importantes?
Son infraestructuras de fibra óptica tendidas en el fondo marino que transportan la mayoría del tráfico internacional de internet. Más del 95 % de los datos globales pasan por ellos.
¿Cuánto tiempo tardan en repararse los cables submarinos?
El proceso suele tardar entre una y tres semanas, dependiendo de la localización, la climatología y la disponibilidad de barcos especializados. En zonas como el Mar Rojo, puede demorarse aún más.
¿Qué impacto tienen los cortes en el usuario común?
El usuario final puede notar conexiones más lentas, videollamadas con retardo, streaming con interrupciones o juegos en línea con mayor lag. En empresas, afecta sobre todo a servicios cloud que dependen de la baja latencia.
¿Puede evitarse esta vulnerabilidad?
No totalmente, pero diversificar rutas de cables, invertir en redundancia y reforzar la seguridad de puntos críticos son medidas clave que ya estudian gobiernos y compañías.