El Corte Inglés ha dado un paso más en su estrategia de diversificación digital al rebautizar su empresa de centros de datos con una nueva marca: Kumo Networks. El movimiento, que busca marcar distancia con su etapa anterior ligada a KIO Networks en España, llega en un momento en el que el mercado del data center vive un auge evidente: más demanda de capacidad, más presión regulatoria y, sobre todo, más necesidad de infraestructuras fiables para sostener servicios públicos y empresariales.
La nueva denominación no es casual. Kumo significa “nube” en japonés y encaja con el tipo de negocio que la filial quiere proyectar: no solo “alojar” sistemas, sino ofrecer servicios de nube privada, continuidad de negocio, copias de seguridad y capacidades de resiliencia ante incidentes, algo que hoy pesa casi tanto como la potencia bruta.
De socio industrial a propiedad total: la etapa post-KIO en España
Hasta hace poco, el negocio de centros de datos en España operaba con un esquema compartido: El Corte Inglés controlaba el 50% de la sociedad y el otro 50% estaba en manos del grupo mexicano KIO Networks, que mantenía su propia actividad internacional al margen de la joint venture española.
Con la compra del porcentaje restante (operación que El Corte Inglés cerró en 2024), el grupo pasó a controlar el 100% de la filial. Ese giro corporativo dejaba un paso lógico por ejecutar: construir identidad propia. Kumo Networks es, en la práctica, la señal pública de que la compañía quiere competir con voz propia en un sector donde la marca (y la confianza que transmite) es parte del producto.
Murcia como pieza clave: contratos públicos, servicios críticos y continuidad
Uno de los pilares de esta filial ha sido históricamente su relación con la Administración autonómica de la Región de Murcia, donde la empresa ha actuado como proveedor de infraestructura tecnológica para servicios críticos. En los últimos años, estos contratos han ido evolucionando desde el alojamiento y la operación clásica hacia modelos más cercanos a la nube privada gestionada, con más foco en disponibilidad, conectividad entre sedes y recuperación ante incidentes.
Según la información facilitada por el usuario (procedente de una fuente periodística), la Región de Murcia habría adjudicado a Kumo un contrato de 27 millones de euros para cinco años, planteado como una renovación y ampliación de capacidades: nube privada, mantenimiento de la conectividad con centros públicos regionales y refuerzo de servicios asociados (copias de seguridad y planes de respuesta ante posibles ciberataques). En la práctica, este tipo de acuerdos suelen actuar como termómetro de dos realidades: la dependencia creciente de la administración respecto a sistemas digitalizados y el valor que se le asigna a la continuidad operativa.
Qué significa (de verdad) un centro de datos “Tier IV”
En un contexto donde casi todo se vende como “crítico”, las certificaciones se han convertido en un lenguaje común para medir riesgos. Kumo destaca instalaciones con nivel Tier IV, una categoría asociada a diseños tolerantes a fallos y con redundancias que permiten mantener el servicio incluso si una parte relevante de la infraestructura sufre una incidencia.
Traducido a lenguaje de calle: hablamos de centros con componentes duplicados, rutas alternativas de energía y refrigeración, y capacidad de operación sin que un único fallo deje fuera de juego a los servicios. La cifra que suele acompañar a este nivel (y que se utiliza como referencia en el sector) es la de una indisponibilidad anual muy limitada, del orden de decenas de minutos en condiciones teóricas de diseño y operación.
Por qué este cambio importa más allá del nombre
Cambiar un nombre no hace un centro de datos más grande ni una red más rápida. Pero sí cambia el marco:
- Para El Corte Inglés, Kumo es una forma de poner en valor un activo industrial en un mercado donde los centros de datos ya no son “infraestructura invisible”, sino un factor estratégico para empresas y administraciones.
- Para el cliente público, la continuidad de este tipo de acuerdos confirma una idea simple: la transformación digital ya no va de “modernizar”, sino de sostener servicios esenciales (tramitación, sanidad, educación, administración electrónica) con garantías de disponibilidad y recuperación.
- Para el sector, el caso ilustra un patrón cada vez más habitual: compañías tradicionales que buscan una segunda gran etapa apoyándose en infraestructura digital, donde el margen se gana con operación, seguridad y fiabilidad, no solo con “metros cuadrados y kilovatios”.
Kumo Networks, en definitiva, nace como marca en un momento en el que la nube privada y el housing de calidad están dejando de ser un nicho técnico para convertirse en conversación de dirección: riesgo, continuidad, cumplimiento y reputación.
Preguntas frecuentes
¿Qué es una nube privada y por qué la prefieren algunas administraciones públicas?
Una nube privada es una infraestructura de computación y almacenamiento dedicada (o fuertemente aislada) para una organización, con más control sobre seguridad, gobernanza del dato y personalización que una nube pública.
¿Qué aporta un centro de datos Tier IV frente a otros niveles?
Aporta tolerancia a fallos y redundancias avanzadas para reducir al mínimo el riesgo de caída del servicio, algo clave para sistemas críticos y operación 24/7.
¿Por qué es relevante que El Corte Inglés tenga una filial propia de centros de datos?
Porque consolida un posicionamiento en un sector estratégico (infraestructura digital), con capacidad de competir en proyectos de nube privada, continuidad y servicios críticos.
¿Qué cambia para un cliente cuando un proveedor se independiza de una marca anterior?
Normalmente cambia la claridad comercial y estratégica: marca, hoja de ruta, alianzas y posicionamiento. Operativamente, lo importante es que se mantengan (o mejoren) los niveles de servicio, soporte y garantías contractuales.