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Corea del Norte crea un ejército cibernético con inteligencia artificial mientras su población sigue sin acceso a Internet

Corea del Norte sigue avanzando en su estrategia de ciberarmamento con la creación del Centro de Investigación 227, una nueva unidad dedicada al desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial aplicada al ciberespionaje, sabotaje digital y robo de activos financieros. Según revela el medio especializado Daily NK, este grupo de élite operará de forma autónoma y con capacidad de respuesta en tiempo real, consolidando a Pyongyang como una de las principales amenazas cibernéticas a nivel global.

Un ejército digital para la ciberguerra global

El Centro de Investigación 227 estará formado por 90 expertos seleccionados entre los mejores graduados de las universidades norcoreanas, especializados en desarrollo de software, automatización de procesos y ciberseguridad. Su misión no es ejecutar ataques directamente, sino desarrollar herramientas automatizadas de hackeo y sistemas de espionaje digital que puedan ser utilizados por los agentes norcoreanos desplegados por todo el mundo.

Las operaciones de este centro se realizarán de forma ininterrumpida, con un sistema de procesamiento de datos las 24 horas del día, capaz de analizar información en tiempo real y adaptarse a las vulnerabilidades que detecten los grupos de hackers que el régimen mantiene infiltrados en otros países.

La contradicción: un país sin acceso a Internet, pero con hackers globales

Aunque pueda parecer contradictorio, Corea del Norte ha logrado convertirse en una potencia cibernética sin que su población tenga acceso libre a Internet. El país mantiene una estricta red interna, conocida como Kwangmyong, un sistema cerrado que solo ofrece contenidos aprobados por el régimen. Sin embargo, sus grupos de ciberataque operan desde embajadas, consulados y bases secretas en países como China, Rusia, Malasia y otros puntos estratégicos, donde sí tienen acceso a la red global.

Estos «cibercombatientes» norcoreanos trabajan desde el extranjero, bajo cobertura diplomática o a través de empresas pantalla, mientras que el Centro de Investigación 227, ubicado en Mangyongdae, cerca de Pyongyang, se encarga de dotarlos de las herramientas y programas necesarios para llevar a cabo sus misiones.

Un historial de ciberataques millonarios

El régimen de Kim Jong Un ha estado vinculado a algunas de las operaciones de cibercrimen más importantes de la última década. Desde el ataque al banco central de Bangladesh en 2016, donde se intentó robar 1.000 millones de dólares, hasta el reciente robo de más de 600 millones de dólares en criptomonedas vinculado al grupo Lazarus, Corea del Norte utiliza el ciberespionaje no solo como arma política, sino como fuente directa de financiación para sortear las sanciones internacionales.

La introducción de inteligencia artificial en sus sistemas de ataque supone un salto cualitativo: el régimen podrá automatizar procesos de infiltración, realizar ataques simultáneos a infraestructuras críticas y aumentar la capacidad de evadir sistemas de defensa.

Espionaje, sabotaje y robo automatizados

El Centro de Investigación 227 no solo se enfocará en el robo de información y activos financieros, sino también en el desarrollo de técnicas de sabotaje digital capaces de desactivar infraestructuras críticas, atacar redes eléctricas, telecomunicaciones o sistemas bancarios en Occidente.

Entre las áreas prioritarias del centro figuran el diseño de programas de recopilación automática de datos, el hackeo de sistemas protegidos mediante IA y el desarrollo de técnicas avanzadas para neutralizar defensas cibernéticas occidentales.

La reacción internacional

La comunidad internacional observa con preocupación la consolidación de Corea del Norte como potencia cibernética. La capacidad de Pyongyang para combinar espionaje, ataques financieros y sabotaje digital, todo ello potenciado por inteligencia artificial, representa una amenaza directa para infraestructuras críticas de Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y la Unión Europea.

El Centro de Investigación 227 es un claro ejemplo de cómo un país aislado y sancionado económicamente puede potenciar sus capacidades ofensivas a través del ciberespacio, mientras mantiene a su población sin acceso libre a la información y completamente desconectada de la red global.

Mientras sus ciudadanos viven bajo un férreo control, Corea del Norte sigue tejiendo su red internacional de ciberataques, demostrando que, en la ciberguerra, las fronteras tradicionales ya no existen y que la combinación de inteligencia artificial y ciberespionaje será uno de los grandes desafíos para la seguridad global en los próximos años.

Fuente: Noticias de seguridad

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